La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) decidió mantener sus tasas de interés en el rango de 1 a 1.25%, tal como esperaba el mercado, y sería hasta finales de año cuando pudiera realizar el último de tres ajuste que contemplaba para este año. En su más reciente comunicado sobre política monetaria, el banco central estadounidense también dijo que espera comenzar “relativamente pronto” con la reducción de su hoja de balance. “La postura de la política monetaria sigue siendo acomodaticia, apoyando así un mayor fortalecimiento de las condiciones del mercado de trabajo y un retorno sostenido a una inflación del 2 por ciento”, señala el comunicado. Indicó que el mercado de trabajo sigue fortaleciéndose y que la actividad económica está subiendo moderadamente en lo que va del año: “Los aumentos de empleo han sido sólidos, en promedio, desde el comienzo del año, y la tasa de desempleo ha disminuido. El gasto de los hogares y la inversión fija empresarial han seguido aumentando”. Respecto a la inflación, los miembros del  Comité de Mercado Abierto (FOMC por sus siglas en inglés) estimaron que a 12 meses se mantenga por debajo del 2%, pero que se estabilice en torno al objetivo del banco central -de dos puntos porcentuales- a mediano plazo. “El Comité sigue esperando que, con ajustes graduales en la orientación de la política monetaria, la actividad económica se amplíe a un ritmo moderado y las condiciones del mercado de trabajo se fortalezcan un poco más”, advierte el comunicado.   Inflación y empleo El estancamiento en la inflación parece haberle hecho cambiar de opinión respecto a los tres ajustes que pretendía realizar durante este año. Mantendrá tres reuniones más antes de que finalice el año: de septiembre, octubre/noviembre, y en diciembre -más de mitad de los inversionistas creen que será en este mes un nuevo aumento, de acuerdo con los precios de contratos negociados en la Bolsa Mercantil de Chicago. El banco central estadounidense suele atender dos puntos clave para fijar su política monetaria: por un lado el mercado laboral, el cual parece estar bajo control; y la inflación, que en los últimos meses no ha mostrado señales hacia su meta del 2%. Contrario a lo ocurrido en otros ciclos históricos, la recuperación económica en Estados Unidos no está impulsando los precios, lo que no ha permitido a los gobernadores de la Fed seguir con las alzas a los tipos de interés. Por su parte, el mercado laboral es visto con buenas cifras, ya que registra una tasa de desempleo del 4.4%, que la coloca en el rango del llamado empleo pleno, y la creación de 222,000 nuevos puestos de trabajo en junio, cuando elevó sus tasas por segunda vez en el año, por encima de las previsiones. Cabe recordar que a principios de la semana el Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó en 0.2 y 0.4% las expectativas de crecimiento para la economía de Estados Unidos para 2017 y 2018, respectivamente, dejándolas en 2.1%, principalmente por la falta de concreción del programa de estímulos fiscales del gobierno de Donald Trump, con el que busca impulsar el PIB del país por encima del 3%.   “Pronto”, la reducción de hoja de balance De acuerdo con el documento, comenzará a liquidar su enorme cartera de bonos pronto, lo que inversionistas consideran como septiembre, en lo que sería un voto de confianza en la economía de Estados Unidos y una medida restrictiva que podría fortalecer al dólar. “El comité espera comenzar la implementación de su programa de normalización del balance relativamente pronto, a condición de que la economía evolucione como se había previsto”, señaló el documento, ante el interés de los inversionistas sobre los detalles de cuándo planea comenzar con esto, aunque sin dar las suficientes pista sobre si sería en la Fed comenzar a reducir su hoja de balance. Después de bajar las tasas casi a cero para enfrentar la crisis financiera de 2007-2009, el banco central estadounidense inyectó más de tres billones de dólares en la economía a través de compras de bonos del Tesoro de Estados Unidos y activos respaldados por hipotecas para reducir aún más los tipos, como parte de sus esfuerzos por impulsar la inversión y el empleo. Esto fue visto como una de las herramientas más controvertidas que utilizó en ese momento. La hoja de balance de la Fed creció cuatro veces su tamaño durante los programas de compra de bonos entre 2008 y 2009. Al dar por descartado que el banco central aumentará en esta ocasión sus tasas, ahora la duda para los mercados es sobre si el banco central que dirige Yellen volverá a incrementar o no el precio del dinero antes de que acabe 2017.   Dudas sobre el futuro de Yellen Asimismo, las dudas sobre la política monetaria de EU se dan en momentos de incertidumbre para la Fed, ante el periodo de cambios a su interior, donde aún hay tres vacantes en la junta y a unos meses de que venza el mandato de Yellen como presidenta. La actual presidenta del banco central estadounidense fue designada por el expresidente Barack Obama, y su ratificación en el cargo no está segura, dadas las diferencias que ha mostrado con el gobierno de Trump y quien tendría ya en mente a su reemplazo. El presidente estadounidense ha señalado a Gary Cohn, su actual asesor económico y exnúmero dos de Goldman Sachs, como candidato a ocupar el puesto de Yellen en la Fed.

 

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