¿Si existiera la oportunidad de transformar las organizaciones a través de nuestro propio esfuerzo y trabajo, llegaríamos a ser más felices, entregados y comprometidos?     Seth Godin, escritor y promotor de emprendimiento e innovación, ha dicho varias veces que en la transición de una sociedad industrial a una sociedad de conocimiento, los “empleos” se están transformando en “oportunidades”. Los creativos, los emprendedores y los líderes no tendrán empleos, sino proyectos donde su talento transformará la oportunidad que se presente. Es una manera de ver el trabajo, no por su función o por sus responsabilidades, sino por ver hacia dónde va: la oportunidad de cambiar, mejorar, innovar, y crear. En la universidad cuando estudié por primera vez a Aristóteles y Cicerón, concientizaba la importancia de los términos para identificar correctamente el mundo que nos rodea. El nombre da sentido —y hasta un sentido de pertenencia— a los objetos, movimientos, empresas, personas, etc. Sin duda, la elección de un nombre o la palabra correcta para definir algo es un arte y una ciencia. Los expertos de marca nos hablan mucho de la importancia de un nombre adecuado, sea la marca corporativa o la marca de un producto o servicio. Y el “empleo”, ¿qué connotaciones tiene esta palabra? La palabra “empleo” puede significar no sólo responsabilidad, sino también seguridad económica, metas alcanzadas o no alcanzadas, estructuras de jerarquía y mando, y la participación (“empleo” de recursos) en las operaciones de una organización. Pero, ¿los lideres, los creativos, los emprendedores y los “rebeldes, traviesos, personas que piensan diferente” (palabras de Steve Jobs) son definidos por su empleo, su puesto de trabajo o por las oportunidades que han transformado en algo de valor para la sociedad? A través de su trabajo, se hace realidad una oportunidad. En estudios hechos por Gallup, en la región de América Latina solo 17% de los empleados entrevistados tienen engagement (alto compromiso) con su trabajo. En Estados Unidos y Canadá —donde tienen el mayor porcentaje de empleados comprometidos en el mundo— es apenas 29%. Es decir, según estos estudios, menos de 30% de los empleados en todo el mundo están comprometidos o “engaged” con sus trabajos. ¿Si existiera la oportunidad de transformar las organizaciones a través de nuestro propio esfuerzo y trabajo, llegaríamos a ser más felices, entregados, y comprometidos? Tal vez sí. Los expertos en comportamiento organizacional destacan tres cualidades que debe tener el trabajo para que sea de satisfacción profesional: autonomía, complejidad y conexión entre esfuerzo y recompensa. Si trabajamos en algo con lo que nos sentimos identificados y que nos hace sentir parte de una solución, es más probable que usemos palabras como oportunidad, desafío y potencial. Así es como se construyen y lideran organizaciones que aprovechen el potencial del trabajo para captar una visión y hacer realidad las oportunidades que se presentan.     Contacto: Twitter: @ClarkEsther Email: [email protected] Blog: www.hiponaconsulting.wordpress.com       *Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

ABC para tu estrategia de compras en el Buen Fin
Por

¿Cuándo usar los meses sin intereses?, ¿cómo identificar si una oferta vale la pena?, te presentamos un manual para que...