Los políticos están sacrificando sus ideologías para obtener el puesto que ellos están seguros de que merecen y quieren, hemos visto a diario anuncios de que tal político se van de un partido a otro con sus tres, cinco o hasta 15 mil militantes. Me cuesta trabajo el imaginar a uno de estos políticos correr con sus miles de militantes y avisarles “mañana nos cambiamos de camiseta” y listo, sin tener una relación directamente con beneficios económicos; aquí y en China, el interés tiene pies y si ellos “chaquetean” de un partido a otro, los militantes siempre estarán pendientes de los beneficios económicos derivado del cambio. Que el político cambie de opinión, es entendible, desafortunadamente, a eso se dedican. Parte del concepto de la grilla en México es sacrificar los ideales para “lograr algo mejor para el país” (claro, incluye el mejor futuro personal y para seguir viviendo de la política), pero ¿y los “miles de militantes” qué ganan? ¿dadivas sociales, permisos, chance de comercio informal, placas de taxis, aviadores en dependencias? Porque esa es la única forma de mantener las redes políticas en este país. En todo este embrollo de la elección de este año, debemos de entender que habrá algunos casos de esos candidatos que sí puedan ganar, pero habrá otros que no, y entonces qué va a pasar con toda esa gente, que los usaron y, además, los alejaron de sus antiguos partidos, ¿se van a regresar? ¿Nos estamos dando cuenta de qué va a pasar después de la elección cuando los que sí ganaron quieran gobernar con todo este desastre en partidos y militantes? Hoy por hoy, los electores no nos hemos dado cuenta de la cantidad de boletas que tenemos que llenar y de cómo vamos a tratar de configurar nuestro voto para que exista un equilibrio en las fuerzas políticas en el gobierno; durante muchos años, mucha gente votaba de manera diferenciada: para presidente, un partido, para diputados otro y así sucesivamente. En los últimos años hemos sufrido que ningún partido tiene mayoría, y las cosas se estancan, o que un partido tiene mayoría y tampoco pueden sacar las cosas adelante. Somos un caso de estudio, de todos modos, no nos ponemos de acuerdo para nada. Hoy vemos que las alianzas que se formaron fueron por conveniencia y sacrificando la ideología, el problema es que a la hora de gobernar y frente al reparto de los puestos, responsabilidades y recursos, se olvidan las alianzas y es cuando nadie se pone de acuerdo y entonces la gobernabilidad se pone en riesgo, si teniendo un partido con el control y supuestamente con mayoría en el Congreso las cosas no salen, ¡imagínese! con esta ensalada política de chapulines cómo vamos a quedar.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @Marcovherrera YouTube: El Marco del Poder Google+: Marco V. Herrera Berenguer Blog: El Marco del Poder Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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