Los primeros auxilios se pueden aplicar en muchas circunstancias, como desmayos, fracturas, mordeduras o picaduras de insectos, choques, quemaduras por el sol, entre otras.    

  Diariamente estamos expuestos a situaciones que pueden afectar nuestra salud y no siempre estamos conscientes de ello; llegamos a pensar que le pasará a los demás antes que a nosotros. Sin embargo, es necesario promover en los demás y en nosotros mismos una cultura de prevención a través de la cual estemos protegidos. Cuando nos damos cuenta, esta cultura representa grandes beneficios, como el ahorro financiero. Al haber anticipado una posible enfermedad y adquirir un seguro de gastos médicos mayores, podemos observar que hay varias opciones para aplicarla. Una de ellas es aprender sobre primeros auxilios. Si bien son prácticas que muchos desconocemos y  no les damos la importancia que debiéramos, resulta elemental saber cómo hacer frente a las emergencias que lleguen a presentarse. Los primeros auxilios se pueden aplicar en muchas circunstancias, como desmayos, fracturas, mordeduras o picaduras de insectos, choques, quemaduras por el sol, entre otras. Las acciones a seguir en cada una de ellas son diferentes pero hay algo en especial que llama nuestra atención cuando escuchamos hablar de primeros auxilios: reanimación cardiopulmonar, también conocida como RCP. Esta práctica se vuelve necesaria cuando se presenta un paro cardio-respiratorio, el cual consiste en la interrupción brusca e inesperada de la respiración y la circulación espontáneas. Lo anterior puede ser consecuencia de accidentes como choques eléctricos o lesiones en los pulmones. Posteriormente, puede haber una disminución del transporte de oxígeno a los órganos vitales. Por ejemplo, supongamos que una persona se encuentra en el mar, una ola lo arrastra y le impide respirar por cierto tiempo. Al llegar a la orilla, ha perdido el conocimiento y es necesario que alguien le ayude a recuperarse. Para revertir esta situación, el procedimiento de la RCP es el siguiente:  
  1. Acostar a la persona sobre la espalda en una superficie firme
  2. Colocar una de sus manos encima de la otra en el centro del pecho de la persona
  3. Presionar con fuerza y rapidez, aproximadamente 100 veces por minuto
  4. Continuar hasta que alguien traiga un desfibrilador externo automatizado, llegue ayuda médica o la persona empiece a respirar normalmente
Cabe mencionar que estas indicaciones no son un reemplazo de un curso de capacitación de RCP, lo ideal es tomar uno para saber exactamente qué hacer y cómo hacerlo. Recordemos que la cultura de prevención está compuesta por factores que nos permitirán llevar una vida más tranquila y segura: la educación financiera y la educación en caso de emergencias; excelentes herramientas para tener una mejor calidad de vida.   Contacto fenam.com.mx Twitter: @grupofenam [email protected]   *Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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