Ahora que estamos en pleno debate sobre la reforma eléctrica es importante revisar por qué las energías renovables son la fuente de energía de más rápido crecimiento en el mundo y cómo podemos utilizarla para beneficiar el clima, el medio ambiente, la economía y la cohesión social. Más allá del debate político, de la conveniencia de la libre competencia, los datos son irrefutables. Las energías limpias son buenas para el planeta y para las personas.
Los beneficios ambientales son una parte indispensable de cualquier consideración en la política energética de cualquier país. Las tecnologías de energía renovable son fuentes de energía limpias que tienen un impacto ambiental mucho menor que las tecnologías de energía convencionales. Tienen, además, el extraordinario beneficio de que la energía renovable no se agotará. Nunca. La energía renovable -como la luz solar, el viento, la lluvia, las mareas, las olas, la biomasa y la energía térmica almacenada en la corteza terrestre- tienen el beneficio de estar disponibles de una forma u otra en casi todas partes.
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Los combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas natural, por el contrario, solo están disponibles en cantidades finitas. Eventualmente se agotarán. El impacto positivo de las energías renovables en el empleo y el desarrollo económico también es irrefutable. La mayoría de las inversiones en energía renovable se gastan en materiales y mano de obra para construir y mantener las instalaciones en sus comunidades. Estas inversiones generalmente se gastan dentro de los mismos países, con frecuencia en el mismo estado y, a menudo, en la misma ciudad. Esto significa que lo que la derrama económica de energía se quedan en nuestro país para crear empleos y alimentar las economías locales.
Como sabemos, hoy en día, el mundo todavía depende en gran medida de los combustibles fósiles e incluso continúa subsidiándolos. Aproximadamente el 80% del consumo de energía a nivel mundial proviene de energías fósiles. Sin embargo, en el sector de producción de electricidad, desde el 2011 prácticamente todas las inversiones a nivel mundial han sido en producción de electricidad de fuentes renovables. Lo opuesto de lo que busca hacer la reforma energética propuesta. Según REN21, la organización global de energía limpia, la energía renovable tuvo otro año récord en 2020, ya que la capacidad de energía instalada creció más de 256 gigavatios (GW), el mayor aumento de su historia. Más del 29% de nuestra electricidad a nivel mundial proviene ahora de energía renovable y esto seguirá creciendo. La tendencia mundial es indiscutible.
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La realidad es que la energía renovable está proporcionando electricidad asequible en nuestro país en este momento, y puede ayudar a estabilizar los precios de la energía en el futuro. Aunque las instalaciones renovables requieren inversiones iniciales importantes para construirse, operan en el largo plazo a muy bajo costo. Como resultado, los precios de la energía renovable son muy estables sobre el tiempo. Además, los costos de las tecnologías de energía renovable han disminuido constantemente y se prevé que disminuyan aún más.
Por ejemplo, el precio promedio para instalar energía solar cayó más del 100 por ciento entre 2010 y 2019. El costo de la generación de electricidad a partir de la energía eólica cayó un 96 por ciento entre 2009 y 2019. Estos costos disminuirán aún más a medida que los mercados maduren y las empresas aprovechen cada vez más las economías de escala. Ahora es el momento de llevar a nuestro país hacia la modernidad, hacia las fuentes de energía nuevas e innovadoras. No sólo es bueno para la economía y para la creación de empleos, también es bueno para nuestro planeta.
*Presidente del Comité de Difusión de COPARMEX
@LuisEDuran2
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