Por: Melanie Amaya*

Uno de los problemas que enfrentan muchas personas, al liderarse a sí mismas o liderar a otros, es el excesivo perfeccionismo. Por supuesto que está muy bien dar lo mejor de uno mismo. Sin embargo, si no se tiene cuidado, el querer perfección puede llevar a algunas personas a creer que no son capaces de lograr lo que se proponen y a hablarse a sí mismas sin empatía, diciéndose frases como: “qué estúpido”; “no debería equivocarme”, “si no lo logré ya no lo voy a lograr”, “los demás sí pueden y yo no”, etc. 

Este tipo de pensamientos poco empáticos, tienen un impacto negativo en su autoconfianza, lo cual se convierte en un problema, porque la autoconfianza es fundamental en el liderazgo. La autoconfianza es la que le permite a los líderes creer en sus capacidades, salir de su zona conocida, tomar riesgos e implementar estrategias que los lleven a alcanzar sus metas.

A un jefe sin autoconfianza se le dificulta empoderar a otros, de la misma forma que un jefe perfeccionista posiblemente no logre ser empático con sus colaboradores.

Cuando un jefe no es empático con sus colaboradores, estos se sienten juzgados, no valorados, no comprendidos, o irrespetados. Como consecuencia, se dañan las relaciones, el jefe pierde la lealtad de su equipo y, por lo tanto, no logra inspirar, motivar, influir, ni que su equipo de verdad quiera seguir sus ideas e instrucciones.

Por lo general esta falta de empatía sale a relucir en aquellos momentos en los que el equipo comete errores, o no cumple con las expectativas de su jefe. En estas situaciones el jefe perfeccionista se comunica desde la preocupación, la frustración o la impaciencia, utilizando una comunicación agresiva en la que juzga, critica, culpa o acusa, o una comunicación pasivo-agresiva en la que utiliza el sarcasmo o la comunicación indirecta para manifestar su molestia. Como consecuencia, se daña el ambiente laboral; sus colaboradores se desmotivan; no aguantan la presión, y su desempeño no puede mantenerse en un alto nivel.

¿Cómo ser un líder empático?

Si quieres ser un líder empático, primero debes aprender a ser empático contigo mismo. Está muy bien que busques resultados de alta calidad y que intentes minimizar los errores. Sin embargo, si tu nivel de perfeccionismo es excesivo, necesitas comprender que es normal cometer errores. Tener la expectativa de que no haya equivocaciones es una expectativa irrealista, que te va a frustrar y que te lleva a adoptar una posición de control excesivo y falta de empatía. 

Para ser empático con tu equipo es muy importante que cuando tus colaboradores cometan errores, o no se comporten según tus expectativas, en vez de asumir, juzgarlos, culparlos o acusarlos; realices preguntas para comprender qué sucedió, qué dificultades están encontrando, cuáles son sus desafíos, y que escuches con apertura y curiosidad sus respuestas.

Muchas veces son los juicios y las suposiciones que hacemos sobre el comportamiento de otros, lo que nos lleva a tomar posturas que no son empáticas. Cuando juzgas no es posible conectar con los demás, ni tratarlos con respeto y amor. Por eso, cuando los demás se equivoquen recuerda que, al igual que tú, tus colaboradores también son personas que buscan lograr sus objetivos, ser felices, y que también enfrentan sus propios desafíos y dificultades. 

* Cofundadora y CEO de Amayaco. Coach ejecutiva y consultora en liderazgo.

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