Los proyectos de construcción, expansión y modernización del sector logístico en Centroamérica y República Dominicana son palpables. Una muestra de ello es la ampliación del Aeropuerto Internacional de Tocumen, en Panamá, o el plan maestro de inversiones diseñado para el Puerto de Manzanillo, en tierras dominicanas. La visibilidad de este tipo de obras tiene relación con la posición geográfica de esta área en Latinoamérica, el interés de inversionistas asiáticos, europeos y estadounidenses en este rubro, así como la tendencia de las empresas por buscar nuevas rutas donde los costos logísticos sean menores, ya que estos se encuentran entre 16% y 26% en Latinoamérica, de acuerdo con el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), explica el analista económico internacional, Ramón Martínez. La edificación de estructuras como el Puerto de Quetzal en Guatemala y las obras de modernización del Puerto de Cortés en Honduras pueden tener un impacto positivo en el Producto Interno Bruto (pib) de los países de la región, el cual puede ser entre 0.7% y 0.8%, estima el también catedrático de posgrado de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC). Estos proyectos no solamente tienen un efecto local, tal es el caso de obras logísticas como el Canal de Panamá que impulsan el flujo de mercancías internacionales, ya que entre el 7 y el 9% del comercio marítimo pasa por esa vía: “El canal cambia la dinámica del comercio mundial y trae beneficios a otros puertos del hemisferio también; por ejemplo, ahora los puertos en el oeste de Estados Unidos pueden recibir barcos de mayor capacidad y los puertos en las islas del Caribe se están transformando en hubs de transferencia de cargas hacia otros puertos de un gran número de países de la región y hacia el Atlántico”, expone Agustín Aguerre, gerente de infraestructura y energía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Para la exportación de bienes, este tipo de obras tiene un principal interés por parte de los inversionistas y empresas que se dedican al intercambio, debido a que los costos logísticos en la región de Centroamérica y República Dominicana son altos comparados con otros países de Latinoamérica y retrasan el desarrollo y el crecimiento de la región. Se estima que los costos de logística en la zona representan entre 18 y 40% del valor final de los productos transportados (comparado con 8% de los costos en países de la OCDE), lo que dificulta lograr una ventaja competitiva sobre otras economías emergentes, principalmente las asiáticas, añade Aguerre. Ambos analistas consideran que la única forma para disminuir los costos logísticos es la necesaria inversión en infraestructura que tiene un impacto en términos inmediatos y futuros. “Del corto al mediano plazo, las inversiones generan crecimiento directo al movilizar la economía en torno a la obra de infraestructura. En el largo plazo, el efecto se da a través de la eficiencia logística, el aumento en la oferta agregada y en un impacto positivo en el aparato productivo”, detalla Aguerre. Con la infraestructura necesaria en materia logística otro de los beneficiados será el sector exportador, que en la región centroamericana alcanzó 600 mdd durante 2017, lo que representó un crecimiento de 23% respecto al año anterior: “Si se realizan mejoras en los procesos de facilitación del comercio, tales como ventanillas únicas de comercio exterior, mejoras en aduanas y pasos fronterizos, podríamos incrementar las exportaciones de la zona hasta un 38% y el pib hasta un 8%”, calcula el gerente de infraestructura y energía del BID. Para el catedrático de la EBC, los países de Centroamérica tienen la gran oportunidad de desarrollar e invertir en proyectos de logística que sean atractivos debido a que están en mira de los inversionistas interesados en desarrollar este sector en la zona como, por ejemplo, la empresa mexicana CAABSA Constructora que se adjudicó la construcción del nuevo Edificio Terminal de Pasajeros del Aeropuerto Internacional Monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, en El Salvador, que tiene un valor de 38 mdd. Sin embargo, no todos estos proyectos logísticos de gran calado acaban de la mejor forma. Una muestra de esto es el Canal Interoceánico de Nicaragua que, a pesar de contar con el apoyo del gobierno de Daniel Ortega y que se anunciara con bombo y platillo en 2013, desde hace dos años no se le ve por ese país al empresario Wang Jing, quien lidera la firma HKND a quien se adjudicó la responsabilidad de dicho proyecto. Por el momento, esta intervención se puede considerar un ‘elefante blanco’ debido a que no se ha visto la ejecución de los 50,000 mdd que se tenían planeados para esta megaobra: “Esto se debe a dos cosas fundamentales; la primera, a que no hay un marco jurídico que dé confianza a los inversionistas, y la segunda, a la mala administración del gobierno de Nicaragua cuando hay inversiones conjuntas”, explica Ramón Martínez. Desarrollo incipiente A pesar de las inversiones registradas con estos alcances, el CAF señaló que Latinoamérica y el Caribe tendrán que invertir en la modernización o ampliación de aeropuertos al menos 53,150 mdd, mientras que para el sector marítimo y portuario se deben destinar 55,000 mdd. En su reporte Análisis de inversiones aeroportuarias y portuarias en América Latina al horizonte 2040, el CAF expone que esta inversión podrá introducir una nueva capacidad portuaria de contenedores, mejorar la operación y el dragado de profundización en nodos portuarios en corto y mediano término, entre otras ventajas en infraestructura logística. Ramón Martínez, expone que la importancia de las Asociaciones Público-Privadas en este tipo de proyectos hace que la inversión fluya de mejor manera, debido a que los gobiernos dan un marco jurídico que garantiza y da tranquilidad a los inversionistas: “Estas asociaciones dan certeza a los interesados debido a que las inversiones son por fases. Una parte importante para la edificación de estos proyectos es que los gobiernos sean transparentes durante el proceso de licitación”, agrega. Los dos analistas consideran que los proyectos logísticos de Centroamérica están orientados específicamente hacia el sector aeronáutico, debido a que las firmas de inversionistas buscan países que alojen rutas comerciales. “Latinoamérica y el Caribe están muy por debajo del promedio de vuelos per cápita con relación a los países desarrollados. Hay infraestructura aeroportuaria en todos los países, pero hace falta adaptar las regulaciones locales para tener más aerolíneas volando, y mayor competencia”, indica Aguerre del BID. Las palabras del gerente de infraestructura y energía toman fuerza cuando nos remitimos al estudio del CAF que señala que en el rubro de aeropuertos cerca del 50 % de las inversiones (25,545 mdd) deberán hacerse en los primeros diez años (2017-2026), debido al potencial de crecimiento del sector en la región. Pero el tema de mayor relevancia en términos de logística para Centroamérica y República Dominicana es la competitividad; mejorar costos logísticos, eficientar trámites aduanales y desarrollar la infraestructura de servicios logísticos, son los grandes pendientes en la región.

 

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