Por: Alejandro Valdez

¿Alguna vez te hubieras imaginado que la muñeca Barbie usaría auxiliares auditivos y que formaría parte de una campaña de inclusión y diversidad? ¿O que una participante en un concurso de belleza diera a conocer que sufre pérdida auditiva e, incluso, lanzara una campaña de concientización para la prevención y atención de la hipoacusia? Difícil de creer, ¿no? 

Hace muchos años que trabajo en la industria de la tecnología auditiva, y esto me sorprendió gratamente, porque cuando una persona sufre de pérdida de audición, y además utiliza audífonos, regularmente lo que menos quiere es que los demás se enteren y que su auxiliar auditivo se note, pero los ejemplos anteriores son señal de grandes avances.

Y estas buenas noticias me hicieron reflexionar también sobre la importancia que tiene el que las marcas sean incluyentes. Mattel, por ejemplo, con una Barbie utilizando audífonos para pérdida auditiva, ayudará a que los niños normalicen su uso, contribuyendo así a erradicar el bullying escolar o bien, que dentro del certamen de belleza ‘Mexicana Universal 2022’, la representante de la Ciudad de México expusiera su padecimiento para generar conciencia sobre el cuidado de la audición.

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Pero creo que, para maximizar los resultados, la inclusión en las marcas debe ser genuina y empezar desde adentro, reconociéndose la diversidad social e integrándola a su modelo de negocio por medio de políticas, iniciativas y una filosofía de inclusión, respeto y colaboración.

De hecho, hoy las nuevas generaciones aprecian mucho más el trabajar en una empresa inclusiva, porque lo ven como un complemento de una buena cultura corporativa. Sienten que es una forma en la que la compañía se preocupa por escuchar a los demás y conocer sus necesidades, porque esto a la larga repercutirá en un mejor desempeño de sus colaboradores, y mayor productividad para la empresa.

¿Y por qué es importante ser una marca incluyente? Porque la hace ‘humana’, lo que a su vez le da reputación y la hace mucho más rentable, y nadie está peleado con esto.

Una fuerza de trabajo diversa contribuye con ideas basadas en sus experiencias y antecedentes, lo que la convierte en una fuente de aprendizaje y creatividad para la marca, porque así se plantean realidades distintas, basadas en vivencias, entornos y formas de ser.

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Desde hace muchos años, las marcas han puesto énfasis en mostrarse incluyentes. Campañas de concientización, sobre todo tipo de discapacidad y/o en apoyo de la comunidad LGBTIQ+, se han visto desde hace años y representan un gran avance social.

Lo mismo pasa cuando personalidades de la farándula o grupos musicales difunden su apoyo a las comunidades vulnerables, como el reciente concierto que ofreció Coldplay en Costa Rica, donde llevó a un intérprete de lengua de señas para que las personas sordas ‘siguieran’ la letra de sus canciones, o aquí en México, donde la misma banda ofreció chalecos especiales para que las personas con hipoacusia vivieran su música a través de vibraciones. 

El poder de las marcas es infinito y debe ser utilizado para crear consciencia a nivel social en todos los ámbitos y en el de la discapacidad aún más. Si aunado a esto, incluimos las redes sociales, el efecto se multiplica. Aprendamos a utilizarlas y démosles el poder de cambiar el mundo positivamente. 

Todo es posible si dejamos las diferencias de lado y promovemos la inclusión.

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Contacto:

Por Alejandro Valdez, director Starkey México

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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