Hace unos días, Yvette Mucharraz y Cano recibió una llamada telefónica que le sorprendió de forma grata. Al otro lado del auricular se encontraba el representante de un fondo de inversión enfocado en startups, el cual quería tomar en cuenta, en sus criterios de selección, la inclusión de un mayor número de mujeres en los consejos de administración de las empresas que son receptoras de sus recursos. 

“La experiencia de una mujer que está preparada, con los conocimientos necesarios, puede aportar muchísimo en estos consejos de administración”, dice Yvette Mucharraz y Cano, directora del Centro de Investigación de la Mujer en Alta Dirección (CIMAD) de IPADE Business School. 

Y no es motivo menor para emocionarse. La académica ha dedicado su experiencia profesional a promover el análisis y la inclusión de mujeres en la vida económica de México. Su visión trata de ser lo más propositiva frente a las circunstancias que rodean a la inclusión femenina en los sectores productivos del país. 

Mucharraz y Cano veía una participación creciente de las mujeres en la actividad económica antes de la pandemia. En 2019, esta tasa femenina era de 44.8%, y la aparición de Covid-19 trajo una baja, colocándola en 41.1%. 

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México se encuentra por debajo del promedio mundial de mujeres que trabajan, con una tasa de participación femenina en la economía de tan sólo 43.6%, mientras que en Estados Unidos esta cifra es de 56.2%, en Canadá llega a un 59.5%, y en Brasil, donde esta cifra es de 49.5%, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco). 

Sin embargo, la recuperación ya fue visible durante el año pasado, pues la participación de las mujeres en la actividad económica ha venido creciendo, lo cual es una buena noticia este 2022. 

“Yo veo que, afortunadamente, hay una recuperación”, dice la directora del CIMAD, quien cree que la pandemia cambió las formas empresariales en el mundo y facilitó la transformación de los negocios hacia un entorno más digital. 

Para aprovechar las nuevas oportunidades, las mujeres deben desarrollar nuevas habilidades en el contexto de la aceleración digital. 

En México, 50% de las empresas no están localizando el talento que necesitan, porque no se encuentra disponible, de acuerdo con datos de Manpower. “Vale la pena que se enfatice la importancia de que haya más mujeres estudiando carreras STEM, enfocadas en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas”, asegura la académica. 

La revolución laboral de las mujeres (P-W 102-103)
Para aprovechar las nuevas oportunidades que ofrece el entorno digital, las mujeres deben desarrollar nuevas habilidades, para buscar mejores condiciones en las industrias relacionadas con las carreras STEM. 30 de octubre 2013. Foto: © John Lamb / Getty Images.

La brecha salarial en las carreras que no son STEM alcanza hasta un 41% menos en el caso de las mujeres, si se les compara con los hombres; mientras que en áreas de tecnologías y de la información es de menos 23%, atendiendo el mismo comparativo. Ésta es la revolución laboral que deben encabezar las mujeres. 

“Hay una diferencia significativamente mayor para quienes no estudian algunas de estas carreras STEM”, explica la directora del CIMAD. 

En la actualidad, las mujeres mexicanas se emplean en un 26% dentro del Comercio, 16% en la Industria Manufacturera, 13% en Servicios Sociales y un 11% en Restaurantes y Servicios de Alojamiento, de acuerdo con los últimos datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). “Hay sectores en donde hay una mayor participación de mujeres, y en otros es menor, pero sabemos que sectores como la minería, la construcción […] y automotriz hay una menor participación de mujeres. Esto nos tiene que llevar a replantear muchas cosas”, dice Yvette Mucharraz y Cano. 

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La preocupación 

Las mujeres de edades entre los 15 y los 24 años que no estudian o trabajan, pero que tampoco reciben una capacitación, ha ido en aumento. En 2020, un 18.1% de las mujeres se ubicaba en esta situación, mientras que, en 2021, era una tasa de 19.6%, lo cual inquieta a Yvette Mucharraz y Cano. 

“Nos preocupa mucho la deserción escolar, así como nos preocupa que haya mujeres participando en los consejos. Esto es el presente y el futuro; también nos preocupa lo que pasa con las nuevas generaciones, y como sí o sí tenemos que regresar a los niñas a las aulas”, dice Mucharraz y Cano, quien ve que varias jóvenes abandonaron sus estudios tras la emergencia sanitaria. 

El reto es evitar una regresión en los logros alcanzados en el sector público y en las empresas que contratan hoy a un mayor número de mujeres. 

Aún hay retos actuales que se deben seguir enfrentando. Un promedio de 31% de la plantilla laboral de las empresas se encuentra ocupada por mujeres, pero en los puestos de dirección general este porcentaje es de tan sólo 3%. “Ahí hay todavía una tarea pendiente para que no se nos vayan quedando en el camino. Si bien vemos que en las gerencias medias, en algunos puestos, incluso ya directivos, sí hay un mayor número de mujeres de lo que veíamos hace 10 años, todavía hay un 97% de directores generales que son hombres”, dice la académica, quien también ve un área de oportunidad en las nuevas startups. 

En México hay 5.2 millones de mujeres emprendedoras, de las cuales 18% son formales y 82% son informales. El reto es que el capital también llegue a las mujeres y no sólo a las compañías encabezadas por hombres. 

Yvette Mucharraz y Cano, del CIMAD, no pierde su perspectiva positiva tras la llamada que recibió hace unos días, pero sabe que la revolución laboral de las mujeres aún tiene nuevas conquistas por lograr.

 

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