La relación entre México y Venezuela entró en un nuevo capítulo, luego de que nuestro país no reconociera los resultados de las elecciones presidenciales en el país sudamericano, un factor que podría deteriorar la relación comercial bilateral, pero los expertos piensan distinto. “México se mantendrá atento a la evolución de los acontecimientos en Venezuela y seguirá buscando, tanto a nivel bilateral como multilateral, contribuir a la restauración de la institucionalidad democrática, el respeto de los derechos humanos y la plena vigencia del estado de derecho en ese país”, señala la Secretaría de Relaciones Exteriores en un comunicado en días pasados. En términos comerciales y económicos, el vinculo de las dos naciones es limitada, considera Mario Torrico, integrante de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso México). “Las relaciones comerciales entre México no son importantes. Un comercio reciproco entre ambos países no es significativo para sus economías. Un eventual rompimiento de las relaciones comerciales entre los dos países no tendría que venir con problemas económicos para ambas”, considera Torrico. Puedes leer:  México advierte al sector financiero riesgo por operaciones con Venezuela Los datos más recientes, que son de 2015, revelan que el comercio total bilateral tuvo un valor de 1,351 millones de dólares (mdd), una cifra menor si es comparada con la relación México-Brasil que es de 10,000 mdd anualmente. La inversión extranjera directa (IED) acumulada de México en Venezuela se estima en más de 1,400 mdd. Venezuela es el onceavo destino de las inversiones mexicanas en América Latina y el Caribe y el séptimo receptor de capital mexicano en América del Sur. “Si se rompen las relaciones diplomáticas, lo que podría hacer el gobierno mexicano es dejar una delegación dedicada para relaciones comerciales. El dialogo regresaría hasta que haya una instauración de la democracia”, considera el integrante de Flacso México.   Presión económica, única vía para restaurar democracia Catorce gobiernos de América, conocidos como el Grupo de Lima, no reconocen los resultados de las elecciones en Venezuela de este domingo y acordaron reducir sus relaciones diplomáticas llamando a sus embajadores en Caracas, según un comunicado emitido este lunes. Los gobiernos de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía consideraron que las elecciones del 20 de mayo en Venezuela no cumplieron con los estándares internacionales de un proceso “democrático, libre, justo y transparente”. “El tema es que México junto otros países del Grupo de Lima están condenando al gobierno venezolano para mantener el orden democrático y a respetar los derechos humanos de los opositores”, sostiene Torrico. El integrante de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales considera que el gobierno de Nicolás Maduro tiene contemplado un escenario en el que el país esté en un aislamiento internacional, pero no económico. No obstante, considera que una de las formas para que haya una restauración de la democracia es mediante la presión económica que ejerzan los países. “Si las líneas de crédito de China y Rusia siguen llegando, además de que los precios del petróleo siguen aumentando, el gobierno de Maduro se quedará de forma indefinida, por lo que la presión económica es la vía más correcta, pero su costo sería el recrudecimiento de la crisis humanitaria”, sentencia el integrante de Flacso México. Torrico recuerda que Venezuela está endeudada con China y Rusia, pero estos países han reestructurado sus deudas con el país de Latinoamérica, por lo que se ha visto beneficiada con los acuerdos alcanzados con estas dos naciones, así como de la actual alza en los precios del petróleo. Venezuela tiene una deuda de 2,200 millones de dólares con el país asiático que están canalizados de la petrolera estatal PDVSA, y con destino a la mejora de la menguante capacidad de producción venezolana. La deuda con Rusia alcanza los 180,000 millones de dólares. Ésta incluye 6,000 mdd de dólares pagados por adelantado por la petrolera semipública Rosneft a la venezolana PDVSA.  De estos, 2,500 mdd fueron saldados entre mayo de 2016 y abril de 2017. Los precios del petróleo tocaron la semana pasado los 80 dólares por barril por primera vez desde noviembre de 2014, ante el temor a una eventual caída de las exportaciones iraníes tras la reimposición de sanciones de Estados Unidos, lo que reduciría los suministros en un mercado ya ajustado. La decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de retirar a Estados Unidos del acuerdo internacional con Irán y reactivar las sanciones contra la república islámica podría limitar las exportaciones de crudo de la nación asiática, un escenario que está impactando en los precios del barril de petróleo.

 

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