Hay quienes afirman que, si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad. El profundo desprestigio, la sombra permanente de la corrupción, la falta de credibilidad y la desesperación absoluta por levantar —aunque sea un poco— la percepción popular de una administración fallida son las razones que explican el despliegue tedioso, asincrónico, irrelevante y dispendioso que enmarcó el V Informe presidencial. Incluso las mejores notas, los aciertos, los buenos resultados, los mejor calificados y más eficientes funcionarios públicos se ven opacados, obnubilados por la mancha generalizada de descrédito y desconfianza que acarrea esta administración. La agenda es compleja y sin duda, no debe juzgarse a todos por igual. Existen dependencias, áreas y renglones donde la batalla verdaderamente se está dando, donde no hay objeción ni mancha, sin embargo, el virus se considera muy extendido y arraigado. El derroche comenzó con una dosis de encuestas que afirmaban que la aprobación popular del presidente había subido (OMG*) hasta 4 puntos (OMG doble). La pregunta no respondida era ¿cual había sido el detonador de esa mejoría? (ASH**). ¿Cómo se habrá logrado ese milagro? Tan solo las cifras de criminalidad marcaron récords en mayo y junio del 2017, como los meses más violentos de los últimos 20 años. La creación de empleos va al alza, la estabilidad macroeconómica es un hecho, pero a nivel de percepción social, lo cotidiano, lo relevante, lo inmediato y lo que se comenta a nivel de calle no concuerdan. Para quienes seguramente no vieron ni oyeron los millones de spots y no saben lo que se perdieron, les platico. Caracterizado en su papel de moderno entretenedor, cuentacuentos y/o juglar, el presidente tomó los jeans, las camisas de cuadros, se fue por todo México y en un marco de informalidad conversó —uno a uno— con mexicanas y mexicanos de todas las edades, sencillo, sensible, profundamente interesado en sus particularidades y las historias (neta sarcástica). Las escenografías serían una envidia de Disney: calles inmaculadas, días de sol, juegos infantiles relucientes, comedores, hospitales, desfiles, escuelas públicas dignas (con WiFi y baños funcionando); no, no, no; la política pública llevada al éxtasis (más OMG y más envidia para los países desarrollados); todos los participantes con zapatos, uniformes, ropa reluciente, bien peinados, sonrientes, no hay manos ásperas ni polvorientas, todos aman a su presidente, está ahí mano con mano, se las sabe todas, está enterado de las incidencias, los devenires, hasta de los chismes y las desgracias, vaya ni Don Francisco, Laura Brozo o Cristina le llegan. Haciendo cuentas, el enorme costo de una campaña como esa es antinatural, oprobioso, carente de todo sentido y utilidad estratégica. Un gran negocio para unos cuantos como siempre, un pésimo despilfarro para las finanzas públicas, la oclusión de un ritual republicano y en entierro de la rendición de cuentas. En el pasado, el V Informe era de alguna manera, la apoteosis de un sexenio, el punto culminante para un cierre que mostraría a México y al mundo, una evaluación de lo alcanzando, un resumen de un legado y un cierre culminante. Los presidentes saben que para cuando llegue su VI Informe será solamente una despedida formal, todos los actores políticos y la sociedad misma estarán a la expectativa del presidente o presidenta electa. Ya no es fácil engañar a la gente, nadie puede creer que mientras en otros países, presidentes y sus familiares inclusive van a la cárcel, aquí se montan espectáculos con chivos expiatorios. Las empresas ligadas a la corrupción siguen haciendo grandes negocios en México, aquí ninguno de sus ejecutivos es siquiera molestado. Los socavones destapan la podredumbre, se tapan y todo vuelve a la normalidad. Lo mismo se repite en medios, las investigaciones no culminan, los presuntos responsables salen libres, todo se mueve para seguir igual o peor. Las famosas reformas estructurales solo sirvieron para darle más dinero a los corruptos. Hasta el nuevo sistema penal está en entredicho, los criminales no pisan la cárcel, salen más rápido y muchas conductas delictivas ahora quedan sin castigo. Las encuestas partidistas, la intención de voto hacia el 2018 y los datos se contradicen. Según el oficialismo hay menos pobres y la sociedad mexicana está mejor educada (por cierto ya no repite ni memoriza), gracias a la estafa maestra es más sana, está mejor alimentada y asegurada. No hay día sin notas sobre fraudes, corruptelas o desvíos de recursos, pero todo queda en mero escándalo en notas ahogadas, ocultas, acalladas, sometidas. Las justificaciones, las excusas, resultan verdaderos insultos a la inteligencia ciudadana. Por eso nadie cree en lo que se oye, ve o presenta en esos spots, el descontento es generalizado, la inseguridad domina el ambiente; la molestia y el hartazgo son contundentes, claros, reiterativos. Quien llegue encontrará el país con una moral deteriorada, quizá mejor que como estaba en el 2012 pero no por el empeño de su gobierno sino por el empuje y resistencia de los mexicanos como siempre. En este concierto de corrupción nadie se escapa, ningún partido político puede decir que es inmune; el liderazgo político ha fallado garrafalmente. Se abre entonces una oportunidad de cambio que esperemos no sea producto de una decisión acelerada y emocional de la sociedad, sino del consenso, la reflexión y la evaluación de las alternativas que se le presenten en el 2018. Ojalá sigan creciendo las voces de inconformidad y critica, más iniciativas ciudadanas, menos recursos para los partidos, los órganos electorales, los programas-estafa patito, pero, sobre todo, que llegue la hora de acabar con la impunidad, el castigo total de los corruptos y la creación de un gobierno moral, eficiente y democrático. Los cuentos ya no cuentan, sin resultados no hay voto, sin voto no hay dinero, sin impunidad no hay corrupción. *OMG abreviación de “Oh my God” (traducido al español como “Oh Dios Mío), usada generalmente en internet para expresar asombro o sorpresa. **ASH.- Algo incomodo o que no quieres que pase. Fuente: es.wikipedia.org/wiki/OMG     Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

Universitarios
México tiene el peor acceso a la universidad de la OCDE
Por

En el extremo opuesto está Corea del Sur, Canadá y Japón.