El próximo 1 de julio los ciudadanos que acudan a las urnas electorales depositarán su voto, pero no la confianza en los dirigentes que elijan, advirtió Jorge Arias, coordinador del Índice de Desarrollo Democrático de México 2017 (IDD-Mex 2017). “México está acompañando una evolución mundial de los procesos electorales, lamentablemente no ha logrado escapar de esta situación que es un fenómeno muy complejo que tiene básicamente que ver con un estado de disrupción entre la sociedad y la dirigencia en donde el ciudadano siente que no tiene confianza sobre los mecanismos institucionales”, explicó el especialista en entrevista con Forbes. De acuerdo con los resultados del IDD-Mex 2017 en la dimensión enfocada a la Democracia de los Ciudadanos, presentados esta semana, 61% de la población considera que las elecciones de gobernadores y legisladores no son libres ni justas; en tanto que 89% señala que el gobierno no está libre de corrupción generalizada. El índice también reveló que 32% de los encuestados piensan que el pueblo no tiene opciones políticas libres de la presión o dominación de sectores o grupos poderosos; y 34% no creen que las minorías de cualquier tipo tengan plenos derechos políticos y oportunidades electorales. Para la medición de la dimensión Democracia de los Ciudadanos del IDD-Mex 2017 se utilizaron registros estadísticos, así como la Encuesta de Derechos y Libertades de los Estados de México aplicada a 9,000 personas. Lee también: Cuando el poder se hereda ¿los ciudadanos quedan fuera de la jugada?   Esta falta de confianza de los votantes en los aspirantes a representantes populares advierte un riesgo latente al sistema democrático, consideró Arias. “Si se rompe ese eje natural de confianza en la democracia representativa carece de legitimidad, entonces uno de los problemas graves cuando hay elección es que pareciera que se deposita el voto, pero no la confianza. Entonces estamos eligiendo presidentes de nadie, en los que parecen no tener un compromiso, pero también de los votantes con su presidente”. Una de las fórmulas que se han aplicado ante esta creciente desconfianza, apuntó Arias, es el populismo, que busca dar gusto a las mayorías y “seguirles el juego” con el objetivo de obtener votos. Sin embargo, a largo plazo provoca una mayor ruptura en el sistema democrático. “Se pierde las virtudes de la representación porque si todos los gobiernos son plebiscitarios la sociedad no tiene idea de la complejidad, y muchas veces la gente quiere que se le quiten los problemas de encima y las soluciones que se proponen desde la masa no son soluciones racionales, entonces el gobernante lo que hace es seguir el canto de sirena y se le quita virtuosismo a la democracia”, apuntó. Para evitar la “trampa democrática” es necesario generar procesos de vigilancia ciudadana y la militancia democrática, no por un partido en particular, sino con el objetivo de resguardar la soberanía política, señaló Arias. Te puede interesar: En México la impunidad aumentó y el Edomex lleva la delantera

 

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