Cuando una noticia es trascendental, no sólo crece la cantidad de información y consultas a su alrededor, crece también la cantidad de rumores y noticias falseadas, generando pánico que dista mucho de dar una panorama concreto o real de la situación.

Tal es el caso del corona virus que, de acuerdo con Google, se ha convertido en los últimos días en el término más buscado a nivel mundial, todo con un particular sentido de urgencia. A la par de información real y de fuentes oficiales, también han empezado a circular publicaciones en redes sociales que muestran un supuesto panorama apocalíptico y violento, en lo que parece ser China, además de una serie de noticias falseadas que, lejos de brindar apoyo a la población, comienzan a crear pánico y desesperación.

Ante tal situación, se han creado una serie de herramientas que permiten a los usuarios de Internet encontrar información verdadera en tiempo real y de fuentes oficiales. Por ejemplo, a través de Google Maps podemos ver un mapa que muestra los casos sospechosos o confirmados de contagio de la enfermedad.

Además, cuando uno busca “corona virus” en el motor de búsqueda, el primer resultado es un panel de noticias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) con preguntas y respuestas e información de ayuda.

Algo similar sucede en Facebook, ya que, al hacer una búsqueda sobre la enfermedad, el primer resultado es un enlace al sitio que la OMS ha creado para compartir información sobre la enfermedad.

En ambas plataformas se priorizan los resultados de sitios oficiales o bien de portales aliados de las plataformas, evitando mostrar publicaciones de sitios que han compartido información falsa o anuncios publicitarios que hagan referencia a la enfermedad, que digan que pueden evitar su contagio o que son capaces de curarla. También empiezan a eliminarse publicaciones sobre teorías de la conspiración.

El contexto de la enfermedad es propicio para crear toneladas de información falsa. En primer lugar, se trata de una enfermedad que se contagia por contacto muy fácilmente, ya sea por respirar gotas respiratorias mayores a 5 micras o por tocar superficies que han sido infectadas, no obstante, está lejos de ser una enfermedad mortal. La tasa de mortalidad en China es entre el 2% y el 4%; fuera del país asiático, el número es de .07%.

A ello, hay que sumar que el epicentro de la enfermedad fue China, un país que no es precisamente el más transparente en cuestión de comunicación y derechos humanos y tampoco el más entusiasta de las redes sociales.

Y por supuesto, las teorías conspirativas no dejan de aparecer, ya que se enfatiza que la enfermedad aparece justo a la mitad de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Lo que sí es verdad es que, si el país asiático entrara en crisis o su economía sufriera contracciones debido a la enfermedad, esto afectaría a todo el mundo, ya que, desde la crisis inmobiliaria de 2008 en Estados Unidos, China se ha convertido en una especie de motor económico del mundo.

Con el fin de evitar pánico y mostrar un panorama real de lo que sucede con la enfermedad, es importante que actuemos con responsabilidad en nuestras redes sociales y evitemos compartir videos o noticias que no han sido confirmados con el fin de no crear pánico y tener un panorama real de la enfermedad.

   

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