El camino hacia el uso de energías limpias que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero y reviertan el curso del cambio climático, han hecho que la electromovilidad sea una tendencia cada vez más relevante en México. En la región, por ejemplo, 27 de los 33 países de América Latina y el Caribe han priorizado el sector transporte como un elemento central para alcanzar sus metas en reducción de emisiones, y México por supuesto forma parte de este listado. Por ello, desde la industria automotriz celebramos todas aquellas iniciativas que se ponen en marcha con el objetivo de transitar hacia la electromovilidad. 

Hace algunos días recibimos una buena noticia, no solo desde los anuncios del gobierno mexicano con la apuesta por el litio nacional, sino también, durante el Diálogo de Alto Nivel que México albergó, y el cual contó con la visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, en el cual se abordaron los temas de electromovilidad, energías limpias y los semiconductores como parte de las prioridades. 

En cuanto a los semiconductores, si bien se ha generado una crisis que ha impactado entre otros al sector automotriz, es claro que el esfuerzo regional y la coordinación de ambos gobiernos podría generar un gran beneficio no solo para la industria automotriz sino para nuestro país en general. Y aunque como con toda inversión tendrá que transcurrir un tiempo hasta que sea posible la producción,  el simple anuncio representa un salto hacia la generación de alternativas  de electromovilidad.

En este sentido, es importante consolidar un trabajo integral, tanto a nivel internacional como local, que incluya gobierno, sociedad civil, empresas y la ciudadanía en general para atender este tema que es sumamente significativo. 

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La urgencia en actuar en torno a este tema se debe al acelerado crecimiento de las zonas urbanas,  a la búsqueda de una mejor calidad de vida para sus habitantes, además de la necesidad de promover la innovación tecnológica y el claro beneficio que los vehículos eléctricos ofrecen al medio ambiente debido a que no expulsan gases de efecto invernadero a la atmósfera. Igualmente relevantes son los compromisos que las empresas fabricantes de autos han anunciado en el sentido de lograr la descarbonización de sus operaciones y la electrificación de sus vehículos en la década del 2030.  La permanencia de la industria y el aumento de la producción en México, significarían también la potencial creación de nuevos empleos y  conservar el nivel competitivo  de nuestro país a nivel internacional. 

Actualmente en México la venta de vehículos híbridos y eléctricos ya  es una realidad. De enero a junio de 2022 se comercializaron 23,026 vehículos  electrificados lo cual representa un 4.4% de las ventas totales de vehículos ligeros; ventas que se integraron con 1,703 eléctricos, 2, 263 híbridos conectables y 19,060 híbridos.

Asimismo, a nivel nacional se tienen algunos incentivos para el uso de vehículos  electrificados; por ejemplo, el descuento de 20% en vialidades con peaje, como los segundos pisos de la Ciudad de México y el Estado de México. También hay tarifas preferenciales de electricidad e instalación gratuita de medidores para estaciones de recarga domiciliaria; exención de pagos del impuesto sobre automóviles nuevos (ISAN) y del impuesto a la tenencia en los estados en donde aplica; además de la deducibilidad de hasta 250 mil pesos para personas morales.

No obstante, aún hay un largo camino por recorrer. La transformación a la electromovilidad solo será posible con un cambio paulatino y sostenido, que comprenda más allá de únicamente el uso particular para alcanzar áreas clave de la movilidad como el transporte de pasajeros, vehículos de carga y logísticos de última milla, así como los vehículos compactos que  prestan el servicio público y privado. 

Como representante de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), considero que, adicional a ello, se requiere un marco jurídico y normativo adecuado, el fortalecimiento de la infraestructura de carga, educar al consumidor y  la implementación de incentivos fiscales y no fiscales.

En este sentido, el trabajo en conjunto del sector público y privado propiciará un verdadero avance hacia la electrificación de los vehículos y que logremos la integración  de todo el ecosistema  de la electromovilidad tan necesaria y benéfica para todos.

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Contacto:

José Zozaya, presidente ejecutivo de la AMIA

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