Por: Lorena Rodríguez*

¿En qué lugar colocarías a México en materia de innovación de una lista de 130 países? De acuerdo con informes del OMPI, nuestro país ocupa el puesto número 56, mientras que Suiza es el más innovador, seguido de Suecia, los Estados Unidos de América, los Países Bajos y el Reino Unido.

Escalar peldaños en esta lista debería de ser fundamental para el desarrollo que buscamos como nación. Sin embargo, fomentar el pensamiento creativo y llevar ideas al mercado que realmente resuelvan una necesidad no es un trabajo de un solo actor.

En mis más de 25 años de experiencia profesional en el ámbito de la innovación, he podido apreciar que cuando sector público, privado y academia se juntan en iniciativas científicas y de investigación, es cuando más alcance se logra y más ideas se materializan.  

Hace unos días nos dimos a la tarea de buscar iniciativas a las que pudiéramos sumar nuestro expertise en propiedad intelectual e industrial de forma probono -siempre y cuando tuvieran como objetivo brindar alguna solución relacionada directamente con la mitigación del SARS-CoV2, virus que ha llevado al mundo entero a un estado de emergencia sanitaria los últimos 4 meses.

Tras analizar más de 100 proyectos mexicanos, en conjunto con la Red Nacional de Consejos y Organismos Estatales de Ciencia y Tecnología (REDNACECYT), decidimos impulsar un proyecto de la Universidad Politécnica de Pachuca, el cual buscará crear un medicamento muy disruptivo que permitirá atacar la capacidad de replicación del virus al entrar al cuerpo humano, y potencialmente evitar posibles futuras pandemias.

Nuestra contribución será analizar los criterios de novedad del proyecto -cuáles son los elementos ya factibles de registro de solicitud para una posible patente, y posteriormente implementar el registro de toda la información que no entra en este momento bajo el criterio de patentabilidad, para protegerlo a través de nuestra plataforma de registro de evidencias de Blockchain.

Una vez contando con todas las bases para su protección, el proyecto podrá continuar su evolución en el Instituto Paul Scherrer, ubicado nada más y nada menos que en el país más innovador del mundo: Suiza.

México siempre se ha caracterizado por su movilización y fraternidad en situaciones de emergencia, y la pandemia que estamos viviendo no ha sido la excepción. Y aunque los donativos y pronunciamientos de aliento no han cesado, vale la pena conservar el frenesí de colaboración y el interés en los beneficios que la innovación tecnológica local nos podrán ofrecer para enfrentar el futuro juntos.

Contacto:

Lorena Rodríguez, Directora General de ClarkeModet México*

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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