Sin duda uno de los temas que actualmente está en boca de todos es la situación económica por la que estamos pasando tanto a nivel global, como en nuestro país. Hablo de una serie de retos macroeconómicos y financieros que van desde una tasa de inflación anual del 8.16% según datos de Banxico, restricciones en cadenas de suministro importantes y escasez de recursos esenciales, que ha resultado alarmante para prácticamente todos los sectores industriales no solo en México sino en el mundo. Después de más de dos años de sufrir cambios y transiciones de todo tipo, como sociedad nos vemos obligados a avanzar con cautela hacia el futuro, evaluar los recursos que son realmente necesarios estratégicamente y que brindarán un beneficio positivo para las empresas a largo plazo.  Bajo este panorama, es evidente para mí que la tecnología es el antídoto que todos necesitamos ante la incertidumbre y los retos que estamos viviendo.  

Estas preocupaciones no son para menos. Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), al primer trimestre de 2022, de los 20 sectores industriales principales de la economía mexicana, únicamente una tercera parte ha logrado recuperarse tras la desaceleración que se vivió como consecuencia de la pandemia. Estos sectores representan un 30% del PIB nacional, destacando de manera muy clara que aún nos quedan grandes pasos por dar en el camino de recuperación económica y que las acciones que tomemos de ahora en adelante deberán estar enfocadas completamente hacia mejorar la eficiencia, reducir costos y optimizar recursos.

Las aplicaciones de las tecnologías del futuro no tienen límite y, como lo ha demostrado la historia, por cada crisis que vivimos como sociedad, emergen nuevas soluciones que dan cara a estos retos. Nos encontramos en un entorno en el que será fundamental que las empresas de todas las industrias presten especial atención a los avances que puedan optimizar sus operaciones para así aumentar su productividad y reducir costos, y que prioricen sus inversiones en soluciones basadas en lo que conocemos como los cuatro superpoderes del futuro: la inteligencia artificial (IA), la infraestructura de la nube al Edge, la conectividad omnipresente y la computación ubicua.

El poder que tienen estas soluciones para dar estabilidad a las empresas es importante y en México ya comenzamos a ver un aumento en el despliegue de estas. Según datos de la consultora IDC, para lo que resta del 2022 se pronostica que el porcentaje de inversión de las empresas en México hacia el sector de TI aumente un 10%. Según la misma consultora, dentro de las tecnologías que se espera que tengan el mayor crecimiento para este 2022 están la nube, con un crecimiento de más del 35%, y los softwares de IA con más del 34%. El rumbo a seguir es evidente, y los beneficios que este tipo de avances brindan a las empresas representan una solución casi inmediata y sin riesgos para los retos a los que nos enfrentamos.

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Como ejemplo de esto, tomemos la inteligencia artificial y su creciente adopción por las empresas mexicanas. Según un estudio de IBM de 2021, más del 40% de las empresas en México aceleraron esta adopción a raíz de la pandemia, ya que esta tecnología ha beneficiado a negocios de todo tipo en términos de eficiencia, seguridad, gestión de datos e incluso atención al cliente, como fue el caso de Grupo Financiero Actinver, que, con el poder de la IA, puede ofrecer disponibilidad 24/7 y mejorar la experiencia de los usuarios a través de su asistente conversacional, lo cual sin duda es un síntoma de innovación en las operaciones de las empresas en el sector financiero. 

Otro ejemplo de cómo invertir en las tecnologías del futuro representa un valor inigualable para las empresas lo podemos encontrar en la adopción del cómputo en la nube. Según datos de Nubosoft y Google, se estima que este 2022 existirá un alza de 35% en la inversión de adopción de cómputo en la nube por las empresas en México. Beneficios como IaaS (Infraestructura como Servicio por sus siglas en inglés) permiten que las empresas de cualquier tamaño o sector puedan ahorrar en infraestructura tecnológica, dándoles la oportunidad de gestionar sus datos de manera inteligente y de hacer uso más estratégico de sus recursos tanto humanos como monetarios.

Es evidente el valor que la digitalización puede aportar a cualquier negocio, y que invertir en tecnología sin duda es uno de los pasos más importantes que podemos tomar para mitigar las presiones económicas que nos rodean. Sin embargo, este proceso de transformación por la que estamos pasando no carece de retos. Varias industrias, destacando dentro de ellas la tecnológica, se encuentran emprendiendo estrategias que buscan rebalancear y eficientizar sus cadenas de suministro, con el fin de eventualmente contar con una logística que no dependa de una región específica, sino que pueda brindar beneficios a varias regiones y más industrias, mejorando así los costos de producción y los precios que llegan a nosotros como consumidor final.

El camino es largo, pero la ruta es muy clara: la transformación digital es un área en la que la inversión no debe detenerse. Hoy más que nunca, vivimos en un entorno económico y social extremadamente cambiante, y es nuestra responsabilidad como industria tecnológica generar soluciones que contrarresten cualquier reto que llegue y adaptarnos al entorno que vivimos día con día, para que, uniendo esfuerzos con cada sector, logremos un futuro mejor para todos, con grandes oportunidades e innovación para un mejor futuro.

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Contacto:

*Santiago Cardona, director general de Intel México

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