Por Claudia M. García Mancilla* Las guerras mundiales han marcado el rumbo de la historia. Estos conflictos globales implicaron la incorporación de los hombres a las fuerzas armadas y por lo tanto una escasez de mano de obra para el trabajo de oficina, el agrícola y el de las industrias que iban surgiendo en esa época. Previo a la Primera Guerra Mundial, el rol de la mujer era el de los quehaceres tradicionales, limitados a las labores domésticas y, en menor medida, al trabajo de enfermería. En ambas guerras mundiales, la fuerza laboral de la mujer fue necesaria. Sin embargo, su incorporación al mercado laboral ha sido un proceso gradual, sobre todo en aquellos casos en donde los espacios estaban destinados únicamente a los hombres. Incluso, en los temas sociopolíticos, fueron pocos los países que dieron el derecho al voto a las mujeres, tales como Australia o Nueva Zelanda. Sin embargo, en la actualidad aún hay países en los que ellas no pueden sentarse en la misma mesa que los hombres en los restaurantes. Hasta hace poco, en Arabia Saudita las mujeres no tenían permitido conducir un vehículo. Así, a lo largo del tiempo, en diversos episodios de la historia mundial, el sexo femenino ha tenido un papel secundario, en especial en el ámbito laboral, dejando el protagonismo a su contraparte. Aún hoy en día se continúan los esfuerzos para que la mujer tenga igualdad de acceso a las oportunidades. En Irán, por citar un ejemplo, existen restricciones para que puedan estudiar algunas carreras, dejando este privilegio solamente al sexo opuesto. Esto mismo pasa en China. Se observa alrededor del mundo que la idea de que, por el hecho de ser mujer, no podrá desempeñar los mismos trabajos que un varón, incluso estudiar las mismas carreras o ir a la escuela. Es más, jugar con ciertos juguetes está determinado por la condición de género. En Centroamérica la situación de las mujeres en el mercado laboral aún es desigual y desequilibrada. De acuerdo con un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el género femenino enfrenta desigualdad al acceso de recursos productivos y a las oportunidades para mejorar sus capacidades para ingresar al mercado laboral, situaciones que determinan una mayor proporción de mujeres en pobreza. Además, en esta región existe un alto número de personal femenino que ingresa al mercado laboral en puestos de baja productividad y, en consecuencia, tienen salarios bastante inferiores a los que tienen los varones. Para una, es frecuente encontrarse en las reuniones rodeada por caballeros, sí, los de traje y corbata, aquellos que llevan muchos años desempeñando un puesto importante y, por lo tanto, se les hace complicado escuchar las ideas que podemos aportar. A pesar de tener el privilegio de ser las principales actrices en la función reproductiva, y el bastión fundamental de la sociedad y la familia, es importante reconocer que las mujeres hemos tenido una incansable lucha para encontrar ese espacio social más representativo, pero sobre todo en las funciones profesionales y laborales. Guatemala tuvo el privilegio de ser la sede de la cuarta edición del Foro Forbes, el cual reunió a expertos en distintas materias sobre un tema central: las nuevas tendencias de los negocios. Representantes de diversas empresas y emprendimientos expusieron sus ideas de negocios en la actualidad con una gran propiedad. Cada uno de los temas fue interesante y aportó a los asistentes muchas ideas para encontrar ese cambio orientado a generar prosperidad. La jornada inició con el reconocimiento a una empresaria: Yolanda de Cofiño, presidenta de McDonald’s en Guatemala. Abrirse camino en el ámbito profesional y ser la cabeza de una de las compañías más importantes a nivel mundial tiene mérito. Asimismo, presencias como la de la emprendedora Alba Medina, han dado inspiración a todas las mujeres profesionales que tuvimos el privilegio de participar en el Foro. Creo que todo lo que vale la pena requiere de esfuerzo y, por lo tanto, esta lucha por la igualdad en el acceso de oportunidades continuará. ¡Arriba las mujeres! *Economista Investigadora de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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