Todos los presidentes juran respeto a la Constitución. Es la regla y es lo que se espera de ellos, que se apeguen al mandado que les fue otorgado asumiendo en todo momento el mandato de las leyes. Esto es así, porque el poder tiene límites e inclusive contrapesos, como los que provienen de los legisladores y de los jueces. El presidente Andrés Manuel López Obrador decidió ampliar el margen y emitió un memorándum que implica la suspensión de diversos ordenamientos constitucionales que se agrupan en lo que se llamó la Reforma Educativa. Es un enredo y sobre todo para sus colaboradores, ya que estarán ante el dilema de obedecer al presidente o cumplir con la Constitución. Es una coyuntura de la que nadie saldrá bien librado. Muchos e importantes constitucionalistas, como el ministro en retiro; José Ramón Cossío, han advertido sobre los riesgos de semejante decisión y que, además, es poco aplicable. El mandatario explicó que el memorándum tiene un carácter político y no jurídico. En principio es una válvula de escape para evitar que el conflicto con la CNTE se profundice y para cumplir con una promesa que provine de la propia campaña electoral. Borrar la Reforma de Enrique Peña Nieto es una de las divisas de la actual administración, pero hacerlo no es tan sencillo como se pensaba, ya que se requieren de mayorías calificadas para modificar el texto constitucional y esas no las tienen Morena y sus aliados en el Senado. Por eso se optó por una especie de borrón y de cuenta, aunque no tan nueva, porque lo que se pretende es que todo vuelva a la situación en que se encontraba antes de 2013. Lo inquietante es que la Constitución sigue siendo la misma y ahí hay reglas muy claras que debieran cumplirse, o hacer lo posible por lograrlo. Por ello, lo más delicado no radica en los acuerdos para favorecer a la CNTE, sino en el mensaje que se manda sobre el acatamiento de las leyes. Hace poco más de 100 años, Emilio Rabasa publicó La Constitución y la Dictadura, un análisis en el que se ocupó de la construcción del sistema político y lo vio desde la perspectiva de una nación en construcción. En el prólogo del libro (1956), Andrés Serra Rojas escribió: “El verdadero problema de la organización de gobierno, que consiste en el equilibrio de las fuerzas que lo constituyen, a fin de que no llegue la fuerza de una a destruir a las otras, degenerando en fuerza opresora”. El análisis es pertinente, porque aplica a coyunturas donde el presidencialismo es el eje de todo el sistema y más aún cuando hay un partido dominante que lo respalda. Ojalá el memorándum sea sólo una anécdota más en el largo peregrinar de tratar con la CNTE y no un reflejo, una pulsación de una idea de gobierno y de país.   Contacto: Twitter: @jandradej Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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