Por Olga Granaturova* En el debate sobre las oportunidades que nos dan las tecnologías emergentes para reducir la brecha de género, hay tres cuestiones fundamentales, bajo mi punto de vista, en las que la Inteligencia Artificial (IA) y la robótica pueden contribuir a impulsar el liderazgo femenino:
  • La importancia de la inteligencia emocional y las soft skills:
En la era de la IA, todavía hay un buen número de trabajos que requieren cualidades humanas como la comunicación, la empatía, la creatividad o el pensamiento crítico. Para ello, necesitamos un nivel más avanzado de pensamiento y de inteligencia emocional, la habilidad que nos permite percibir, utilizar y administrar tanto nuestras emociones como las de los demás. Este tipo de inteligencia es de gran valor para líderes y profesiones que requieren de interacción social. Varios estudios han demostrado cómo las mujeres tienden a superar a los hombres en inteligencia emocional, y, según una investigación reciente de Korn Ferry Hay Group, “las mujeres son mejores en el uso de las soft skills, cruciales para un liderazgo eficaz y un rendimiento empresarial superior”.
  • Procesos de selección imparciales:
Gracias a la IA, podemos diseñar algoritmos que eliminen el sesgo en la identificación y contratación de talento. Diferentes investigaciones nos han mostrado a lo largo del tiempo cómo evaluamos a hombres y mujeres de manera distinta, muchas veces sin ser conscientes. Por ejemplo, en la década de 1970, las cinco orquestas principales de los Estados Unidos tenían menos del 5% de mujeres. En 1997 llegaron hasta el 25% y hoy algunas de ellas están cerca de 50%. ¿Qué cambió? Las orquestas implementaron nuevas políticas de audiciones a ciegas para ocultar la identidad de los músicos. Tomás Chamorro-Premuzic, psicólogo oganizacional y chief Talent scientist de ManpowerGroup, apunta en su libro “Why do so many incompetent men become leaders?” cómo las mujeres tienden a superar a los hombres en muchos de los indicadores de buen liderazgo. Por eso, un algoritmo bien diseñado puede eliminar el sesgo de género e identificar a los mejores candidatos. Pero los sistemas de AI serán tan fiables como los datos que introduzcamos en ellos. Los datos erróneos pueden contener sesgos raciales, de género o ideológicos. Por eso, la IA del mañana requiere más mujeres ingenieras y un enfoque multidisciplinar: matemáticas, informática, psicología, economía, ética, derecho y filosofía, para garantizar una igualdad de base.
  • Nuevas facilidades para emprender:
La economía digital ha hecho más fácil que nunca comenzar un negocio. En concreto, las empresas fundadas por mujeres son el segmento de empresas de más rápido crecimiento. Sin embargo, tanto en 2017 como en 2018, las mujeres emprendedoras recibieron tan solo el 2.2% del total de fondos de capital riesgo. Las empresas emprendedoras, especialmente las de alto crecimiento, son claves para la creación de empleo. Por lo tanto, es esencial ver el emprendimiento femenino como un asunto económico, no como un asunto de igualdad de género. Cambiemos el desequilibrio de financiación. En la era de la inteligencia artificial, las mujeres brillan con luz propia. Para apoyarlas y contribuir al futuro, hay iniciativas como el Women’s Forum for the Economy and Society que se celebra en Ciudad de México estos días con la colaboración de HEC París y desde el que se dan las claves para empoderar a las mujeres del siglo XXI: invertir en ellas, contratarlas, incluirlas, mentorizarlas y promocionarlas. *HEC Trium Global Executive MBA 2015, CEO de LUCIDITAI y Co Fundadora de BRIGHTER Ventures.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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