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Estas son las 30 promesas de los negocios 2024
Tal parece que algunos artículos de las leyes secundarias de la reforma de telecom fueron redactadas por un gerente de mercadotecnia, pues su intención es controlar la diversidad de temas, páginas, programas y demás que abundan en la red.   A estas alturas del partido usted sabe que en nuestras Cámaras de Representantes se están discutiendo en este momento, las leyes secundarias de la Reforma a la Ley de Telecomunicaciones; también sabe que la propuesta que envió el Ejecutivo contiene algunos artículos que evidentemente violan los principios básicos de acceso a la red, libertad de expresión y derechos humanos. Todo eso ya lo sabe. Las propuestas contenidas en los artículos 189 y 197 hablan sobre la forma en la que los prestadores de servicios de Internet deben colaborar con la justicia cuando les sea requerido. Así, cuando una autoridad lo solicite, podrán obtener la geolocalización en tiempo real de un dispositivo que, a su juicio, atente contra a seguridad nacional. O bien, si  los encargados de la seguridad así lo requieren, se podrá bloquear la señal de Internet en espacios públicos. Los artículos de esta propuesta de leyes secundarias evidentemente atentan contra las garantías individuales de la población de una manera escandalosa y torpe. Y el hecho de que estén escritos de esa forma da pie a muchas suspicacias, pues representan un retroceso en materia de derechos humanos, libertad de prensa y hasta de combate a la brecha digital. Surge entonces la pregunta ¿por qué hacerlos así? Quizá porque nunca ha sido la intención aprobarlos. El tema ha levantado ámpula y muchos sectores de la población se manifiestan abiertamente en contra de la aprobación de dichas leyes; por otra parte, en el Senado se ha generado una discusión en la que prácticamente todos los legisladores están de acuerdo: aprobar leyes así va en contra de la Nación. No obstante, esto ha permitido que se abran espacios de discusiones, se tomen las tribunas y se manifieste abiertamente el rechazo de los senadores y diputados a dichos artículos. Y de nuevo, si todos están en contra ¿para qué se discuten los artículos en los que todos acuerdan que no deben existir? Quizá para eso, para seguir discutiendo y después, obtener el reconocimiento popular. No obstante, me parece que hay un artículo en el que hemos reparado poco. Se trata del 145 fracción III, referente a la neutralidad de la red, en donde a la letra dice que los prestadores de servicios de Internet: “Deberán preservar la seguridad de los usuarios y la seguridad de la red. Podrán bloquear el acceso a determinados contenidos, aplicaciones o servicios a petición expresa del usuario, cuando medie orden de autoridad o sean contrarios a alguna normatividad”. Y échele un ojo al artículo 146: “Los concesionarios y los autorizados que presten el servicio de acceso a Internet podrán hacer ofertas según las necesidades de los segmentos de mercado y clientes, diferenciando entre niveles de capacidad, velocidad o calidad”. Al parecer los prestadores de servicios de Internet podrán decidir qué contenidos podemos ver y cuáles no; pues el Estado les otorga la facultad de bloquear aplicaciones o contenidos en la red. O bien, de modificar discrecionalmente la velocidad de acceso a la red, de acuerdo a las características de sus clientes. Tal parece que estas leyes más que redactarlas un legislador, las redactó un gerente de mercadotecnia, pues su intención es controlar la diversidad de temas, páginas, programas y demás que abundan en la red, además de elevar a nivel de ley cualquier tipo de oferta publicitaria durante la prestación del servicio. En este caso, la intención parece controlar la libertad de acceso. Y es que la oferta de contenidos en la red es tan inmensa, que cualquier consorcio de medios se ve en franja desventaja frente a Internet. Creo que lo que realmente persigue la propuesta de ley no es censurar individuos, sino contenidos. Me explico: El hecho de que una persona manifieste su inconformidad con el Estado de forma abierta a través de Internet o redes sociales, no es lo que les preocupa (a final de cuentas, cualquier manifestación de desacuerdo no hace sino legitimar al Poder), sino el que los individuos decidan apagar la tele y prender la segunda pantalla. Parece como si la anulación de los artículos que violan abiertamente la libertad de prensa y derechos humanos fuera en realidad un éxito. Sin embargo, creo que el asunto va más por limitar la pluralidad de la red que por callar a las personas. Lo más probable es que usted tenga la oportunidad de seguir quejándose de todo en Internet, lo que eventualmente cambiará es que ya no podrá escoger con libertad qué contenidos desea ver.

Contacto: Twitter: @sincreatividad

 

*Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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