Empresas de diferentes industrias constantemente dan a conocer las diferentes acciones que realizan sobre temas de sostenibilidad, pero un sector relevante en estos temas es el farmacéutico, debido a que las compañías dentro de este sector suelen utilizar tecnologías y química verdes, además de programas de eficiencia energética para la producción de medicamentos.
Primero, hablemos de la relevancia de esta industria en nuestro país. Se estima que el valor del mercado farmacéutico en México es de 14 mil 500 millones de dólares anuales. Con base en el Inegi, esta actividad económica es estratégica debido a que es la séptima más importante de las industrias manufactureras de un total de 291 participantes, según su producción.
México se ubica como el segundo mercado farmacéutico más grande en América Latina, sólo después de Brasil. Y 14 de las 15 compañías extranjeras más importantes del mundo, como Pfizer, Novartis y AstraZeneca, tienen presencia en nuestro país. Además, hay que tomar en cuenta a las firmas nacionales que en algunos casos son más grandes que las internacionales, o incluso, les maquilan medicamentos para comercializar en México, así como en otros países.
El mercado farmacéutico de nuestro país se encuentra conformado por el 74.7% de medicamentos de patente, el 12.1% de genéricos, y el 13.2% de fármacos sin prescripción.
Las unidades que más se comercializan en el mercado público son los analgésicos que poseen el 38%, mientras que vacunas el 24%. En el mercado privado, los analgésicos tienen el 19%, seguido de cardiología y enfermedades infecciosas con 14% y 12%, respectivamente.
Volviendo a la sostenibilidad para esta industria, el concepto de química verde se entiende, en este sector, como la disminución del daño al medio ambiente y de riesgos a la salud de los consumidores, al obtener productos mas puros.
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En el mercado farmacéutico mexicano, la química y la ingeniería verde buscan procesos de producción que minimicen desperdicios y que incluyan síntesis químicas que reduzcan el daño al ambiente.
Además, algunas empresas en sus plantas de producción de medicamentos han comenzado a implementar sistemas de generación de energía más limpia mediante la trigeneración eficiente, que no solo brinda energía eléctrica a un costo más accesible, sino también, agua helada para sistemas de refrigeración de medicamentos o vacunas, vapor para sus procesos y agua caliente para las calderas y sanitizado. Acompañado de una correcta gestión global de instalaciones, acciones clave para la eficiencia energética.
La eficiencia energética contempla un gran abanico de alternativas para su implementación, una de ellas es el mantenimiento preventivo, correctivo y predictivo para instalaciones de infraestructura técnica, como aire acondicionado, ventilación y calefacción (HVAC), equipos de energía eléctrica y térmica, sistemas de iluminación, etc. El objetivo es hacer un uso eficiente de energía aplicando un adecuado plan de mantenimiento para extender la vida útil de los equipos e infraestructura, sin que consuman mas energía.
Con ello, se evita la emisión de miles de toneladas de CO2 a la atmósfera, con lo que se logra reducir la huella de carbono y el impacto ambiental, obteniendo reducciones importantes de costos energéticos y económicos.
La energía es un recurso que se puede gestionar, y para hacer un uso eficiente de la misma, es necesario identificar, priorizar y seleccionar las acciones para la mejora del desempeño energético, con base en su potencial de ahorro y el nivel de inversión requerido.
Para las empresas dentro del sector farmacéutico, es una necesidad la implementación de proyectos y/o acciones con impacto positivo para el medio ambiente. Son jugadores clave para abrir paso a la economía circular, que busca transformar la forma en que producimos y consumimos, promoviendo una mayor eficiencia y sostenibilidad en el uso de los recursos.
Contacto:
Francisco Torres Luquín, director general en Veolus is now Veolia.
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