Los conciertos de Ágora, una de las bandas más sobresalientes del metal progresivo en México, suelen ser apabullantes, y llenos de energía, y en los cuales todo suena como tiene que sonar.   A los integrantes de la banda Ágora se les ve tranquilos, emocionados, felices. Es un día caluroso de abril, y me siento un tanto culpable de interrumpir la tarde, su tarde. Verán: en esta casa que funciona y han adaptado como su estudio, el clima es fresco… Y no sólo eso: al fondo, en un pequeño patio, unas cervezas sobresalen por encima de todo; están ahí, tentando, esperando… A mí me han invitado a pasar a una pequeña habitación —que sirve como estudio de grabación, y donde la frescura del ambiente, y la comodidad, es mejor— para conversar más sueltos. La agrupación ha regresado a sus actividades diarias por dos razones de peso: desde hace un par de meses circula Vértigo vivo, su primer dvd que registra uno de sus electrizantes conciertos, y abrirán los dos shows que los volcánicos Judas Priest ofrecerán en el país. En efecto: Ágora pasa por un momento muy bueno en su carrera, muy activo, así como atractivo. Por supuesto, es fácil de entender eso: son los frutos del esfuerzo (por más de diez años), el trabajo, la dedicación, la imaginación, la creatividad; sí, mucha creatividad musical: lo que los ha convertido en una de las agrupaciones más interesantes en el ámbito del heavy metal nacional. Aquí abro paréntesis: México no es exactamente muy metalero; sin embargo, en todos los estados sí hay una escena, chica, pero sí existe. Las bandas tienen, hoy, incluso, más posibilidades de durar en el camino. Aclaro: quitando la bochornosa escena que se vivió en 2014, en Texcoco, Estado de México, cuando se canceló el Hell & Heaven Metal Fest, la gente ya no lo ve tan satanizado como antes. De hecho, el género gana cada vez más adeptos para la causa. Cierro el paréntesis. Decía: Ágora pasa por un momento particularmente bueno y fructífero. Por eso se les ve tranquilos y emocionados y felices. Así: me acompañan los guitarristas Manuel Vásquez y Sergio Aguilar, el bajista Daniel Villarreal, y también Eduardo Carrillo, el baterista. A la cita no ha podido llegar el cantante Eduardo Contreras. Los cinco integrantes, sin embargo, se han multiplicado para atender, desde que salió a la venta el dvd a finales del pasado febrero, a la prensa y toda actividad de promoción: estaciones de radio, periódicos y revistas de papel, sitios web. Eso sí: advierten que ya están sumando ideas para un nuevo disco, pero priorizan mejor el reciente material. —La verdad —coinciden los cuatro integrantes—, este dvd es una carta de presentación que pocas bandas de heavy se pueden dar el lujo.
La banda en Rock al Parque

La banda en Rock al Parque

Esto es verdad. Por cierto: Vértigo vivo es la grabación del directo que realizaron en noviembre de 2011 en las instalaciones del Plaza Condesa de la hoy Ciudad de México. Es un disco doble, cd + dvd, que contiene 18 canciones, todas grabadas en audio 5.1, además de contener un documental “backstage”, que muestra todos los preparativos de ese show. Editado por Universal Publishing, y distribuido por Discos Intolerancia, el material también tiene testimonios de sus integrantes y de su equipo de trabajo.

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Mientras voy mirando —de mi derecha a izquierda— a Manuel, a Sergio, a Daniel y a Eduardo, no puedo dejar de pensar en esos chavales que —según cuenta su propia biografía en su página oficial— en 1996 decidieron formar una banda de heavy metal. O en esos chavales que luego —hartos de tocar covers— querían mostrar su propio material, pero no conocían la escena, no conocían mucho dónde tocarlo y, menos aún, cómo llevar el proyecto al siguiente nivel. Hoy, por supuesto, las cosas han cambiando un montón para ellos. Comenzando por la alineación: de 1996 a los primeros años de los dos mil, salieron y entraron integrantes. Después, ésta se estableció y apenas ha variado. Desde luego, asunto aparte es su discografía, muestra de su evolución, madurez, y que va de Segundo pasado (2001), pasando por Zona de silencio (2005), Silencio acústico (2008) y el sensacional y explosivo Regresa al vértigo (2011). Ahora se suma un dvd, y su participación como grupo abridor de Judas Priest. (Su carrera, incluso, los ha llevado a compartir escenario con bandas casi del mismo calibre, como Iron Maiden, Deep Purple, Megadeth, Stratovarius, Symphony X, Morbid Angel, Mötley Crüe, Helloween, Hammerfall, Ángeles del Infierno, Rata Blanca y Tierra Santa, entre otras.) Y es justamente por ahí donde he querido comenzar la conversación. Sobre todo, por el aprendizaje de todos estos años, y cómo Ágora se ha convertido en una banda verdaderamente profesional, a diferencia de aquellos años primerizos… Todos sueltan una risita ante este último comentario, e intentan hablar al mismo tiempo: “¿Tú lo crees?”, pregunta Eduardo. “¿En serio?”, me parece que comenta Sergio. “Esperemos que sí lo seamos”, escucho decir a alguien, sin saber quién. Entonces me apresuro a matizar mis palabras. “Lo que intento decir es que todos sabemos que en el mundo del rock hay muchos peligros: el estilo de vida, los asuntos de negocios, el ego. Todo ello, si no se cuida, en un santiamén puede echar por la borda lo logrado.” Aún con una sonrisa, Manuel toma primero la palabra: “Si bien es cierto que son 20 años tocando, yo me enfocaría en los 15 años que tenemos con una alineación ya estable, con algunos discos detrás. Cuando le preguntaron a un músico si creía que su carrera era exitosa, él dijo que sí, porque vivía precisamente de su música. ¿Podemos decir que la de Ágora es una historia de éxito? Yo creo que sí, por esto mismo: porque vivimos de lo que más nos gusta hacer… Tenemos un proyecto, si no consolidado, sí muy longevo; llevamos mucho tiempo haciéndolo, y realmente ninguno puede ver su vida sin el grupo.” Eduardo quiere agregar algo, pero Manuel, con un gesto, le pide dejar continuar: “Mira, sí ha sido un camino de éxitos, pero con muchas caídas y tropezones, y ha sido trabajar y trabajar. Insisto: no podría decir que estamos consolidados, pues sería muy tonto de nuestra parte pensar que ya llegamos a lo más que podíamos. No. Siempre estamos visualizando y explorando caminos nuevos.” Daniel le da la razón: “Nosotros somos los jueces más duros, y más estrictos, que tiene la banda. Siempre estamos buscando algo más. La zona de confort nunca le ha funcionado al grupo. Siempre estamos buscando como esa inconformidad, esa incertidumbre del trabajo. Como ejemplo está justamente el dvd… Mira, estamos en este momento promocionando este material, pero estamos conscientes de que la banda ya evolucionó de esa fecha en el Plaza Condesa, en noviembre de 2011, a este abril de 2015. Desde mi punto de vista, nos siento mucho más maduros en el escenario, con un sonido más fluido; me da alegría saber que en este breve lapso, la banda sí ha evolucionando.” La mirada de Eduardo va más allá: “Es cierto. Hemos madurado mucho en estos cuatro años… Pero a mí lo único que me tiene inquieto, y lo hablamos hace poco, es: ¿qué sigue? Algunas personas nos han comentado que hay un tope dentro del heavy metal nacional, y creo que ese tope lo volamos desde hace rato nosotros; lo digo, por ejemplo, en este sentido: hacer un concierto con el Plaza Condesa… eso era un tope que no existía en el heavy, y se hizo. A ello agregas un dvd, ¡y se hizo! Lo que yo siento, tal vez, es que el camino ya es como incierto. No lo digo porque vayamos a claudicar, sino por no saber simplemente qué va a venir. Siempre nos las estamos ingeniando para ponernos nuevas tareas.” Sergio, quien, sin llamar la atención, ha seguido las respuestas de todos, se queda meditando unos segundos; luego añade: “Algo con lo que nos hemos encontrado todo este tiempo (al menos a nivel reflexivo), es lo duro que es ser profesional, en muchos sentidos, en México. ¿Por qué? Porque por más profesional que queramos ser nosotros, a la banda de repente le toca trabajar con promotores o gente poco preparada y profesional, en situaciones que a veces rayan en lo absurdo y que no están a la altura del grupo; aun con ello, claro que salimos a romperla, a cumplir los compromisos, aunque no todas las condiciones sean las idóneas.” Aquí quiero añadir algo, pero Sergio me intercepta: “Agregando un poco a lo que decían Lalo, Manuel y Daniel… De alguna manera, este dvd representa algo padre, porque nuevamente tuvimos un completo control creativo, como con los discos… Entonces, como lo dicen, es ir encontrando nuevos caminos, querer abrir nuevas vías. Se trata de no repetirnos, y ser más creativos, y evolucionar como músicos, y que la gente no diga: ya tienen su fórmula, seguro otra vez la van a repetir en dos o tres discos más. No. De eso no se trata. Sino de seguir adelante.”

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Es un hecho: Ágora, poco a poco y paso a paso, se ha ido erigiendo como una de las bandas más sobresalientes del metal progresivo en México. Su paso dentro de la escena no ha sido fácil; ellos lo saben, lo asumen y lo cuentan como recordatorio de lo que han tenido que afrontar. Eso sí: hoy por hoy, sus conciertos suelen ser apabullantes, y llenos de energía, y en los cuales todo suena como tiene que sonar. Su madurez, que se refleja en sus directos, ha sido lo suficientemente evidente para que se sumen más adeptos. —Una de las cosas que siempre me ha llamado la atención —le digo a Eduardo, a Daniel, a Sergio y a Manuel— es la manera como se ve el oficio de músico. ¿No les ha sucedido que, de pronto, si eres demasiado profesional, los demás colegas (del género) te tachan de vendido, o que has olvidado las raíces? ¿Es raro, no? —¡Por supuesto! —dice, entre carcajadas, Eduardo. Luego, más serio, añade—: Nosotros, en ese sentido, nunca hemos olvidado las raíces. Por ejemplo, no hay disco que hayamos sacado y que no nos demos nuestra vuelta por el Tiaguis del Chopo a presentarlo. Regresamos. Pero además, y todavía más importante, me parece que es lo que hacemos, o estamos tratando de hacer, por otras bandas. Lo digo en el sentido de mandarles contactos, mandarles promotores, prensa. Creo que esto es más importante que decir: me gusta no cobrar, o me gusta tocar en el peor hoyo funky… En lo absoluto. Creo que Ágora está consciente de eso.
—Pero a veces, si sobresales y eres un profesional, estás sólo a un paso de que te digan que eres falso, que ya no eres el mismo, o que te has traicionado, ¿no? —¡Eso es cierto! —interviene, ahora, Daniel; por la sonrisa, es claro que entiende también esta idea. Añade algo—: Mira, hay que ser sinceros: uno de amor al arte no come. Entonces, nosotros, día con día, tenemos la fortuna de dedicarnos cien por ciento, como decía Manuel, a la música. Entonces, día con día trabajamos en ésta que es nuestra profesión. ¡Queremos y deseamos que, en verdad, nos genere ingresos! Y por supuesto que se puede. Porque Ágora no es una banda de hobby. O sea, no es una banda que ensaye de vez en vez, cuando tengamos tiempo todos. No. La vida de trabajo a futuro está planificada para dos o tres años adelante; los planes continúan. Es nuestra profesión y, como tal, la trabajamos, la respetamos para que nos genere el ingreso que necesitamos como músicos profesionales…
—Pero, ¡caray!; de pronto esa idea de que si no eres bohemio no eres gran artista tiene más peso… —les sugiero. —Pero es que una cosa no va peleada con la otra —puntualiza Eduardo—. Por ejemplo, en este momento estamos aquí, en el estudio, pero si te vas al cuarto de ensayo, éste está impregnado de rock and roll; es otra cosa; es muy bohemio, muy rockero… Ahora bien, más que nada yo lo pienso de las generaciones que vienen, de los chavos, ¿qué modelo quieren replicar?: una banda que no pasa de tocar en hoyos funky, o replicar un grupo que está generando dinero con lo que les gusta hacer: que es música y sin ataduras, o que tiene patrocinios, o que tiene su propio estudio, o que está generando ingresos…
—Es muy interesante si lo plantea así… —Sí, lo es —continúa Eduardo—. Mira, vamos a imaginar a un chavo, músico él, que conozca a Ágora. A lo mejor él te dice a ti que no quiere ser como Ágora sino mucho mejor que ellos. Pero, ¿cuál es la historia de Ágora? Pues la de un camino duro. Con mucho trabajo. Mucho estudiar. Ensayar siempre. Ése es el camino. Y tratar de hacer esto lo más profesional posible; ver a tu grupo como una empresa en la cual tú eres tu propio jefe. Al final, la historia que deja el grupo tras de sí es una: que sí puedes vivir de la música, y que sí te puedes dedicar al heavy metal en México. Cuando algo que gusta, te apasiona, como a nosotros la música y el heavy, tienes que echar todo al asador para lograr lo que te propones. —Eso es cierto —puntualiza, ahora, Manuel—. ¿Cuántas veces nos dijeron “no se puede”. Ejemplos nos sobran: si queríamos organizar un concierto en tal o equis espacio, “no”. Que queríamos cobrar por el concierto 900 pesos, “no, mejor 100”. Oye, que quiero un patrocinio, “no, cómo patrocinio, pues quiénes son ustedes”. Todo era “no”. Hoy, sin embargo, las cosas han cambiando. Y este dvd nuevo, lo viene a confirmar…
—A veces —le digo a Ágora, para finalizar— hay que pagar derecho de piso, ¿no? —Pues sí, —concluye Sergio—. Foguear. Ahora, pasa algo curioso: los patrocinios los buscábamos porque también ser músico, al principio, es caro. Es muy loco, la verdad. Porque cuando llegas al punto en el cual ya te alcanza a lo mejor para una nueva guitarra, ya te las regalan. Empero, al inicio, cuando empiezas ese camino, no te dan nada. Ser músico también es carísimo. Pero sí, realmente nosotros nos abocamos a la profesión porque así lo queríamos. Es la profesión que elegimos, y no lo vemos como un camino para tener la millonada, y fama, y estas cosas, sino que somos un grupo que nos gusta tocar la música que queremos y bajo nuestros propios términos. Si alguien se une, excelente. Y si no, aun así nosotros vamos a seguir tocando…   Nota bene: Ágora abrirán los shows de Judas Priest el 8 de mayo en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México, y el 11 de mayo en el Auditorio Banamex de Monterrey.  

Más información del grupo: Facebook: AGORA oficial Página web: AGORA sitio oficial

Contacto: Correo: [email protected]   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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