El Sistema Nacional de Refinación (SNR) en México sigue enfrentando importantes obstáculos para poder aumentar su capacidad de proceso de crudo, lo que hace ver imposible una autosuficiencia en combustibles como lo ha planteado el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien apuesta a una modernización de las refinerías existentes y a la construcción de una nueva para dejar de importar gasolinas.

No obstante, los paros no programados en las refinerías que afectan el proceso de crudo para la elaboración de gasolinas y diésel, los de mayor demanda en el país, siguen registrando niveles importantes, entre enero y agosto de este año se registran 279 paros, esto es 27% más a los reportados en el mismo periodo de 2020.

Las refinerías de Pemex tienen un gran problema, señala Ramses Pech, socio de Caraiva y Asociados-León & Pech Architects, y no tiene que ver un mantenimiento preventivo, sino de uno correctivo, “hemos visto muchos accidentes últimamente”. 

“Estos paros que no son programados en las plantas de proceso, significa que alguna planta de la refinería fue parada, puede ser la coquizadora, fraccionadora, torre de destilación o algo en el sistema que genera la electricidad”, explicó durante su participación en una conferencia magistral realizada por la Asociación Mexicana de Proveedores de Estaciones de Servicio (AMPES).

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Las refinerías que más han incrementado el número de paros no programados son las de Cadereyta y Tula; la primera planta tuvo 45 paros entre enero y agosto de 2021, 200% más que en el mismo periodo del año pasado; en el segundo caso, los paros crecieron 97%.

En tanto, los paros no programados en la refinería de Madero crecieron 5%, Salina Cruz se mantuvo sin variación y en las de Salamanca y Minatitlán se redujeron en 5% y 2%, respectivamente.

Pech destacó que la salida de los combustibles de mayor utilización se ha ido reduciendo; por ejemplo, en 2008 fueron en promedio 462 mil barriles de gasolinas al día, en agosto de este año se ubica en 206 mil barriles.

Lo mismo ha pasado con el diésel, en 2008 eran 336 mil barriles diarios y al octavo mes de 2021 son 112 mil barriles, mientras que el combustóleo ha ido ganando terreno.

Si bien para el especialista en el sector energético, la construcción de la refinería de Dos Bocas en Paraíso, Tabasco en un proyecto estratégico, puede que no venga sumar sino a reemplazar alguna de las existentes, como es el caso de la de Madero, que ya tiene más de 100 años de vida.

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Otro punto que Ramses Pech mencionó y que califica como incongruente es que al tener refinerías que operan por debajo de 50% de su capacidad, se le destine menos recursos.

En los programas y proyectos de inversión de Pemex, los recursos crecen para 2022 en la parte de Exploración y Producción y Logística en 34.8% y 133%, respectivamente, pero en Transformación Industrial, donde entra la parte de refinación, es menor en un 13%.

La idea de una autosuficiencia no sólo se ve imposible por el lado de las gasolinas y el diésel, indicó Pech, pues México también es un gran importador de gas natural; en el 2000, las compras al extranjero sólo representaban 5% y ahora son el 70%.

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