Por José Luis Zurita* Propuestas y promesas son dos elementos que hemos escuchado desde que comenzó el actual proceso electoral en México; los presidenciables se han encargado de dar a conocer, en diferentes plataformas, sus posturas y planes de trabajo, sin embargo, una industria que siempre queda rezagada es la Ciencia y Tecnología. El año pasado nos enteramos que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) sufrió un recorte presupuestal del 23.3%, aunado a esto, tenemos que el gobierno mexicano destina menos del 0.5% del Producto Interno Bruto (PIB) a este rubro; datos preocupantes para un país que internacionalmente se comprometió a destinar al menos el 1% del PIB anual para esta industria; ¿acaso la conciencia y compromiso para invertir en ciencia y tecnología no es una urgencia? Al parecer, no. Las propuestas de los actuales candidatos, en materia de tecnología, están olvidando la inversión en Ciencia y Tecnología, priorizando propuestas a corto plazo y poco efectivas que podemos dividir en tres grandes rubros.
  1. Regalar dispositivos móviles. Los candidatos tienen la creencia de que regalar dispositivos móviles (tablets) es la mejor forma de acercar a los mexicanos a la tecnología, sin embargo, esta visión sólo fomenta lo que conocemos como “mano de obra”, es decir, fomentamos que los niños, adolescentes y jóvenes manipulen dispositivos, aplicaciones y programas ya establecidos, evitando motivarlos a investigar y crear soluciones que impacten directamente a su entorno, seguimos creando mano de obra.
  2. Incrementar la conexión a internet. La conexión a internet es importante para mantenernos actualizados sobre las novedades del mundo, sin embargo, es prioridad que zonas del país incrementen el uso del internet. En el suroeste de México, contamos con una escasa infraestructura que garantice una conexión adecuada, en cambio, las zonas centrales cuentan con una alta demanda de conexión, impidiendo que el servicio sea de calidad, se desea una conexión amplia sin importar la calidad.
  3. Utilizar palabras de moda. Palabras como robótica o aeronáutica están siendo utilizadas por los candidatos como una herramienta de convencimiento e innovación, sin embargo, hace falta incluir acciones y propuestas que nos lleven a una provechosa inversión en investigación, es decir, invertir en investigación que impacte directamente al país.
Los puntos anteriores nos obligan a pensar en dos elementos importantes: El primero es el cómo; no basta con hacer propuestas innovadoras, futuristas o incluso, populistas, se debe explicar la forma en cómo se realizarán las cosas, pues con ellos nos daremos cuenta del impacto que se tendrá a corto, mediano y largo plazo, el impacto que tendrá en el país y en los ciudadanos y, lo que significará para el crecimiento de la tecnología mexicana. Segundo, no menos importante: Educación. Si mantenemos nuestro foco en inversiones tecnológicas y científicas, podemos ayudar a resolver muchos problemas en diferentes rubros. La educación tecnológica debería ser un elemento prioritario en la actualidad, pues impacta económica, política y socialmente. Para dar un ejemplo, en el sureste del país hay miles de hectáreas que se dejaron de utilizar para la cosecha del henequén, tierras que podríamos aprovechar para crear granjas de energía solar o eólica, todo esto impulsando la investigación tecnológica que impacta directamente a las regiones, además de motivar a los jóvenes para que se queden en el país y sigan investigando. Si bien, tecnológicamente los candidatos tienen propuestas loables, aún hace falta mejorarlas. Es tiempo de enfocarnos en la educación y mejoramiento del país, antes de utilizar palabras de moda, regalar dispositivos o prometer una mayor conexión. Si no educamos al país, dejamos a un lado el crecimiento del mismo, por ello nuestra invitación a repensar las propuestas, estudiarlas y decidir por lo que más convenga al país. *Director General de AK Consulting.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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