¿Una escuela con 26 millones de alumnos de 190 países, que ha impartido 580 millones de clases? Se llama Khan Academy y es una plataforma de clases por internet,  en la que Carlos Slim y Bill Gates, entre otros multimillonarios de Forbes, han invertido. ¿Por qué? Porque creen que puede ser una solución al rezago educativo de América Latina y México.   A los 12 años de edad, Nadia sabía que su futuro académico estaba destinado al fracaso. Sólo un detalle truncaba sus aspiraciones y las de su familia: la joven estadounidense no comprendía las matemáticas y no había nada que pudiera hacer para remediar el problema. Para Salman Khan, egresado de las licenciaturas en Matemáticas, Ingeniería Eléctrica y Ciencias de la Computación por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) y con una maestría en Administración de Negocios por la Universidad de Harvard, ésta era una situación imperdonable, sobre todo cuando aquella niña atormentada por las matemáticas era su prima. En medio de una reunión familiar en 2004, Salman, consciente del problema que enfrentaba Nadia, acordó darle clases telefónicas para regularizarla en la materia. Al pasar de los meses, estas clases por teléfono se convirtieron en videos educativos publicados en YouTube, los cuales no sólo podía ver la joven de 12 años, sino también millones de personas de todo el mundo. Así nació Khan Academy. Hoy, la iniciativa familiar para apoyar a la sobrina de Salman se ha convertido en una plataforma educativa en internet que ha impartido más de 580 millones de clases y los usuarios han resuelto más de 3,800 millones de ejercicios de matemáticas, ciencias, biología y otras materias de estudio. Khan Academy es el nombre de la organización sin fines de lucro fundada por Salman Khan. No sólo los usuarios han sido receptivos a la plataforma educativa. Empresas como Twitter y las fundaciones de los millonarios Carlos Slim y Bill Gates han realizado inversiones millonarias que han potenciado el desarrollo de esta organización. Por ejemplo, la fundación Bill y Melinda Gates ayudó en 2010 con una donación de 1.5 millones de dólares. En 2011 dio más del doble: 4 mdd, y en 2012 la aumentó de nuevo hasta 5 mdd. “Con la inversión y apoyo que ellos nos dan estamos llegando a más mexicanos y a América Latina”, asegura en entrevista Rolando Núñez-Baza, director general de Khan Academy en México. Hoy, la iniciativa apuesta todas sus cartas para llegar al público mexicano y de Latinoamérica, en donde Khan Academy ve oportunidades de crecer y diversificar sus contenidos con propuestas locales.   El ‘milagro’ de aprender matemáticas Cuando Salman Khan empezó a ayudar a Nadia hace 11 años, nunca imaginó que estaba estableciendo las bases de lo que para mucho era el milagro de entender las matemáticas. La pasión por los números lo llevó a construir una exitosa trayectoria académica y obtener un puesto como analista de fondos de cobertura, que no exigía un cambio brusco en su vida. En el primer año de las lecciones de Khan, la pequeña niña que no sabía realizar conversiones de unidades ya estaba estudiando cálculo y se convirtió en un fenómeno de las matemáticas en su clase. En 2008, Salman decidió establecer Khan Academy y dedicarse de tiempo completo a la organización que había creado. “Estoy rezando por ti”, fue uno de los tantos agradecimientos que uno de los usuarios le expresó al joven nacido en Nueva Orleáns y que le confirmaron su objetivo de educar al mundo en materias más allá de las matemáticas. “Ése fue el detonante de algo”, rememora Rolando Núñez, quien en junio pasado se integró formalmente a la estructura de la organización para atender el área de Latinoamérica. Tal vez la decisión de Sal, como le dicen sus amigos, no estaba equivocada al ver el tamaño actual de la iniciativa. Cerca de 26 millones de alumnos de 190 países se han registrado para ver los videos y utilizar los contenidos  del sitio web que comanda Sal, el cual ha recibido en 2015 cerca de 15 millones de visitas. Los contenidos en inglés de Khan Academy se encuentran en un proceso de traducción que por ahora toma en cuenta más de 36 idiomas, mientras que la página de internet está en inglés, español, portugués, francés, noruego y turco. Padres de familia, estudiantes y profesores conforman la red de usuarios que tiene Khan Academy. “En el mercado mexicano y brasileño nos falta mucho. Nuestra audiencia objetiva es de personas que van de los cinco a los 24 años”, dice Núñez. El rezago educativo es el enemigo a vencer para Khan Academy.   El rezago En 2011, Rolando Núñez conoció a Sal Khan. En ese tiempo, Khan Academy tan sólo contaba con 20 empleados.  Un proyecto educativo en el que participaba el joven mexicano propició el acercamiento con el estadounidense. Rolando nació en Guerrero. Sus padres emigraron a Estados Unidos y estudió negocios en Harvard. Nadie como él para creer en el papel de la educación, así como la oportunidad que representa para México. México se encuentra a una distancia de dos años de escolaridad de los países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), de acuerdo con los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) 2012. Además, 55% de los estudiantes mexicanos no alcanza el de competencias básicas en matemáticas, por lo que la enseñanza de esta materia aún es un reto para el sistema educativo. “La sociedad actual se basa en conocimientos caracterizados por ser poco estables, complejos y profusos. Por ello es conveniente e imprescindible que los futuros ciudadanos dispongan de habilidades en áreas clave como lectura, matemáticas y ciencias, así como de la capacidad de aprender a aprender que subyace a estas áreas. Todo ello en conjunto favorecerá el aprendizaje a lo largo de la vida”, dice el reporte de PISA en su edición de México. Parece ser que los usuarios han adoptado las herramientas de Khan Academy en su proceso de aprendizaje. En la actualidad, el mercado mexicano muestra crecimientos de 300% este año, lo que se traduce en 1.3 millones de visitas únicas en el sitio en español y más de dos millones de visitas en los que va de 2015. Las condiciones estructurales podrían ser el incentivo para que la población del país busque opciones complementarias a las aulas. México es el país con el mayor número de alumnos por maestro, con un promedio de 28 y 30 alumnos en el nivel educativo básico, cuando la OCDE promedia entre sus miembros 13 y 15 alumnos. Los recursos de empresas y fundaciones como la de Carlos Slim son necesarios para continuar con el proyecto de Khan. “Queremos alianzas con personas e instituciones que quieran apoyar nuestra misión, y por eso no hay un monto específico, pero estamos súper abiertos a tener conversaciones porque dependemos 100% de las aportaciones”, dice el director de Khan Academy Latinoamérica. “Con la inversión y apoyo que ellos nos dan estamos llegando a más mexicanos y a América Latina”, dice. Por ahora, la organización se encarga de continuar con la traducción de los contenidos ya existentes, aunque también espera que en un futuro la plataforma oferte videos producidos en México y materias propias del país, como geografía e historia. Hoy, Nadia estudia la carrera de medicina en Estados Unidos y las matemáticas ya no son un dolor de cabeza. Los estudiantes de todo el mundo tienen la misma oportunidad de enfrentar sus miedos académicos. Rolando cree en la misión de Sal y sabe, por la historia de Nadia, que el potencial educador de Khan Academy es muy grande. “Regresamos a la idea de que queremos ser tu tutor personal en tu bolsillo. Podemos ver un futuro en el que podamos apoyar a todo el mundo en temas educativos prioritarios para cada país. Creemos que todavía hay mucho por crecer y aprender.”

 

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