- Por la seducción del poder.
- Por ser un gran vendedor, que supo aplicar habilidades y destrezas de persuasión y convencimiento en negocios, amasando grandes fortunas.
- Por “las recompensas del trabajo” a nivel financiero, mismas que se muestran de manera acentuada en lujos que muchos quisieran tener.
- Su negocio y sus altos ingresos no podrían durar por siempre. No parecía que lo quisiera. No pensaba más que en un plano inmediato. Carecía de visión de largo plazo.
- Sus clientes iban a resultar insatisfechos e iban a exigir respuestas. Esto jamás se convertiría en multiplicación mediante la recomendación, pues su producto era un fraude.
- Lo que hacía era ilegal y la justicia le pasaría factura con la cárcel.
– El negociador aprovechado ganará enemigos y comerá una sola vez del mismo árbol.
– El negociador experto es aquel que come de forma exponencial en viejos y nuevos árboles, recomendado por ser de confianza y saber beneficiar a los demás.
Dos leyes de la naturaleza que Jordan Belfort no supo llevar a la práctica. No me queda duda que quien resulta aprovecharse de los demás tiene una visión corta, y el resultado de esta historia nos brinda razón. Con esto vemos: Enriquecerse mediante el fraude, además de llevarlo a la cárcel, le hizo invertir el embudo de la multiplicación. Recordemos la ley de la exponenciación: Un cliente satisfecho es una persona que se beneficia lo suficiente de nuestro producto o servicio, lo que genera recomendación a largo plazo. Cuando dicha percepción de beneficio es REAL, detona un efecto de exponenciación. Veamos la siguiente imagen… Belfort tuvo que indemnizar con 110 millones de dólares a los clientes que estafó. Además de tener que seguir pagando la mitad de sus ingresos totales por lo que hizo a sus 1,513 clientes (sentencia de 2003), restituyendo todo lo defraudado a sus víctimas. Después de subastar sus propiedades decomisadas consiguió la suma de 10.4 millones de dólares (la cuales se vendieron en un valor mucho muy inferior a lo que verdaderamente costaban). Y los problemas siguen, dado que en 2013 sólo había pagado 10% de lo que debería haber indemnizado, estipulando una nueva orden judicial que le exigía dar gran parte de un millón 767,209 dólares de la publicación de sus libros, otra parte del dinero ingresado por sus charlas motivacionales como conferencista y de la venta de derechos por su película. Por ello, cada vez que tengas la posibilidad de beneficiarte llevándote a tu paso a terceros, te invito a que recuerdes la segunda y la tercera ley de la naturaleza de los negocios, y pienses en ganar mucho más a la larga, pues una visión de corto plazo puede dejarte muchos problemas a largo plazo. ¿Qué tan bueno es tu producto o servicio? Piénsalo: entre más beneficie a terceros más se venderá y más lo recomendarán. Constrúyelo único y lo mejor posible. Si haces esto no tardarás en comenzar a activar el embudo de la multiplicación. Si quieres permanecer, piensa cada vez más en este ganar-ganar. Contacto: Correo: [email protected] / [email protected] Twitter: @coachalexmeza Facebook: ImpulsoHumanoMexico Página web: Impulso Humano México Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.