Este 19 de abril se cumplen cinco décadas de la publicación de un artículo que no ha perdido un ápice de vigencia, la Ley de Moore, que plantea que la tecnología de chips electrónicos logra duplicar su rendimiento cada dos años. Un nuevo libro refresca nuestra visión sobre la tecnología.   Por Rich Karlgaard   “Atestando un circuito integrado con más componentes” no es un título atractivo; de hecho, en la era de internet es algo horrible, pero éste fue el título del artículo de Gordon Moore publicado en el número del 19 de abril de 1965 de la revista Electronics, en el que presentó al mundo una idea singular que más tarde sería conocida como la Ley de Moore. Moore comienza su artículo así: “El futuro de la electrónica integrada es el futuro de la electrónica en sí. Las ventajas de la integración provocarán una proliferación de electrónicos, impulsando a esta ciencia en muchas áreas nuevas. Los circuitos integrados conducirán a maravillas tales como computadoras domésticos –o al menos terminales conectadas a una computadora central–, controles automáticos para automóviles y equipos portátiles de comunicación. El reloj de pulsera electrónico necesita sólo una pantalla para que sea factible hoy en día.” El aspecto central de la tesis de Moore era que el chip electrónico, inventado sólo unos cuantos años antes, mejoraba a una velocidad vertiginosa. Él trató de graficar esos puntos de precio y rendimiento en papel cuadriculado regular, pero la tendencia crecía demasiado rápido, por lo que se pasó a papel gráfico logarítmico. Consiguió una línea recta y poco profunda, la cual mostraba que el rendimiento de esos chips se duplica cada dos años (18 meses en ese entonces, 24 hoy). Era un gráfico impresionante, pero en esa época nadie –ni siquiera Moore– se dio cuenta de que seguiría vigente durante 50 años y marcaría el vertiginoso ritmo de cambio en el mundo moderno. Nosotros ahora vivimos en el mundo de la Ley de Moore, y probablemente lo haremos durante al menos otro cuarto de siglo. Como el escritor Michael S. Malone y yo relatamos en nuestro próximo libro, Team Genius: The New Science of High-Performing Organizations (HarperBusiness, julio de 2015), la curva de Moore era muy poco profunda durante los primeros 40 años, hasta alrededor de 2005. Sin embargo, a lo largo de la curva relativamente plana se puede encontrar el nacimiento de la minicomputadora, del microprocesador, de la calculadora digital, los juegos de computadora, la PC, el internet, la robótica, la telefonía inalámbrica, el smartphone y el comercio electrónico. Desde el año 2005, a medida que nos acercamos a la marca de los 25,000 millones de transistores por chip, la curva ha ido casi directamente hacia arriba, apuntando hacia el infinito. ¿Estamos realmente preparados para esto? Si toda la era digital se produjo en las faldas de la montaña, ¿qué pasará ahora que nos acercamos a la cima de los Himalaya? Hemos crecido tan acostumbrados a vivir en el mundo de la Ley de Moore que nos olvidamos de que estamos tratando con una de las fuerzas más explosivas en la historia. Nos hemos convertido en expertos en predecir, incorporar y asimilar cada nuevo repunte de la curva que suponemos que tenemos a este monstruo bajo control. Pero no.   Se acerca el punto de inflexión Eso no ha impedido a escritores y futuristas especular sobre lo que traerá la Ley de Moore. Libros como El shock del futuro (1970) y La tercera ola (1980) de Alvin Toffler fueron los primeros intentos que aún hoy se mantienen notablemente bien. Microcosmos (1989) y Telecosmos (2000), de George Gilder, predijeron la revolución móvil. Ahora tenemos Bold: How to Go Big, Create Wealth and Impact the World, de Peter H. Diamandis y Steven Kotler (Simon & Schuster). Permítanme decir desde el principio que me encantó y no dudo en ponerlo junto a El shock del futuro y Telecosmos. Es así de bueno. Los críticos han calificado a Bold como tecnoutópica, lo cual se debe, tal vez, a que es algo que te alegra leer y que de hecho levanta el ánimo. Bold te dará un marco para evaluar las tecnologías de la Ley de Moore  –los autores las llaman “tecnologías exponenciales”– que impulsan la economía. Diamandis y Kotler ven oportunidades de miles de millones de dólares detrás de los problemas más difíciles, como el envejecimiento, las enfermedades, la pobreza en el mundo y así sucesivamente. Si eres un empresario, lee Bold para mejorar tu oportunidad. Si eres directivo, léelo para reconocer las amenazas disruptivas. Si eres un inversionista, para cuestionar tus suposiciones. Por ejemplo, ¿crees que la impresión 3D, los autos autónomos y las curas económicas para el cáncer están sobrevaluadas? El punto de inflexión está a la vuelta de la esquina, y los audaces autores de Bold te ayudan a identificarlas: “Reconocer que una tecnología está saliendo del valle de la desilusión [la sobrevaluación] y comienza a subir por la pendiente de la iluminación es fundamental para los empresarios”, escribe Diamandis. “Para mí, el factor revelador más importante es el desarrollo de una interfaz de usuario sencilla y elegante, una puerta de entrada a la interacción sin esfuerzo que arranca una tecnología de las manos de los geeks y la pone en las de los empresarios.”

 

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