No es difícil coincidir con el planteamiento del presidente de la Condusef, Oscar Rosado, quien estima que el nombre de la pandemia actual sea“estrés financiero”.

Ante ese estrés generalizado en segmentos sociales y grupos etarios hay una enorme oportunidad de aprovechar los recursos de acompañamiento financiero que ofrecen bancos y las autoridades y la probabilidad de replantearse objetivos y valorar logros asequibles. 

También es oportunidad para reorganizar las capacidades y prioridades económico-financieras en familias y empresas ante las eventuales incertidumbres detonadas por la inflación, el aumento del costo del dinero, la ausencia de liquidez y el riesgo de retroceder más allá del enorme impacto que ya ha tenido y tuvo la pandemia de Covid 19 en la caída del PIB y, en el caso muy concreto de cierre de empleos y de algunas empresas.

Prácticamente tres de cada cinco empleadas y empleados dicen padecer estrés financiero, en promedio cada uno pasa hasta 7 días completos del año preocupado por temas de su bolsillo y el 57% de los hogares tiene algún tipo de deuda. Imaginemos lo que les pasa a los estadounidenses quienes tienden a deber cinco veces más que los mexicanos respectó de lo que ganan.

Las estadísticas, contenidas en el Reporte de Bienestar Financiero 2022, elaborado por Invested, y en la Encuesta Nacional sobre Finanzas de los Hogares 2019, realizada por el Banco de México y el INEGI, enfatizan la localización en la agenda nacional de la educación financiera así como al enemigo silencioso que las aqueja: el estrés financiero.

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En la inauguración de la Semana Nacional Financiera, Rosado, el presidente de la Condusef, calificó este problema como una epidemia aún poco perceptible que causa estragos en la vida personal, familiar y social de las personas.

De acuerdo con lo que hemos detectado a partir de las atenciones brindadas en el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México ante situaciones económicas, las consecuencias a nivel nacional son variadas, y van desde alteraciones emocionales como enojo, tristeza, ansiedad, desesperación o desesperanza, hasta violencia familiar o baja productividad laboral.

El estudio de Invested señala que más del 56% de las personas reconoce que el estrés financiero tiene un impacto negativo en sus vidas, 18.9% destina más del 50% de su salario al pago de deudas, es decir viven sobreendeudadas, y mientras laboran los temas que más les preocupan son en 53.7% el dinero, 45.6% el trabajo y 32.7% la salud.

El 59.7% de las personas tiene pleno conocimiento de sus ingresos mensuales y 48.7% sabe cómo lo gasta. El resto desconoce esos aspectos centrales. Poner estos datos sobre la mesa y discutir sobre el tema permite tomar acciones inmediatas e impedir que afecte la salud emocional y la generación de soluciones.

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Contacto:

Salvador Guerrero Chiprés es Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.

TW: @guerrerochipres

www.consejociudadanomx.org

Twitter: @elconsejomx

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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