La visita de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, no tuvo como único propósito la firma del Memorándum de Entendimiento, ni una reunión de dos horas en la que vería de primera fuente los resultados obtenidos de los programas Sembrando Vida o Jóvenes Construyendo el Futuro. Harris vino a asegurarse, en parte, de que el nuevo Tratado de Libre Comercio (T-MEC), por fin, comience a rendir los frutos esperados. Esta vez desde una perspectiva que atienda los problemas de la región, siendo uno de ellos la migración ilegal. O, mejor dicho, la disminución de la misma. 

Independientemente de los intereses políticos que existan detrás de la política migratoria de Estados Unidos, lo que busca el gobierno norteamericano en alianza con México y el resto de los países centroamericanos es ofrecer a los migrantes de México, Honduras, El Salvador y Guatemala, las mismas alternativas económicas y garantías de seguridad que encontrarían en Estados Unidos, por medio del desarrollo de empleos, la supresión del contrabando de personas, y la implementación de una estrategia integral para la reducción de la violencia y la corrupción.

Sigue la información sobre los negocios y la actualidad en Forbes México

En el caso específico de México, la visita de Harris nos cae como anillo al dedo. Justamente después de las elecciones intermedias de México, para que nuestro país siga construyendo lazos con las naciones con las que tiene acuerdos comerciales, más aún con la economía lastimada y con el covid-19 aún presente. Y luego del resultado de las mismas, donde por mucho que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, y su partido digan que no las resintieron, que no dolió el resultado, y que están felices; la realidad es que ha sido un llamado para rectificar, para dar origen a nuevas estrategias para seguir avanzando con su Cuarta Transformación. 

Se esperaría que, a partir de esta visita, y un congreso más equilibrado, la 4T comience a rendir cuentas, y no con respecto a la siembra de árboles o al número de becas otorgadas a estudiantes mexicanos, sino respecto a todos aquellos que están involucrados en el T-MEC, ya sea en mayor o menor medida. Y esto va desde las personas que buscan un mejor futuro en Estados Unidos o Canadá, hasta el empresario mexicano, en todos los niveles, que invierte por y para el crecimiento de país.

Es bien sabido que especialistas en materia laboral se reunieron con la vicepresidenta en el marco del T-MEC. Entre los tópicos discutidos, fueron el Capítulo 23, mismo que incluye la reforma laboral de 2019, y su implementación, además de temas de equidad de género, y el trabajo infantil. Esta sería la primera oportunidad en la que ambos países se sientan a discutir sobre los avances del mismo, pues la tarea principal de la misma reforma era mejorar las condiciones laborales y salariales de trabajadores en México, como medida preventiva a que empresas canadienses o norteamericanas trasladaran empleos al país debido a la mano de obra barata.

Sigue aquí el avance contra la pandemia en México y el mundo

Desafortunadamente, el tema de migración en el fondo es por pobreza, y es muy posible que Estados Unidos tome esto como una oportunidad para hacer efectiva la inversión que hay entre ambos países a través de dicho tratado.

De inicio, pareciera que la administración lopezobradorista ya ha implementado ciertas medidas o iniciativas de leyes en los últimos meses, que están a favor de los empleados y trabajadores mexicanos, como es el aumento del salario mínimo o la eliminación del outsourcing. Sin embargo, falta mucho para estar al nivel de nuestros socios comerciales, pues el T-MEC plantea el escrutinio laboral para asegurarse que las empresas extranjeras de Estados Unidos y Canadá cumplan con las condiciones laborales, de seguridad y salariales acordadas en al tratado. Y en esto el deseo más grande es terminar con el ¨Sindicalismo Charro¨ en nuestro país, de ahí que recientemente empresas se vean en el ojo del huracán por los procesos que llevan a cabo para renovación de contratos colectivos de trabajo, en dónde Canadá, está muy involucrada. 

No obstante, ¿qué pasa con aquellas empresas o sectores netamente mexicanos que conservan o profundizan las viejas desigualdades, y que son las que empujan a miles de mexicanos a migrar hacia el otro lado del río? ¿Cómo se aplica el T-MEC a México? ¿Cómo traducimos el tema de la migración a las compañías de nuestro país? 

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Tanto México como Estados Unidos comparten una agenda donde ambos, por lo menos han demostrado estar interesados en evitar que miles de familias abandonen sus hogares y familias. La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, se ha reunido con altos funcionarios de 12 compañías, y grupos, incluso con el Foro Económico Mundial, para promover oportunidades económicas para Centroamérica, y así paliar la desigualdad de oportunidades. Pero para ello, también tendrán que valerse de instrumentos verdaderamente efectivos, que permitan superar los índices de pobreza en un contexto tan complicado como es el de la nueva normalidad. Lo deseable en esta ocasión, es que la solución al fenómeno migratorio no solo se quede en las líneas de un memorándum más, y tenga lugar en la mesa de discusión, de seguimiento, a la par del cumplimiento de un T-MEC, donde México tenga gran toma de decisión, que le permita incluso superarse a sí mismo. 

Contacto:

Julio Pilotzi es analista de temas económicos*

Twitter: @juliopilotzi

LinkedIn:Julio Pilotzi

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

Las startups innovadoras que cruzan fronteras
Por

Conoce los cuatro factores que ayudaron a estas startups a escalar rápidamente sus modelos de negocio en mercados global...