Si buscas en el diccionario analítica de datos, es muy probable que encuentres su foto. Hace 38 años, Jim Goodnight fundó SAS, una de las compañías más importantes en el ramo, pero renunció a la fama y a la fortuna por algo que el dinero no puede comprar: balance.   Las Vegas, Nevada.- Puede que el nombre de Jim Goodnight no resulte tan familiar como el de Steve Jobs, Bill Gates o Larry Ellison, pero, al igual que otros célebres personajes del mundo tecnológico, su labor ha ayudado a definir una industria completa. Hace más de 40 años, Goodnight fue uno de los pioneros en la analítica de datos, un negocio que la firma de análisis IDC valúa hoy en 16,000 millones de dólares (mdd). A sus 71 años, este hombre es fundador y CEO de SAS, una compañía que desarrolla y vende software analítico que toma bases de datos y extrae información valiosa de ellas. Por ejemplo, los bancos lo usan para detectar fraudes en tiempo real o saber si otorgar o no una tarjeta de crédito. SAS tiene actualmente clientes en prácticamente cualquier industria imaginable: telecomunicaciones, gobierno, retail, energía, seguros y un largo etcétera. El “Doctor Goodnight”, como lo conocen sus 14,000 empleados en todo el mundo, es un CEO inusual y pregona con el ejemplo: llega al trabajo a las 9:00 am, come junto al resto del staff en alguno de los comedores del campus de SAS en Cary, Carolina del Norte, se va a casa a las 18:00 pm y anima a todos los demás a hacer lo mismo. “Mi principal activo sale del campus todos los días, mi trabajo es asegurarme de que regrese”, dice, por lo que SAS ha desarrollado un programa de incentivos para sus trabajadores que coloca, año tras año, a la compañía entre los primeros sitios de los rankings de los mejores lugares para trabajar. De hecho, Google se inspiró en la política de SAS para crear su célebre programa de prestaciones. El campus de SAS en Cary, un terreno de 360 hectáreas de las que sólo 80 están desarrolladas, cuenta con 29 edificios, entre los que hay gimnasios, guardería, jardín de niños, cafeterías, incluso una escuela de educación básica. La idea de Goodnight es que los empleados se sientan cuidados y tranquilos, y reducir sus preocupaciones al mínimo para que puedan ser más productivos. Capital de riesgo A diferencia de otras compañías tecnológicas, SAS nunca ha sido pública, es decir, vive con los ingresos que genera, no vende acciones en el mercado bursátil y nunca ha aceptado una inversión externa. En 1976, cuando fundó la empresa “ciertamente no había capital de riesgo en Carolina del Norte, no habíamos escuchado hablar de tal cosa, así que tuvimos que financiar la compañía nosotros mismos, fuimos muy cuidadosos con nuestros gastos”, recuerda Goodnight. Hoy, SAS ocupa el sitio número 160 en la lista Forbes de las empresas privadas más grandes de Estados Unidos, con ingresos anuales de poco más de 3,000 millones de dólares (mdd), y Goodnight, quien controla dos terceras partes de la compañía, está en el lugar 60 entre la lista Forbes de los estadounidenses más ricos, con una fortuna valuada en 7,700 mdd. Todas esas cifras serían mucho más grandes si la compañía hubiese salido a Bolsa, pero Goodnight dice que eso le habría restado agilidad al negocio y ciertamente habría tenido un mayor impacto en los momentos difíciles. “El dinero nunca ha sido el principal motor, pero no queremos perder mucho dinero, así que tenemos una estrecha vigilancia de nuestro balance”, dice, y detalla que no importa cuán deprimida haya estado la economía, SAS nunca ha recortado personal (crece a una tasa anual promedio de 4%); en cambio, “desaceleramos nuestro reclutamiento o sólo recortamos gastos”. Menos mamás, más maestros Además de la creación de un ambiente de trabajo que motive e incentive, Jim es un ferviente creyente en el poder de la educación. SAS surgió como una iniciativa escolar en la Universidad Estatal de Carolina del Norte, que ayudaba a estudiar estadísticamente datos agrícolas. “Siempre intentamos mejorar la preparación de nuestros maestros en el nivel universitario, aumentar el interés de los niños en STEM (siglas en inglés para ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas), hacer que lean, que sepan aritmética desde pequeños, y creo que la tecnología y la educación son muy importantes”. Goodnight hace especial énfasis en la importancia de la educación para los niños. Además, cree que es urgente dar un impulso a STEM en la educación básica y media. “Necesitamos recursos para laboratorios, maestros especiales para enseñar matemáticas o ciencias. Necesitamos pagar más a los maestros que se han especializado en STEM”. Carolina del Norte acaba de pasar una ley para que los alumnos de tercer grado de primaria deban tener un nivel de tercero de primaria para poder aprobar el año, una medida que fue en parte impulsada por Goodnight. “¡Es brillante! En los primeros años aprendes a leer y después lees para aprender. Me gusta la idea de que ningún niño pase de grado a menos que tenga competencia para la lectura. Necesitamos el mismo estándar para matemáticas. Necesitamos tomarnos en serio la educación en Estados Unidos”. Pero no sólo los niños necesitan aprender matemáticas y ciencias: SAS acaba de asociarse con la Capella University para ofrecer cursos en línea dirigidos a adultos a través de los que pueden especializarse en el software de la compañía. Sue Talley, decano de la institución, dijo a Forbes México que los esfuerzos de la escuela buscan atraer a más mujeres, quienes representan sólo 24% de los profesionales de ti en Estados Unidos y 22% de los graduados en el área de informática computacional. Siempre alertas Goodnight fue pionero en analítica de datos en la década de 1970 y ha estado en el negocio desde entonces. “Fuimos una de las primeras compañías en formarse. SPSS (actualmente propiedad de IBM) y Microsoft fueron formadas más o menos en la misma época y ya no hacen tanta analítica. Quedan pocas compañías que aún existen de las que empezamos en los 70”, dice. Fue Mitchell Baker, la presidenta de la Fundación Mozilla, quien dijo que el principal enemigo de las empresas es el éxito, porque impide notar la necesidad de un cambio. El CEO de SAS asegura que nunca ha visto a su compañía como un jugador exitoso. “Nunca hemos estado en esa posición, siempre hemos tenido competidores, actualmente tenemos más de 400 de ellos. Algunos operan en distintas áreas, en el sector bancario, en minorista, en seguros otro grupo, en la industria. Tenemos tantas áreas que el número de competidores aumenta, así que es una constante. Nunca hemos sentido que llevamos la delantera, sino que tenemos que trabajar duro para mantener el ritmo”. Así que sus 14,000 empleados, la mitad de los cuales se encuentra fuera de Estados Unidos, trabajan con ahínco para desarrollar soluciones eficientes y funcionales que además luzcan bien y lleguen rápido al mercado. Para lograrlo, Goodnight dice que siempre ha escuchado las ideas y sugerencias de sus clientes: “Eso lo hemos tenido muy claro, el primer newsletter que lanzamos en 1976 ya lo decía, cuán importante es obtener retroalimentación de nuestros clientes y lo hemos hecho desde entonces. Así sabes que las cosas que desarrollas son las que tus clientes quieren”. “Cuando comenzamos teníamos un producto de unas 300,000 líneas de código. Hoy tiene probablemente 25 millones”, dice, y agrega que para él es fundamental mantenerse alerta: “No sabemos qué ocurrirá en la industria, qué aparato nuevo e increíble va a surgir o la aplicación que vendrá a cambiarlo todo. Tenemos que mantenernos flexibles para responder a los cambios”. Al hablar sobre el futuro, el doctor se despide con una ironía. A pesar de haber dedicado toda su vida al desarrollo de software de análisis predictivo, evita hacer prognosis: “Me concentro en lo que haré este año y en qué debo hacer el año entrante para estar donde quiero dentro de dos. Más allá de eso, no sé”. campus_sas1

Campus de SAS. 

 

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