Un reciente reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que jóvenes griegos se están infectando conscientemente del VIH para poder acceder a una ayuda gubernamental de 700 euros.  

“Cuando todo se ha perdido, cuando no queda esperanza alguna, la vida es un oprobio y la muerte un deber.”

Voltaire (1694-1778).

    Grecia lleva un par de años sumida en una crisis en sus tres principales frentes: económica, social y política. A los recortes presupuestales y violentas protestas por la política monetaria, los jóvenes griegos se están enfrentando a una crisis de salud como nunca antes se había tenido noticia, poniendo, incluso, en peligro su propia vida. Esta es la otra tragedia griega del nuevo milenio… Desde el 2010 Grecia entró en una grave recesión multifactorial. De la noche a la mañana los griegos fueron, según cálculos, un 40% más pobres que en el 2008. Al desconcierto, llegó la desazón. La desesperanza se lanzó a las calles con protestas contra el gobierno. Mientras, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea (CE) forzaban a la isla a adquirir más deuda a cambio de más recortes. Leímos y escuchamos del repentino incremento en los suicidios de los ciudadanos griegos. Hombres de la tercera edad, o incluso matrimonios, optaron por arrancarse la vida. Dejar de escribir su historia y cerrar el capítulo de forma desgarradora. Entre el 2010 y el 2011 el número de suicidios aumentó 26.9%. En total, entre 2007 y 2011, la tasa se incrementó 43%. Según la ONG Klimaka las principales víctimas son personas desempleadas (en paro), seguidas de trabajadores independientes y pensionistas, los tres grandes grupos sociales más golpeados por la crisis griega. Pero hay otro segmento de personas, jóvenes, que no encuentran en la muerte repentina una esperanza. Pero tampoco ven promisorio el futuro. Ellos prefieren convertirse en víctimas silenciosas y someterse a una muerte un tanto más lenta. Un reciente reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que jóvenes griegos se están infectando concientemente del VIH para poder acceder a una ayuda gubernamental de 700 euros, más o menos 11,900 pesos mexicanos. El mencionado reporte de la OMS llamado ‘Review of social determinants and the health divide in the WHO European Regions: final report’, pone a Grecia como un “caso de estudio” como “experiencia de países en crisis financiera”. Y es en ese apartado, en la página 112, donde se deja entrever los casos —poco claros, no contabilizados— de personas “self-inflicted” del VIH. Aunque rápidamente la OMS reconoció que no contaba con las pruebas suficientes para asegurar que los jóvenes se estuviesen infectando deliberadamente, admitiendo que el autor del reporte tomó datos de una revista, sí dejó en claro que en el país heleno aumentó 52% los casos de infecciones de VIH en el periodo del 2010 – 2011, incremento relacionado con el consumo de drogas. “Las causas de este aumento son múltiples”, aclaró la OMS en un comunicado, después del revuelo originado por la expresión “la auto-infección deliberada por unos pocos individuos para obtener acceso a los beneficios de 700 euros por mes y la entrada más rápida a los programas de sustitución de drogas”. Lo que sí deja en claro el reporte es que el presupuesto de los hospitales públicos en aquel país se ha reducido cerca de 40% y unos 26,000 empleados de los servicios de salud (entre ellos 9,100 doctores) han perdido sus trabajos. De todos modos, lector, por contados que sean los casos de individuos “auto-infectados”, queda en evidencia que las personas quieren tener acceso a servicios públicos y dinero, aun poniendo en riesgo su propia salud. También, parte de los indicadores que destaca la OMS en Grecia es el aumento de la prostitución y el consumo de drogas “duras” como la heroína. La aclaración de la OMS es, a mi parecer, más para tratar de detener el escándalo gubernamental con repercusiones internacionales, más que por una cuestión de metodología en la investigación del reporte. Lo que no hay que perder de vista es la tendencia que se está registrando en las zonas con crisis: pérdida de la esperanza de un mejor futuro y, más preocupante, pérdida del sentido de la vida. Y tú, lector, ¿Qué opinas?   Sígueme en Twitter: @miguelcolunga1 *Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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