La deuda pública que dejará el gobierno federal actual es insostenible y es probable que aumente hasta 14 puntos porcentuales en tres años, debido en gran medida a las bajas expectativas de crecimiento económico que se proyectan para los próximos años, ya con la gestión del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, afirmó Enrique Díaz Infante, investigador del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). En cinco años el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), que agrupa todas las obligaciones financieras contraídas por el Gobierno Federal, creció 8.8 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB). Es decir, la deuda del sector público federal pasó de 37.2% del PIB a 42.7% en 2017. Al concluir 2018, se prevé que el SHRFSP alcance 45.5% del PIB, de acuerdo con el reporte de las finanzas públicas y la deuda pública de mayo de 2018 elaborado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Esta medición no incluye pasivos pensionarios —que en promedio crecen 3.5% del PIB anual— y deuda con proveedores, recuerda Díaz Infante. “Es importante resaltar que la deuda es insostenible, el año pasado se utilizaron remanentes del Banco de México para reducir el endeudamiento, pero si el PIB no crece la deuda no se va a mantener a ese nivel”, asegura el académico. El manejo de la deuda durante el sexenio de Enrique Peña Nieto no fue prudente sobre todo porque se esperaban resultados inmediatos de las reformas estructurales y el endeudamiento no se destinó a la inversión de infraestructura sino a gasto corriente. “La tendencia incremental fue brutal, de un crecimiento similar al de López Portillo, creció mucho, no se destinó a crecimiento de infraestructura entonces no me parecí que hubiera, y creció respecto a premisas equivocadas”, detalla. En su opinión es poco probable que en los próximos años se observe crecimiento económico en el país en gran medida por la reversa en reformas estructurales como la Energética y la Educativa, proyectadas para aumentar la productividad del país. “Y a mí me parece realmente difícil que el PIB pueda crecer y se pone a revisión la esencia de la reforma educativa y van a revisar los contratos de la Reforma Energética que son dos de las reformas hechas para aumentar la productividad del país y por ende el crecimiento, entonces el aeropuerto se pone a revisar los contratos, pone incertidumbre jurídica es decir todo esto pone en riesgo el crecimiento, entonces es un PIB más chico y capitalizas los intereses y vas subiendo”, explica Díaz Infante. Señala que el programa económico proyectado por Andrés Manuel López Obrador, virtual ganador de las elecciones presidenciales, proyecta un gasto amplio –como el aumento de prensiones para adultos mayores, la construcción de refinerías y becas- sin aumentar impuestos, lo que naturalmente va a incrementar la deuda. “No sería nada descabellado esperar a que en 2020 y 2021 sea de alrededor de 70% del PIB y por lo mismo costaría más la deuda, si no cuidas tus ingresos y sigues aumentando tus gastos, difícilmente va a bajar la deuda. Es más, un mantra que una realidad del gobierno entrante de que la deuda no va a aumentar”, dice el académico.

 

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