X
BREAKING
Estas son las 30 promesas de los negocios 2024
Cantarell fue la columna vertebral de la industria petrolera mexicana desde la década de los 80. En su mejor momento, este megayacimiento del Golfo de México produjo, por sí solo, hasta 2 millones de barriles de crudo diarios, equivalentes a lo que extraía Noruega. Después de casi 40 años de esplendor, hoy produce apenas 100,000 barriles por día y la cifra va en picada. A pesar de su ocaso petrolero, el descubrimiento del campesino Rudesindo Cantarell puede tener un segundo aire. Existe una empresa que propone rescatarlo, con tecnología, y aprovechar el gas natural asociado al interior. “Detectamos que lo difícil era separar el nitrógeno del gas. Nos enfocamos en conseguir la mejor tecnología para ese tema, muy rara. A raíz de eso, hemos trabajado en una propuesta muy estructurada con inversión privada sin recursos públicos”, detalla el CEO de la firma energética Linkër Energy, Francisco Zepeda, en entrevista con Forbes México. Para lograrlo, Zepeda estima una inversión de alrededor de 2,500 millones de dólares (mdd). Lo respalda la tecnología de sus socios estadounidenses BCCK engineering y Techint, con la que serían capaces de separar el nitrógeno y el gas natural asociado. Los beneficios de recuperar el energético son diversos. El primero es la disponibilidad de más gas natural en favor de la seguridad energética. “Disminuyes muchísimo  las importaciones tanto de gas natural como de etano”. La otra es abastecer de materia prima para sus complejos petroquímicos en el que también existe un déficit. Zepeda estima que, tranquilamente, se pueden extraer entre 1,000 y 1,800 millones de pies cúbicos al día,  y la mitad de nitrógeno, aproximadamente. Esto representaría 20% de la consumo de nuestro país. Hasta diciembre de 2017, las importaciones del energético representaron 84% de la oferta, frente al 16% de producción nacional descontando el consumo de Pemex, un total 5,861 millones de pies cúbicos diarios, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).   De regreso a la vida En 1992, durante la administración de Carlos Salinas de Gortari, se observó un declive productivo de Cantarell. Para potenciarlo, en 1997 comenzó un agresivo programa de inyección de nitrógeno para mantener la presión de los campos en el yacimiento, con la planta Nitrógeno Cantarell en Atasta, recuerda Gonzalo Monroy, director general de la consultoría energética GMEC. Aunque la inyección era una práctica con más de 40 años, los volúmenes máximos para reactivar un pozo eran de hasta 250 millones de pies cúbicos, pero la compañía mexicana pretendía introducir seis veces esa cifra. “Nunca se había hecho en la escala que pretendía Pemex”. Esta estrategia llevó al pico de Cantarell de 2 millones de barriles diarios. “Un solo campo mexicano producía lo de un país entero”, ejemplifica Monroy. El director de Linkër Energy atribuye el acelerado desgaste del campo a la fuerte inyección del químico. “Desde hace más de 10 años, analizamos situaciones que se iban a dar  en la industria mexicana, en el caso de Cantarell”. Cuando se inicia en el 97 la inyección de nitrógeno hasta el pico de producción, que fue eficiente, no se atendieron recomendaciones previas, allí comienza el nacimiento de varios problemas al día de hoy, coincide el analista energético.   Oportunidad obstaculizada Para Monroy, hay una oportunidad en Cantarell con el gas asociado. “Por supuesto. Requiere de inversiones sacarla. El tema está en Pemex desde hace 10 años. Mucha gente argumenta que no se hizo por cuestiones presupuestarias, pero dinero sí tenían: 26,000 mdd en los 2000, estaban por las nubes”. A la extracción lo merodean dos retos. El primero son los números. Si el precio del gas actual y el precio futuro justificarán esa inversión. “Puede ser que sí sea una cantidad relevante, pero hay que ver si la inversión lo justifica”, agrega el directivo de GMEC. El otro es la incertidumbre política que se refleja en la industria ante las elecciones presidenciales, con el puntero de las encuestas, Andrés Manuel López Obrador, prometiendo una política de autoconsumo en múltiples sectores, además de revisar los contratos petroleros derivados de la reforma energética. “Estamos lejos de ver un participante privado en Cantarell. La oportunidad está ahí, pero las condiciones no”. Zepeda comenta que está en conversaciones con Pemex desde hace una década sobre el tema del gas asociado y confía en la viabilidad del proyecto, que tardaría cerca de 36 meses en iniciar operaciones. “Es una necesidad tan importante  para el país que no creemos que se pueda parar. Si lo detienes, paras la producción  marítima y puedes matar la petroquímica. Es un tema crítico”, agrega.

 

Siguientes artículos

Audi
CEO de Audi es detenido por caso de emisiones de Volkswagen
Por

Fiscales alemanes pidieron la aprehensión para evitar que el directivo obstruyera la investigación o destruyera pruebas....