DW.- Después de Francia, Rusia ocupa el segundo lugar en el mundo con más tesoros artísticos raros del gran maestro italiano. Se guardan cinco obras en el Louvre, mientras que los museos en Florencia, Múnich, Cracovia, Londres y Washington poseen solo una. El Museo del Hermitage de San Petersburgo es el orgulloso propietario de dos “Leonardos”, que llegaron a Rusia por caminos intrincados. Llevan el nombre de sus dueños anteriores, Madonna Benois y Madonna Litta. En el primer caso, nadie duda de la autoría de Leonardo da Vinci; en el segundo, el mundo del arte se encuentra dividido. En el año de su 500 aniversario, ambas imágenes viajan y podrán verse fuera de Rusia, una rara oportunidad con un valor sensacional.

De vuelta a Italia por tiempo limitado

El camino de regreso a la patria histórica: Madonna Benois estará a la vista del público a partir del 1 de junio de 2019 durante un mes en la pequeña ciudad italiana de Fabrian y luego en Perugia del 4 de julio al 4 de agosto. En junio, Fabriano será la anfitriona de una importante conferencia de “Ciudades creativas” de la UNESCO, con la participación de Rusia. Madonna Litta, por su parte, se exhibirá en Milán desde el 8 de noviembre de 2019 hasta febrero de 2020. TAMBIÉN LEE: Pintura de Leonardo da Vinci rompe récord: es subastada en 450 mdd El hecho de que ambas imágenes puedan salir de Rusia en el “año de Leonardo” se debe principalmente a la habilidad diplomática y una “contraoferta generosa” por parte del lado italiano: los museos italianos apoyan con sus préstamos numerosas exposiciones en San Petersburgo. Asimismo, el “tour de las madonnas” se interpreta como un gesto simbólico: al director del Hermitage, Mikhail Piotrovsky, le gusta verse a sí mismo como un oponente a los muchos aislacionistas de la política cultural rusa.

Así se ve desde 2019 el “Salón Leonardo” del Hermitage en San Petersburgo

No todos en el Hermitage están entusiasmados con los planes de exhibición. “Tengo una sensación de mareo por todo este viaje”, dice Tatiana Kustodiyeva. “Lo mejor sería que los cuadros no salgan de sus museos. Después de todo, miles de personas del país y del extranjero vienen al Hermitage todos los días para ver los cuadros de Da Vinci”, agrega.
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Durante cinco décadas, esta elegante y resuelta dama ha sido responsable de la preservación de los dos “Leonardos rusos”. Kustodiyeva también dirigió la remodelación del Salón Leonardo, que se completó a tiempo para el aniversario. Ambas obras maestras han recibido nuevas vitrinas blindadas y con aire acondicionado y la ubicación de las obras en la sala también ha cambiado: “He reorganizado un poco para que los visitantes no pasen sin darse cuenta, como antes. Ahora pueden concentrarse completamente en las obras”.

Un Leonardo de Vinci temprano: “Madonna Benois”

Madonna Benois: la delicada belleza

“El Benois es absolutamente único, ya que tener uno de los primeros trabajos de Leonardo es casi imposible”, dice Kustodiyeva. Presumiblemente, la virgen, pintada en delicados colores brillantes de verde y oro, es una de las primeras obras de arte del maestro, realizada a la edad de 26 o 27 años cuando este acababa de abandonar el taller de su maestro Andrea del Verrocchio. Según la leyenda, el cuadro fue llevado alrededor de 1790 por músicos italianos a Rusia. Desde principios del siglo XIX, la obra se ha almacenado en grandes colecciones privadas hasta llegar como herencia a las manos de Maria Saposchnikova y su esposo Leonti Benois a principios del siglo XX. En 1914, Benois, descendiente de una famosa dinastía ruso-francesa de arquitectos y artistas, vendió la imagen al Zar Nicolás II por 150,000 rublos de oro, que en ese momento correspondían a aproximadamente 1.5 millones de dólares, un precio récord para la época. Este contenido se publicó originalmente en DW.COM y puedes ver esa nota haciendo click en el logo: