¿Estamos dispuestos a perder libertad para conservar la libertad? Y es que los atentados en París han desatado cuestionamientos sobre los alcances y finalidades de internet y las redes sociales.   No hay en la historia de la humanidad ninguna masacre que pueda justificarse, ni aceptarse bajo circunstancia alguna. Sea cual sea el motivo, las víctimas o los victimarios, son hechos que lastiman lo más profundo de nuestro género y lesionan a la sociedad en su conjunto, estén o no cerca de nosotros. El atentado en París pone sobre la palestra una discusión que ya de por sí era difícil y que incluía tópicos como la seguridad, la libertad, incluso economía y migración. Internet y las redes sociales tampoco se quedan fuera de la lista de temas que empiezan a ser cuestionados, y con el agregado del terrorismo se empiezan a cuestionar alcances y finalidades. Mauricio Bastien Olvera, ganador del Premio de la Juventud de la Ciudad de México 2015 y ex delegado de México ante Naciones Unidas en temas de seguridad, explica que ante las diversas opiniones que existen en el Consejo de Seguridad de la ONU, pueden desatarse guerras proxy, es decir, conflictos armados en los que un país utiliza a terceros para atacar a un contrincante, que podría generar una limpieza étnica, política e ideológica en territorios controlados por ISIS. ¿Qué papel tuvieron internet y las redes sociales durante los atentados en París? Sin duda, muy activos. Veamos el antes, el durante y el después.   Antes Las redes sociales se han convertido en una herramienta de uso cotidiano para el terrorismo. De hecho, Ashton Carter, secretario de Defensa de Estados Unidos, declaró que “ISIS son los terroristas del social media”. Si bien grupos extremistas no han cambiado posiciones o formas de ataque, sí han sumado a sus estrategias los medios sociales y la web en general. Una de las primeras formas en que son utilizadas es para difundir sus ideas y manifiestos, y poner en evidencia la ideología que defienden o por la que luchan. Por la misma razón, dichas plataformas han servido como un medio de reclutamiento que ha permitido que grupos radicales encuentren adeptos justo en el seno de los países que consideran enemigos, como sucedió en los recientes atentados, ya que uno de los atacantes era francés. Por otra parte, se especula sobre la posibilidad de que los atacantes se hubieran puesto en contacto para coordinar los ataques a través de Telegram, un sistema de mensajería que cifra los mensajes de tal forma que ni siquiera la propia plataforma puede saber lo que contienen los mensajes. Además, a través del mundo digital se ha encontrado una buena manera de recaudar fondos para financiar a grupos extremistas. Desde hace algunos meses se ha planteado la posibilidad de que el bitcoin, la moneda digital, se esté utilizando para financiar actos terroristas, ya que resulta muy complicada de rastrear y tiene una aceptación que va creciendo en los entornos digitales.   Durante La serie de atentados en París fue el primer gran ataque terrorista difundido en tiempo real por las víctimas a través de las redes sociales. Durante el 9/11, la tecnología de fotos digitales aún no era masiva y tampoco existían la tecnología de transmisión de video o fotos en tiempo real. Para los atentados en Madrid 2004 y Londres 2005, si bien hubo fotos y video, el ataque a París fue visto en tiempo real. Los usuarios de las redes sociales comenzaron a compartir fotos y videos de los ataques, además de proporcionar información a las autoridades de la ubicación de los terroristas. Minutos más tarde, cuando toda la confusión se apoderaba de París, el hashtag #RechercheParis ayudaba a las personas a encontrarse y saber si estaban bien. Esa sensación de cercanía fue la que hizo que el ataque no sólo fuera más explícito, sino más conmovedor, al conocer la historia de las víctimas en sus propias palabras.   Después Las reacciones no se hicieron esperar. Por una parte, ISIS se atribuyó el atentado y a través de las redes sociales lanzó una amenaza a Estados Unidos, lo que generó un estado de alerta en territorio estadounidense y una serie de declaraciones de los mandatorios de todo el mundo. Si bien los mensajes de odio contra el mundo musulmán empezaron a circular prácticamente desde el principio, lo que dividió la opinión de las personas en las redes sociales fue la activación del protocolo de seguridad de Facebook, que avisaba si una persona estaba bien si la plataforma detectaba que estaba cerca del área de ataque. Poco después, la opinión se dividió cuando la red social puso a disposición de los usuarios el filtro de la bandera francesa para mostrar apoyo. La pregunta de los usuarios que criticaban tales acciones fue por qué sólo en Francia y no en el resto del mundo, cuando ha habido otras masacres similares. El uso de las redes sociales fue cuestionado inmediatamente. Joe Barton, senador por el estado de Texas, pidió “desconectar” todos los sitios de internet que pudieran ser utilizados por grupos terroristas. Durante una comparecencia de la Comisión de Comunicaciones, Barton le preguntó al presidente de la comisión, Tom Wheeler, sobre la posibilidad de desconectar incluso sitios de redes sociales. La petición puede verse justo en la primera hora al minuto 14. Como sucede en situaciones de emergencia, no siempre suelen tomarse las decisiones más fundamentas o las que a largo plazo garanticen efectividad y continuidad. En tiempos de crisis, los ciudadanos estamos dispuestos a perder un poco de nuestros derechos para garantizar la estabilidad y la paz. Estamos dispuestos a perder libertad para conservar la libertad.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @sincreatividad   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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