Por Arturo Dominici* Aunque varios gobiernos locales a nivel mundial han comenzado a integrar temas de resiliencia en su agenda, Panamá es una de las primeras ciudades de la región donde se aprobó mediante un acuerdo a nivel de Consejo Municipal, la estrategia para promover e implementar resiliencia con el objetivo de tener una ciudad más inclusiva que sabe responder ante los retos y desafíos que pueda enfrentar. Las iniciativas de resiliencia fueron sometidas a discusión y revisión por parte del Concejo Municipal y aprobadas y adoptadas oficialmente el pasado mes de enero. Bajo este hecho histórico, la Estrategia de Resiliencia, que fue lanzada en agosto de 2018, pasó de ser una herramienta técnica para convertirse en es un instrumento de gestión integrado en la normativa vigente en la República de Panamá. El objetivo es fortalecer las capacidades institucionales en torno a la coordinación y organización de acciones que permitan incidir en la toma de decisiones para preparar la ciudad ante los impactos y tensiones sociales, ambientales y económicas. Con el compromiso por parte del Gobierno, la ciudad ahora no solo tendrá mejores prácticas de planeación, sino que podrá asegurar el presupuesto para ejecutar proyectos de resiliencia y garantizar su viabilidad. Este respaldo también hace posible que los distintos actores clave se involucren en el proceso y genera una agenda clara para el trabajo en pro de la calidad de vida, de la educación de los ciudadanos más vulnerables, del planteamiento y desarrollo de medidas para la mitigación de los retos del cambio climático y de la urgente necesidad de abordar los impactos y tensiones que afectan el funcionamiento de las urbes. Lo que en principio se consideraba como una hoja de ruta, se convierte en un mandato que asegura el fortalecimiento del capital social y natural con que cuenta la Ciudad de Panamá independientemente de los cambios administrativos. La aprobación de esta normativa ha dejado grandes lecciones en el proceso de garantizar la sostenibilidad de la Estrategia de Resiliencia. Otras ciudades pueden tomar este ejemplo realizado en conjunto con 100 Ciudades Resilientes y llegar a los tomadores de decisiones que conforman los entes de gobernanza a nivel político local. Sin embargo, es clave que entre estos actores formen parte de la discusión quienes han estado presentes desde el inicio del desarrollo de la estrategia, lo cual en el futuro va a facilitar su implementación. La adopción de la estrategia como acuerdo municipal marca el inicio de una nueva etapa en la que los ciudadanos podrán solicitar, con sustento legal y a administraciones presentes y futuras la correcta y eficiente ejecución de las acciones que hagan sus ciudades y comunidades más resilientes. Con esto la ciudad se sigue preparando para fortalecerse y hacer frente a retos futuros, de manera más integral y coordinada con las diversas instituciones de gobierno y actores de la ciudad. *Director de Resiliencia de la Ciudad de Panamá.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

Ley de bienestar animal: necesidad para México
Por

Se necesita una ley marco de bienestar animal que regule el comportamiento de las personas hacia los animales y que tras...