Con las crecientes preferencias de los clientes por dispositivos móviles, las oportunidades para mejorar el servicio al cliente, ofreciendo nuevos servicios como pagos más rápidos, son claras. Sin embargo, los canales digitales son más vulnerables ante el fraude. ¿Qué pueden hacer los bancos?   Por Laura Hutton   Los bancos alrededor del mundo ven cada vez más el fraude en línea como una amenaza urgente. De acuerdo con Financial Fraud Action UK, tan sólo en el Reino Unido las pérdidas por fraude bancario en línea se elevaron por encima de 48% en 2014 comparado con el año anterior. Además, Kaspersky Lab reportó que Brasil tiene el mayor número de usuarios atacados por malware bancario (un modus operandi clave para el fraude en línea), seguido de Rusia. Con los defraudadores capaces de evadir los sistemas de autenticación existentes de los bancos, existe la creciente necesidad de una tecnología analítica sofisticada que permita a los investigadores combatir el fraude en línea desde su origen.   Tormenta perfecta La acción en línea es positiva tanto para los bancos como para sus clientes, mientras que los pagos en línea o los pagos móviles pueden ser usados para ayudar a construir esa perspectiva holística, tan importante, de un cliente. Con las crecientes preferencias de los clientes por dispositivos móviles, las oportunidades para mejorar el servicio al cliente, ofreciendo nuevos servicios como pagos más rápidos, son claras. Sin embargo, los canales digitales son más vulnerables ante el fraude. Mientras que la velocidad y apertura del enfoque hace a la banca más conveniente, también puede facilitar a los defraudadores el acceso a dinero, y transferirlo rápidamente, sin ser detectados. Hoy estamos viendo las condiciones para la “tormenta perfecta”, con la acción en línea combinada con una generación cada vez más hábil con la tecnología, continuando con la incertidumbre económica y una falta de controles, creando las condiciones fértiles para el fraude. Y la capacidad cada vez mayor de los defraudadores se refleja en la variedad de estrategias que utilizan. Entre las más predominantes están el fraude electrónico, donde los defraudadores envían correos electrónicos suplantando a compañías legítimas, y vishing, una forma de fraude por voz que requiere que la víctima responda por teléfono a un email o mensaje telefónico. El malware es tan ubicuo – con planes tan bien ejecutados que puede ser casi imposible para un usuario reconocer que sus dispositivos han sido infectados. Muchas mulas, gente reclutada por los defraudadores para transferir dinero adquirido de manera ilegal, también contribuyen al éxito de muchos fraudes bancarios en línea. La falta de un patrón consistente a esta actividad lo hace aún más desafiante para el análisis de las autoridades. Los bancos también pueden ser atacados repetidamente por un periodo y reaccionar poniendo nuevos controles, causando que la actividad se desplome, sólo para regresar meses después una vez que los defraudadores han desarrollado un nuevo modus operandi para evitar los controles. Mientras que ofrecen un portafolio diverso de productos financieros en un ambiente donde el fraude crece rápidamente y siempre es cambiante, muchos bancos tienen poco en el camino de la tecnología viable para otorgar la protección necesaria. De hecho, pueden ser excesivamente dependientes de sistemas de autenticación que otorgan identificación inequívoca de usuarios a través de una combinación de componentes conocidos sólo para ese usuario – tales como nombres de usuario o pins.   Un paso adelante Con los nuevos tipos de fraude emergiendo de manera constante, los bancos deben tomar un enfoque más sofisticado hacia la detección de fraude en línea y permanecer en un estado de preparación constante. El monitoreo y manejo cuidadoso de datos es crítico desde el inicio y los bancos deben adoptar su calidad de datos y cotejar y vincular los diferentes tipos que llegan hacia el interior de la organización. Debido a que los métodos de fraude están en evolución, los sistemas deben permitir a los usuarios configurar rápidamente nuevos escenarios, y modificar los patrones existentes de comportamiento. Sin embargo, el impacto sobre los niveles de fraude, y los falsos positivos que generarán, siempre deben ser comprendidos. Para obtener este conocimiento, los sistemas deben permitir a los usuarios simular efectivamente sus cambios a través de grandes volúmenes de datos históricos y desplegar resultados en los ambientes de producción de forma instantánea. Las técnicas de detección se pueden añadir en esta etapa. Esto puede incluir detección de anomalías para determinar nuevas áreas potenciales de fraude y analítica predictiva, donde la información histórica es usada para identificar comportamiento sospechoso. La analítica de redes sociales también se puede desplegar en este contexto ayudando a establecer vínculos entre mulas de dinero y grupos de defraudadores. Al usar este híbrido de métodos analíticos, los casos de fraude se pueden detectar de forma temprana y acertada. De hecho, el tiempo es la esencia a lo largo de todo este proceso y el sistema debe ser capaz de identificar las transacciones de alto riesgo en tiempo real, para bloquearlos potencialmente y enviarlos a revisión con los investigadores relevantes. Pero el proceso no puede depender sólo de la tecnología y los usuarios se deben empoderar para ubicar nuevas tendencias y métodos operativos emergentes. Esto significa poner los datos en manos de los usuarios, permitiéndoles escrudiñar de manera rápida para explorar las áreas de riesgo no consideradas previamente. Esto les da el poder de hacer preguntas en el camino, sin necesidad de depender de TI, y con los resultados presentados en una forma visual y amigable para el usuario. El conocimiento obtenido puede entonces repercutir en modelos de detección continuos, permitiendo a los sistemas permanecer por delante de la curva. Los defraudadores actualmente establecen el ritmo en la larga batalla con los bancos y la tasa de fraude en línea está en incremento, con bandas criminales innovadoras que continúan desarrollando nuevos tipos de fraude para poner a prueba constantemente las defensas de los bancos. En este ambiente complejo, las instituciones financieras se beneficiarán cada vez más de un enfoque analítico híbrido, el cual les permite entender los retos actuales e implementar tecnología para abordarlos, mientras evolucionan constantemente para contrarrestar las amenazas cambiantes.  
Laura Hutton es directora de Soluciones Bancarias, Fraude y Crímenes Financieros de SAS.   Contacto: Twitter: @SASMexico Facebook: SASMx Página web: SAS   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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