México se encuentra en un punto histórico importante para cambiar su enfoque de política de drogas.   Por Alejandro Tlacaélel Ramírez De León   La legalización de la marihuana para fines recreativos en los estados de Colorado y Washington en Estados Unidos tendrá un impacto significativo en los ingresos de los cárteles de drogas mexicanos. El impacto perjudicaría principalmente al Cártel de Sinaloa, situación que podrían aprovechar cárteles menos afectados, como los Zetas, a fin de tener un mayor control del mercado. Esta situación puede evitarse o al menos disminuirse desde la política en México. Según el informe “El problema de las drogas en las Américas: estudios, la economía del narcotráfico” de la Organización de Estados Americanos (OEA) publicado en 2013, los cárteles mexicanos reciben ganancias anuales de entre 1,000 y 2,000 millones de dólares por la venta de marihuana en Estados Unidos (EE.UU.). Más de 60% de las ganancias de venta de drogas viene de las ventas al menudeo (cerca del 30% de su paso por países de tránsito, y menos del 1% proviene de las regiones donde se cultiva la marihuana o cocaína). Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en 2012 el mercado minorista de drogas en el continente americano fue de más de 150,000 millones de dólares, que es el 47% del total mundial. El mercado mundial minorista de drogas corresponde en 44% a Norteamérica y sólo el 3% a Latinoamérica (incluyendo Centroamérica y el Caribe). Podemos ver el ingreso y consumo de marihuana para el continente americano, en el año 2003 (año en que se tuvieron más datos): G1 Fuente: UNODC (2003),  Informe Mundial sobre las Drogas. Nota: La gráfica es sólo representativa del continente americano en conjunto, no de cada país, ya que el precio de la marihuana aumenta conforme la marihuana se aleja del lugar de cultivo. A partir del enfoque de demanda, en 2012 Caulkins, Hawken, Kilmer y Kleiman, calcularon el mercado estadounidense para las compras minoristas de marihuana en 30,000 millones de dólares. Y el mercado ha crecido, según la prevalencia de consumo anual de marihuana de 2000 a 2011 en la población mayor de 12 años: G2 Todo esto nos indica que al menos desde el 2000 y especialmente desde 2008, los cárteles mexicanos, han incrementado sus ganancias por la venta de marihuana en EE.UU., y es natural que consideren que ese mercado seguirá esa tendencia a la alza en al menos el corto y mediano plazo. En términos de violencia esto significa que los cárteles mexicanos han ido aumentado su capacidad de fuego y esperan que la misma siga creciendo. El mismo informe de la OEA dice que uno de los posibles impactos de la legalización de la marihuana en Colorado y Washington es un aumento de la violencia entre cárteles en México. Las pérdidas por la legalización se distribuirían de forma diferente entre los cárteles mexicanos, el más afectado sería el Cártel de Sinaloa y el menos afectado el Cártel de los Zetas. Lo que abre la posibilidad de los cárteles menos afectados ataquen a los más golpeados con el fin de recuperar mercado y control de territorios en ambos lados de la frontera. De ser el caso, el aumento de la violencia se daría en el corto y mediano plazo, pero tendería a disminuir en el largo, junto con su poder de fuego y la capacidad de los cárteles para corromper autoridades. Sin embargo, esta situación puede ser benéfica para México si se hacen los cambios necesarios en la política de drogas. La legalización de la marihuana para fines recreativos en México, aumentaría el daño financiero de los cárteles, ante esto los cárteles no podrían reaccionar “mudando” su mercado minorista de EE.UU. a México, como algunas voces antilegalización dicen. Esto se antoja imposible por al menos dos situaciones. La primera: en EE.UU., una libra de marihuana cuesta 400 dólares, mientras que en México la misma libra cuesta 40 dólares (Según lo calculado por Kilmer, Caulkins, Bond, y Reuter, en 2010). La elasticidad de la demanda (o sea, cómo responden los demandantes ante un cambio en el precio) de la marihuana (y de la cocaína) fue calculada en 2009 por Reuter y Trautmann en -0.5 (esto es que, que si el precio minorista de la marihuana en EE.UU. aumenta 1%, los demandantes disminuyen su consumo medio punto porcentual). Para igualar los ingresos obtenidos por vender la droga en México con los que se obtenían los Estados Unidos, la prevalencia de consumo mexicana (1.2 en 2011) tendría que crecer exponencialmente, lo que va en contra su tendencia actual. La segunda razón es justo la prevalencia de consumo de marihuana en México, que a pesar de aumentar, no lo ha hecho a un gran ritmo. En 2002 era de 0.6, en 2008 de 1 y en 2011 era de 1.2. Además, si la elasticidad de marihuana en México es semejante a la de EE.UU., su demanda podría ser directamente controlada por el precio al consumidor final, tal y como ya ocurre con el tabaco. México se encuentra en un punto histórico importante para cambiar su enfoque de política de drogas, y debemos hacernos una pregunta básica ¿Dejamos el multimillonario mercado de drogas en manos de delincuentes o permitimos que sea regulado por el Estado? La respuesta no debe sólo pensarse en términos financieros, también como problema de salud pública, desigualdad, violencia, y derechos humanos.   * Escritor de Economía en Revista Paradigmas.   Contacto: Twitter: @Tlacaelelmx   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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