- Se establezca un mapa de audiencias, en donde las más cercanas al núcleo sean los prioritarios para el logro de los objetivos de comunicación.
- Se potencie el flujo de comunicación desde el centro de la empresa, en donde radica la identidad corporativa (los activos intangibles), hacia el exterior.
- Se desarrolle una estrategia completamente integrada, que permita a las diversas formas de comunicación contribuir al éxito de la firma.
Limitantes del modelo de comunicación espiral
Este modelo tiene limitantes en cuanto a que su enfoque está centrado en la administración de la comunicación de los activos intangibles.
Hace poco me solicitaron una opinión sobre la Comunicación Espiral y cómo aplica en la administración de la comunicación dentro de las organizaciones. Aun cuando mi primer recuerdo al respecto fue el modelo helicoidal de Frank Dance de principios de la década de los años sesenta, la opinión era respecto a un modelo desarrollado a mediados de la década pasada, a partir de un trabajo realizado por Ma. Victoria Carrillo Durán y Juan Luis Tato Jiménez de la Universidad de Extremadura, España.
El modelo helicoidal de Frank Dance describe el dinamismo de la comunicación: ésta se va moviendo constantemente hacia un futuro, nutriéndose del pasado que informa al presente. Es decir, lo que hoy se comunica debe generar un efecto y, dado que la comunicación es continua, el proceso no tiene fin y va creciendo conforme se va ampliando el campo de conocimiento.
El modelo de comunicación aplicado a las empresas, que surgió la década pasada, propone administrar la comunicación de manera integral y proactivamente, en un proceso en espiral, al considerar que “los modelos tradicionales (de comunicación) no encajan en la filosofía de los activos intangibles”. Los autores Carrillo y Tato plantean el diseño de la comunicación “como un modelo coherente con el nuevo entorno empresarial que se genera desde el interior al exterior de la organización a través de un flujo en forma de espiral que abraza a los públicos internos y lleva a los públicos externos, marcando en cada ámbito de acción unos objetivos a cumplir”.
Comparan el flujo de comunicación de una organización con una espiral que gira infinitamente en torno de un punto central del que se va alejando; cada giro, denominado “espira”, crece conforme se aleja del centro, de manera que el flujo de comunicación en la empresa se extiende de forma espiral y no de manera horizontal, vertical o transversal. La espiral representa el todo del modelo y cada espira constituiría las partes del mismo generando sinergias de comunicación.
En este diseño, la comunicación fluye de manera integral en todos los niveles de la organización a partir de un movimiento espiral que nace del centro neurálgico en donde se propone la estrategia para alcanzar los objetivos de negocio de la compañía. Eventualmente, este proceso circular infinito llega a los públicos que se encuentran fuera de la organización.
Los autores expresan que el modelo funciona en tanto: