Por Leopoldo Gutiérrez Las administraciones tributarias alrededor del mundo están utilizando tecnología para modernizar sus procesos de diferentes maneras. Para lograrlo requieren de una gran inversión. Sin embargo, existe la promesa de que destinar recursos en esos rubros aumentará la eficiencia y mejorará la transparencia, tanto en los trámites y servicios disponibles para los contribuyentes como en los mecanismos de control por parte de la autoridad. En la última década, las administraciones tributarias modernas han decidido transformar la manera en que los contribuyentes reportan la información referente a sus obligaciones fiscales, dejando atrás los medios impresos para operar de manera digital, lo que ha detonado que las declaraciones, avisos, contabilidad, facturas, pedimentos y otros documentos de soporte requeridos por la autoridad se tengan que entregar de forma electrónica, previo a cierto control de validación. Lo anterior permite que dicha información pueda llegar a bases de datos estructuradas; incluso, para ciertos casos como los de facturas o pedimentos los datos pueden trasmitirse en tiempo real. Este cambio no es menor. Si analizamos su trascendencia, a partir de dichas bases de datos es que las autoridades fiscales buscan estar a la vanguardia al administrar de mejor manera los riesgos de incumplimiento, eliminar las discrepancias encontradas en la información fiscal y aduanera reportada por los contribuyentes y reducir la brecha recaudatoria existente. Si bien esta transformación implica cambios importantes para los contribuyentes en términos de cómo la autoridad requiere que cumplan con sus obligaciones fiscales, también las autoridades tributarias viven un proceso de cambio que implica incorporar mecanismos automatizados de medición del incumplimiento en tiempo, forma y fondo, y definir nuevas estrategias de fiscalización, así como utilizar medios alternativos e innovadores de interacción entre autoridad y contribuyente. Es a raíz de esta evolución del ciclo fiscal y aduanero que las administraciones tributarias tienen mayor posibilidad de ampliar el alcance de sus funciones de servicio a distancia, brindar información de utilidad para el contribuyente, permitir aclaraciones en línea y comunicar criterios indebidos, entre otras. Aunado a lo anterior, este cambio también permite establecer controles para combatir la evasión fiscal, mejorar la velocidad, variedad y veracidad de las acciones de control de las administraciones tributarias, así como incrementar la transparencia.   La otra cara de la moneda En lo que respecta a los contribuyentes, específicamente en el caso de las empresas, el cambio ha sido asimétrico. Sus áreas de soporte fiscal y aduanero enfrentan una realidad con presupuestos restringidos, colaboradores con perfiles orientados a procesos manuales y concentrados, así como poca comunicación con sus áreas de tecnología, lo que reduce de manera importante la capacidad de respuesta. Por otra parte, los cambios legales frecuentes requieren tareas más complejas y más profundas que demandan tener la documentación y soporte necesarios para responder a la autoridad en tiempo y forma. Las organizaciones deben considerar que este nuevo entorno digital viene acompañado de otros dos elementos no menos importantes:
  1. Los requerimientos de transparencia relacionados con el cumplimento fiscal y aduanero por terceras partes.
  2. El intercambio de información de forma digital entre países.
Con estas nuevas prácticas se estima que a partir de 2017 las administraciones tributarias tendrán acceso a un mapa completo de pagos de impuestos de los grupos multinacionales, situación que habrá de generar múltiples y rentables programas de fiscalización.   Cómo adaptarse correctamente a los cambios Para lograr el cabal cumplimiento tributario y aduanero en el nuevo entorno digital es importante que los contribuyentes identifiquen áreas de oportunidad y establezcan un proceso de adaptación enfocado, entre otros puntos, en:
  1. Apoyarse en herramientas analíticas que les permitan hacer un manejo inteligente y adecuado de la información en tiempo real.
  2. Optimizar las facilidades que ofrecen las administraciones tributarias.
  3. Implementar acciones preventivas de control interno eficientes, confiables y transparentes.
  4. Monitorear el comportamiento fiscal de la empresa, su cadena de suministro y el portafolio de clientes, socios, accionistas y representantes legales.
Las empresas o contribuyentes que se encuentran en pleno proceso de transformación hacia lo digital deben tomar en cuenta que, de no hacerlo, además de reducir la eficiencia del negocio pueden incurrir en incumplimientos, lo que se puede traducir en acciones fiscales en contra de la organización. La transformación digital global no es sólo un fenómeno social. Los gobiernos en todo el mundo están marcando el comienzo de una nueva era de la economía digital y la tributación, al tiempo que establecen los parámetros para el intercambio digital de información sobre corporativos y multinacionales.
Leopoldo Gutiérrez es Socio Líder de Tax Technology y Data Analytics en EY México.   Contacto: Twitter @EYMexico Facebook: EY México Página web: EY   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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