Existen oportunidades de mejora para que una empresa genere el mismo ingreso o incluso mayor, con mucho menos esfuerzo y, al mismo tiempo, con un mejor ambiente de trabajo.       La importancia de las personas, el trabajo en equipo y la simplicidad de las formas de llevar a cabo sus actividades diarias, es uno de los retos de las organizaciones actuales ante lo dinámico de un mundo globalizado. Es claro que uno de los principales objetivos de las empresas u organizaciones es el obtener los resultados y beneficios para los que fue creado el negocio y, sin embargo, esto no se podrá lograr si los equipos de todos los niveles en la organización no logran trabajar de una forma coordinada y dentro de un ambiente que facilite la participación, la comunicación y los procesos prácticos y efectivos. Claro que podemos encontrar compañías que han podido llegar a un cierto nivel de éxito, si definimos éxito sólo como ingresos mayores que sus gastos. Sin embargo, esto no asegura que el esfuerzo aplicado para ese éxito no sea mucho mayor o simplemente desequilibrado dentro de las funciones diarias de los equipos participantes. Para estos casos no es complicado encontrar que existen oportunidades de mejora para generar el mismo ingreso o incluso mayor, con mucho menos esfuerzo y generar al mismo tiempo un mejor ambiente de trabajo. Podemos ver que cada vez que encontramos estas oportunidades nuestro análisis, de acuerdo con muchos libros, se basa en dos pilares: el duro o hard (sistemas, infraestructura, procesos, métricas, evaluaciones, equipamiento, políticas, etc.) y el suave o soft (habilidades, sentimientos, relaciones interpersonales, personalidades, etc.). Y debido a esta combinación se debe tener cuidado de considerar el tema de simplicidad en la forma de implementar y ejecutar, además de la cultura de la cooperación e interacción con las personas que llevan a cabo todo ese mundo de procesos y herramientas. Definir un objetivo muy pero muy smart, puede ser complejo pero muy efectivo, incluso no complejo e igual de efectivo, todo depende en el sentido en el que busquemos esa solución. Tal vez si buscamos una solución muy básica, podremos analizar la forma en cómo las partes trabajan en conjunto, sus conexiones e interacciones, buscando una forma inteligente de su adaptabilidad. Cuando las personas trabajan en conjunto, los esfuerzos se reducen y los ambientes se mejoran. A las personas que cooperan en estas oportunidades e iniciativas se les debe de reconocer e incentivar para continuar con esa cooperación, pero a las personas que no participan se les debe de cuestionar y no es con el sentido de afectar, sino con el sentido de que ellos mismos lleven a cabo un análisis de su actuación. A las personas que no han recibido ayuda habrá que preguntarles o preguntarse uno mismo, quién es responsable de brindarles su apoyo y a las personas que no han solicitado ayuda, habrá que cuestionarles por qué. Mucho de la batalla está en nosotros mismos. No es sólo que las personas se lleven bien, debe de existir reciprocidad y corresponsabilidad, fomentar la comunicación para que cada una de las partes conozca sus obligaciones, responsabilidades, cómo sus resultados afectan a la cadena productiva y cuáles son sus factores de evaluación que le permiten evidenciar su crecimiento y buscar por consecuencia sus beneficios personales. Entonces, líderes, emprendedores, dueños de negocio, gerentes, alta dirección, etc. debemos de conocer y entender qué es lo que hacen nuestros equipos de trabajo, fomentar desde lo alto el ambiente de trabajo adecuado que nos permita que nuestros equipos trabajen en conjunto con un alto grado de cooperación, mucha comunicación, confianza en sus propuestas, en sus habilidades y con una autoridad basada en autocrítica, ejemplo y apoyo para tomar decisiones. Encontraremos que hay una serie de habilidades que no conocíamos y otras que ya habíamos experimentado y aprovechado, pero la decisión y responsabilidad de ubicar esas habilidades en los lugares correctos es de estos líderes. Hace ya muchos años, en uno de mis primeros empleos, me comentaron que no existen malos empleados, solo malos líderes, porque los buenos líderes no permiten que existan estos malos empleados. Tengo muy claro que la parte dura o hard debe de existir y debe de optimizarse como cualquier otro recurso. Buscar la simplicidad podría permitir que esta serie de activos que las empresas ahora tienen, sean de una verdadera utilidad y valor para sus objetivos y el cumplimiento de estos les corresponde a las personas. Estas personas tienen sobre sí mismas la parte soft donde se involucran temas más complicados que sólo instalar un equipo o un proceso nuevo. Por eso, como líderes, hagamos un análisis de nuestros equipos de trabajo, conozcamos lo que hacen y cómo lo hacen, participemos como parte de ese grupo, seamos ejemplo y no sólo autoridad sin bases. Las propuestas de mejora o de solución pueden venir de cualquiera de estos participantes; las decisiones, el balanceo de expectativas y la visión tendrán que ser de los líderes en sus respectivos niveles.     Contacto: Twitter: @mdelriod e-mail: [email protected] Academy of Business Strategy blog  Web: www.drcconsultores.com.mx       *Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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