Por: Dra. Lourdes Ocampo

¿Quieres una organización con mejor clima organizacional, que se caracterice por su innovación, inclusión, colaboración y que obtenga un mayor retorno de inversión? La clave está en impulsar una mayor presencia de mujeres en los niveles más altos de tu empresa.

No se trata de una fórmula mágica, ni de responder a una tendencia, ni del simple compromiso de cumplir cuotas; son hechos, datos contundentes publicados por organismos como la OCDE, la Organización Internacional del Trabajo o las grandes empresas de consultoría globales basados en los resultados de miles de organizaciones a lo largo del planeta. Los datos evidencian que al invertir en programas con el propósito de desarrollar más mujeres para que ocupen puestos de liderazgo, adecuar estructuras y políticas para fomentar la inclusión, las organizaciones crecen, mejoran y generan mayor valor:

Ganancias de un aumento hasta del 34% en los márgenes de beneficio 

Retorno de las ventas del 16%

Las empresas cuyas propietarias son mujeres crecen el doble de rápido que otros tipos de empresas

Las startups lideradas por mujeres generan un 63% más de rendimiento que los equipos fundadores compuestos exclusivamente por hombres

En contraste con estos datos, solo 1 de cada 4 organizaciones declara que invertir en el avance de las mujeres constituye una de las 10 principales prioridades comerciales para su empresa, ¿por qué?

Repetir que seguimos atados por estereotipos socioculturales, que faltan políticas gubernamentales que visualicen lo trascendente de invertir en el talento femenino o concluir que son las mujeres las que no se autovaloran y rechazan oportunidades de ascender, es caer en justificaciones que han perpetuado el problema. 

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David Cruickshank, director global de Deloitte, subraya la importancia de que los caminos de liderazgo para las mujeres sean una parte integral de la estrategia comercial; Valentina Ibarra, socia deMcKinsey & Company, en su informe Women Matter México 2022, resalta la necesidad de concientizar a quienes lideran la organización, de generar cambios estructurales, desarrollar competencias para las mujeres futuras líderes y, sobre todo, medir, definir indicadores que hagan posible tomar acciones efectivas para evitar que la igualdad de género en el liderazgo se logre hasta dentro de 100 años.

Es un compromiso de líderes valientes, conscientes y socialmente responsables y también es buen negocio, financieramente hablando, invertir en el pipeline de liderazgo femenino. La primera piedra para cambiar el sistema de creencias de una organización debe ponerse desde la cúpula; compartir una visión hacia la inclusión de la diversidad y el trato digno e igual de los talentos de hombres y mujeres también es una de las principales funciones de un líder auténtico y efectivo. ¿Qué hace falta entonces? Dar ese paso de una vez.

Acciones congruentes y sostenidas sumarán a una cultura organizacional que sirva de ejemplo al mundo entero, que inspiren desde la esfera de lo privado hasta la de lo público, a valorar el talento de la mujer en el liderazgo. Ese es un futuro que aspiro a ver, del que quiero ser parte, que deseo para nuestras hijas, amigas, colegas y también para ellos, porque convivir sin reconocernos y colaborar nos ha llevado a escenarios que nos dividen y que, definitivamente, restan a nuestro legado a la humanidad.

Respetar, valorar la dignidad de hombres y mujeres, aprender juntos, ayudarnos a crecer, actuar, por más “pequeña” que te parezca la acción, es la fórmula de la abundancia, del bienestar, y me atrevo a concluir que es un camino seguro hacia la paz.

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Contacto:

Profesora de cátedra de EGADE Business School Guadalajara y líder académica del programa ejecutivo Women Leading Organizations.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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