Contrarrestar los eventuales efectos de una desaceleración económica global y local es algo que está al alcance del
Estado mexicano, pero el tiempo apremia pues todo pasa por rediseñar la Ley de Egresos 2020, con una mayor apuesta por la inversión y no meter tijera.
Así lo explica José Luis de la Cruz Gallegos, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), quien afirma que el presidente Andrés Manuel López Obrador y el Congreso de la Unión tienen en sus manos la posibilidad de evitar los daños de la inminente desaceleración económica. La solución, afirma el especialista, consiste en
rediseñar el presupuesto de egresos para 2020, es decir, apostar por la inversión pública en materia de construcción y evitar un recorte en la materia, como está estipulado hasta ahorita.
Estas acciones pueden recuperar la
confianza empresarial para invertir en el país, la cual cayó durante octubre -1.8 puntos en el sector manufacturero, -3.3 en el sector de comercio y -2.4 en el de la construcción con respecto al mismo mes en 2018, de acuerdo con el
Índice de Confianza empresarial del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Otro incentivo para recuperar la confianza de la de inversión privada es apoyar al sector de la construcción, el pago oportuno a los proveedores y que se regularice la situación en Petróleos Mexicanos, así como en la
Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Predicar con el ejemplo
Además de contrarrestar la disminución prevista para inversión pública en el sector de la construcción, la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador debe de tener la iniciativa de apostar por este sector, para que la IP también lo haga, explicó el director del IDIC.
“(El Gobierno de México) tiene que predicar con el ejemplo, la inversión pública tiene que regresar a niveles positivos”, insiste el experto.
A pesar que López Obrador ya tiene bien delineados sus proyectos de obra, abundó De la Cruz Gallegos, debería de impulsar la construcción de carreteras y viviendas; “abrir la inversión energética en colaboración público – privado”; así como “privilegiar la participación de insumos nacionales que enfrentan una competencia desleal en América del Norte”.
En ese sentido, el Inegi señaló hace unos días sobre una caída del -10.2% en el sector de la construcción durante agosto de este año, en comparación con el mismo mes en 2018, lo cual es “grave” de acuerdo con el especialista, ya que podría haber repercusión en la generación de empleos.
Fortalecimiento del mercado interno
No se puede evitar la desaceleración económica en México y el mundo, sentenció De la Cruz Gallegos, el Gobierno de México tiene dos elementos a considerar: “reconocer la fuerza de esta desaceleración global y buscar que sea el fortalecimiento del mercado interno lo que genera un contrapeso” a este hecho.
Explicó que el mercado interno, el consumo cotidiano de la población, se puede ver afectado si hay desempleo o no hay ingresos suficientes en la población, lo cual afecta al sector comercial. Por ello, insistió en que se debe poner énfasis en rescatar al sector industrial para que no haya afectaciones al sector laboral.
“No podemos evitar la desaceleración global, pero sí podemos reactivar el mercado interno, potenciar las capacidades de consumo de la población. El mercado interno es preservar el empleo; para que la gente pueda consumir necesita un empleo estable”, subrayó.
La
tasa de desempleo en México, hasta septiembre de este año, es de 3.5 puntos, porcentaje promedio que se ha mantenido con meses anteriores, de acuerdo con datos del Inegi.
De la Cruz Gallegos sentenció que si la desconfianza empresarial y la “desaceleración persiste en los meses siguientes, sobretodo después de diciembre, el empleo será quien sufra las consecuencias”.
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