Cuando uno entra a Televisa.com e intenta revisar alguno de sus contenidos, aparece una ventana que nos pide quitar el bloqueador de anuncios para que podamos leer los contenidos. La razón, explican en el pop up, es que los ingresos que tiene Internet vienen de la publicidad y si utilizamos un adblocker estamos amenazando los contenidos. Ello es una prueba más de la poca o nula comprensión que tiene la televisora sobre el cómo funciona la web. Es verdad que una parte de los ingresos es la publicidad on line vienen del display o banners, pero no es la única forma de monetizar un sitio. Hace unos días Televisa anunció una alianza de contenidos con Univisión, la cadena de televisión en español con más repetidoras en Estados Unidos, con el fin de fortalecer su estrategia de contenidos y ofrecer más posibilidades de entretenimiento a sus audiencias. O al menos eso es lo que en resumen dice el comunicado de prensa. José Bastón, quien era el presidente de contenidos en Televisa dejará el puesto a Isaac Lee, quien se desempeñaba como director de contenidos y noticias en Univisión. Esto a unos meses de que Azcárraga Jean anunciara un nuevo gran cambio en la que es la televisora abierta más grande de México. En otras palabras, los contenidos simplemente no logran hacer click con las audiencias, a grado tal, que la televisora ha tenido que prescindir de algunas de sus grandes figuras. El gran problema de la Televisa y la televisión abierta en general es que la crisis por la que atraviesan no es pasajera, es una transición a una nueva forma de consumo en los medios de comunicación, que implica tanto nuevos actores, como nuevos modelos de negocio. Los ingresos que tiene la televisora en la línea de negocios referente a contenidos no es la mejor, ya que los resultados del 3Q muestran una tendencia a la baja en publicidad y licenciamiento de contenidos,  impulsado quizá por la salida de Netflix y por los Juegos Olímpicos. ¿Cuáles podrían ser las razones por las que Televisa y en general la televisión abierta están fracasando?
  • Poca flexibilidad. Las televisoras durante años fueron los pilares de la comunicación, del entretenimiento y marcaban la agenda pública y política. Eso les permitió crecer de una manera descomunal. Sin embargo, esa misma grandeza es ahora una debilidad, pues son empresas tan grandes que se han vuelto poco flexibles y sensibles al cambio, por lo que su velocidad de reacción ha sido mínima.
  • Diversidad de públicos. Cuando las televisoras dominaban el espectro del entretenimiento y la información, las opciones de contenido eran muy pocas. Con el advenimiento de los medios digitales, no sólo los contenidos se diversificaron, sino las audiencias difícilmente pueden entrar en las grandes clasificaciones de los medios tradicionales.
  • Calidad de los contenidos. Uno de los puntos más complicados para las televisoras es crear contenidos sin repetir fórmulas. Y es también uno de los puntos más débiles de sus estrategias: no crean contenidos, sólo los cambian de plataformas. No hay búsqueda, ni riesgo. Si las telenovelas han funcionado 60 años ¿por qué deberían cambiar?
  • Importar figuras de Internet. Quizá una de las estrategias más arriesgadas que ha hecho la televisión (y la radio) tradicional es importar a personajes famosos de Internet a la pantalla chica. La verdad es que ninguno ha tenido tanto éxito como en sus plataformas naturales, básicamente porque su público no ve la televisión, ni escucha la radio tradicional. Además, la gran mayoría de estos influencers se sienten fuera de lugar y forzados.
  • Sin inversión en tecnología. Más allá de que tengan tal o cuál cámara o que tengan más tecnología en deportes, hasta ahora no han podido desarrollar contenidos transmedia efectivos, ni aplicaciones que den un valor agregado a los contenidos existentes, sin contar que tampoco hay una diversidad de contenidos en diferentes en sus plataformas.
Quizá la televisión abierta esté llegando a un extremo donde o cambie radicalmente o se convierta en un simple remedo de las propuestas digitales en boga. Por mientras, la diversidad de contenidos digitales y las plataformas de entretenimiento on demand serán uno de los rivales más difíciles a vencer.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @sincreatividad Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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