Las empresas con crecimiento más acelerado permiten a sus colaboradores elegir dispositivos, aplicaciones y software según su propio criterio.     Por Ignacio Conti, gerente regional para Cono Sur de Blue Coat Systems.   Ya no se trata de una tendencia, es un tsunami. Los empleados logran cada día más imponer sus preferencias tecnológicas en las empresas. Una encuesta realizada por The Economist Intelligent Unit para Blue Coat Systems entre 1,900 empresas a nivel mundial refleja que cuanto mayor es la autonomía tecnológica, más aumentan las ganancias y que las empresas de mayor crecimiento a nivel mundial ya lo han implementado. Se trata de un fenómeno reciente, ya que la posibilidad de elección debe ir acompañada de la factibilidad tecnológica, dado que no se trata de bajar las barreras de seguridad y poner en peligro información confidencial. Un ejemplo sencillo de este cambio son los smartphones y la tablets. Cada uno elije el suyo, pero eso no quiere decir que no sea una herramienta de trabajo con la cual acceder a todos los recursos corporativos. Este se conoce a nivel mundial como BYOD (Bring Your Own Devise, o Traiga Su Propio Dispositivo), que cambia en forma radical el manejo de la red interna de la empresa. El cambio viene de todos lados, desde el gerente que se compra la nueva tablet y, obviamente, quiere usarla en la empresa, los empleados comerciales que trabajan en la calle y en general de todo el personal que utilice algún dispositivo móvil . Ahora bien, está claro que el gerente de tecnología le puede decir que no a un asistente de marketing, pero cuando el presidente quiere conectarse la respuesta requiere un giro afirmativo inmediato. Pensemos que en EU, cada persona cuenta con un promedio de 5 dispositivos personales, entre teléfono, tablet, música, juegos, netbook, notebook, PC, etc. Otro ejemplo son las aplicaciones o programas específicos que un equipo de trabajo decide usar porque le resulta eficiente, sencillo y, en muchos casos, gratis. Al elegir las herramientas, el 84% de los encuestados concuerdan que los empleados las utilizan con mayor eficiencia y esto redunda en un beneficio de proporciones para las compañías (35% más de ganancia). Tradicionalmente, la seguridad se ha concebido desde el temor a lo desconocido, a la nueva tecnología y a la pérdida de control, y ese temor produce una rigidez que obstaculiza el crecimiento de la empresa. Internamente en las compañías, el centro del “no se puede” fue el sector de IT e incluso hoy en día el 76% de los líderes de TI de todo el mundo admite que la seguridad es el mayor obstáculo que les impide a los empleados elegir la mejor tecnología del mundo a voluntad. “No es posible conectarte a la red con tu Notebook.” “¿Conexión remota? Nooo.” “Qué lindo tu Smartphone, pero es Android y sólo tenemos seguridad para Apple…” Estas frases irán quedando rápidamente en la historia, porque hoy cada vez menos empleados están dispuestos a aceptar que les impongan tecnologías que no les facilitan el trabajo. Es por ello que los líderes empresariales y usuarios independientes están dejando de lado la tecnología controlada por TI en favor de una utilización voluntaria de las mejores tecnologías, dispositivos, aplicaciones y servicios de TI disponibles en el mercado. De acuerdo con la encuesta, el 52% de los líderes empresariales creen que las políticas de TI retrasan la innovación, mientras que el 53% cree que retrasan el servicio al cliente. En un mundo donde el negocio manda, el cambio interno dentro de las empresas es inevitable. Si un empleado ve la posibilidad de aumentar sus ventas con alguna tecnología determinada, no habrá gerente de IT que pueda argumentar. Los CIO deben ser facilitadores empresariales que puedan alinear IT con iniciativas corporativas estratégicas. Cuando la colaboración entre TI y los líderes empresariales es fructífera, la organización puede innovar y ofrecer nuevos productos y servicios, reducir costos a través de una mayor eficiencia, generar mayores ingresos y, finalmente, tener empleados más autónomos y felices.      

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