La Santa Sede (y el papa) en tiempo real

Los sistemas de comunicación impresos, electrónicos y en línea son ampliamente utilizados por la iglesia católica para hacer llegar sus mensajes a todo el mundo, prácticamente en tiempo real.   En mi carrera profesional me ha tocado organizar viajes tanto nacionales como extranjeros con medios de comunicación impresos y electrónicos. Organizarlos para grupos de entre tres y 20 periodistas, más el equipo propio de comunicación, es algo que se puede lograr más o menos con facilidad con el apoyo de un equipo mínimo de colaboradores. El tema cambia radicalmente cuando se trata de transportar y atender simultáneamente a más de 3,000 periodistas del mundo. Tres días antes de la llegada del papa Francisco a la Ciudad de México escuché una entrevista radiofónica con monseñor Eugenio Lira Rugarcía, secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), coordinador general de la visita del jerarca católico, en la que dimensionó lo que implica semejante reto: “Debemos tener presente que va a haber varios desplazamientos… tenemos que trasladar a los periodistas del Vaticano, del Centro de Información del Vaticano (L’Osservatore Romano, Radio Vaticana, TV Vaticana); tenemos que desplazar a la prensa del vuelo papal, los 75 que están acreditados. Por otro lado tenemos que desplazar a la prensa que se acreditó aquí con nosotros en México. Fíjense, recibimos 4,600 solicitudes de acreditación de medios nacionales e internacionales. Nosotros pensábamos acreditar a 1,500; haciendo un gran esfuerzo logramos acreditar a 3,500… luego tenemos que desplazar al vocero del santo padre, el padre Federico Lombardi, que va aparte para poder llegar a tiempo a las ruedas de prensa, y al jefe de prensa del Vaticano, que tiene que llegar a dar los boletines –bajo embargo– a la prensa que va a estar en los eventos…” Al día siguiente de dicha entrevista, en el marco de la bendición del Centro Internacional de Prensa de la Ciudad de México, Lira señaló que “la labor de la prensa es fundamental… permitirá que todos aquellos que no podrán acudir a ver al santo padre, ya sea en vallas o en los diferentes eventos organizados, se sientan parte de este acontecimiento”.   La importancia de los medios De hecho, este reconocimiento a la importancia de la labor de los medios de comunicación por parte de la iglesia quedó hecho patente por el Vaticano cuando el pasado junio el propio papa publicó una Carta Apostólica de motu proprio (por propia voluntad), por la que creó la Secretaría para la Comunicación (del Vaticano). En el documento, el papa afirma: “El contexto actual de la comunicación, caracterizado por la presencia y el desarrollo de los medios digitales y por los factores de convergencia e interactividad, requiere un replanteamiento del sistema de información de la Santa Sede y una reorganización que, valorando lo realizado en la historia del ámbito de la comunicación de la sede apostólica, proceda con firmeza hacia una integración y gestión unitaria.” Bajo esta instrucción, todos los canales de comunicación de la Santa Sede quedaron agrupados en un nuevo dicasterio (área especializada) de la Curia Romana, es decir: L’Osservatore Romano (periódico oficial de la Santa Sede), Radio Vaticana, el Centro Televisivo Vaticano, la sala de prensa, el servicio de internet, la tipografía vaticana, el servicio fotográfico y la editorial del Vaticano, la Libreria Editrice Vaticana, así como la página web oficial del Vaticano y la cuenta de Twitter del papa, @Pontifex.   Cuáles son estos medios L’Osservatore Romano se publicó por primera vez en 1861. Se edita en 7 idiomas semanalmente y en italiano diariamente. A través de sus páginas ha relatado más de 150 años de historia y ha afrontado profundas transformaciones acordes a las expectativas de los distintos pontífices. La dimensión universal, el encuentro entre fe y razón, la amistad con las mujeres y los hombres de hoy son las líneas directrices que el periódico vaticano expresa. Es un diario político religioso, como dice debajo de la cabeza. Radio Vaticana fue fundada el 12 de febrero de 1931 por Guillermo Marconi e inaugurada por Pío XI con un mensaje en latín. Su tarea es difundir la voz y las enseñanzas del pontífice, informar acerca de las actividades de la Santa Sede y sobre las actividades de la iglesia católica en el mundo, así como ayudar a los fieles a evaluar los problemas actuales a la luz de las enseñanzas de la iglesia. Asimismo, ofrece consejos y cooperación a las diócesis y conferencias episcopales en el campo de la radiodifusión. Radio Vaticana transmite sus programas alrededor del mundo en 45 lenguas Centro Televisivo Vaticano ofrece imágenes televisivas y transmisiones en directo de más de 130 eventos al año. Sus cámaras acompañan al papa en todos sus desplazamientos y captan todos sus gestos. Creado en 1983, en 1996 se convirtió en un organismo relacionado directamente con la Santa Sede. La función principal del CTV consiste en emitir las actividades del santo padre y de la Santa Sede, las cuales son enviadas a otros canales de televisión en directo. Desde 2013, el Centro Televisivo Vaticano ofrece en directo en el canal de YouTube de la Santa Sede las actividades del santo padre. En 2014, el CTV estrenó su página web en versión beta. Adicionalmente existe News.va, que es la web más completa de información del Vaticano, comunicando en cinco idiomas y recopilando las noticias más destacadas de los medios de la Santa Sede. También cuenta con una web institucional, el Vatican Information Service (VIS) o Servicio de Información Vaticana, medio informativo de la Santa Sede que forma parte de la Oficina de Prensa, para transmitir información sobre la actividad magistral y pastoral del santo padre y de la Curia Romana. En suma, los sistemas de comunicación impresos, electrónicos y en línea son ampliamente reconocidos y empleados por la iglesia católica para hacer llegar sus mensajes, prácticamente en tiempo real, a los medios en todo el mundo.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @mmaraboto Blog: CorpMedios   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.