La globalización de la economía no se limita al comercio y a los flujos financieros; también abarca la transmisión de tecnologías y conocimiento, el movimiento de personas a través de migraciones internacionales, las comunicaciones y la transnacionalización de la cultura, considera el exsecretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal), Gert Rosenthal Königsberger. No obstante, Rosenthal Königsberger considera que término ha sido sobre explotado debido a que diversos estudiosos señalan que ésta es una especie de panacea, que permitirá que los frutos materiales del crecimiento se propaguen a todos los habitantes del planeta a través de la completa integración de la economía mundial, mientras que, para otros, se trata de un fenómeno que tiende a beneficiar a los países grandes y ricos a costa de los pequeños y pobres. En este contexto, la globalización es parte del día a día de Centroamérica debido a la celeridad con que se produce el cambio en el entorno externo, lo cual, entre otros aspectos, exige mayor capacidad de adaptación que antaño y mayor flexibilidad para aprovechar “ventanas de oportunidad” que se van presentando. Puedes leer:  Así debe ser el manejo de la información en Centroamérica Además, la creciente intensidad de la competencia para acceder a mercados plantea mayores exigencias, en materia de precio, calidad, credibilidad, organización e innovación es parte de este fenómeno que impacta a la región Centroamérica. El exsecretario de la Cepal considera que la globalización invita a la región del Istmo a aspirar a una creciente participación relativa en la expansión de la capacidad productiva a nivel global, por lo que no se limita a elevar la eficiencia de las empresas, sino del sistema económico, social y político en que éstas se insertan. Sin embargo, el también exdiplomático guatemalteco señala que hay diversos retos a los que se enfrenta la región en el concierto de la globalización que son los siguientes:
  • Profundizar la democracia: La estabilidad política, la cohesión social, el fortalecimiento de las instituciones, la confiabilidad en un régimen de derecho y la seguridad ciudadana son, todos, elementos indispensables que determinarán si la región constituye un espacio geográfico capaz de alentar la inversión nacional y atraer inversión internacional en nuevas actividades productivas.
 
  • Fortalecimiento de las instituciones: El rezago institucional y la debilidad de sus organizaciones dificultan la posibilidad de los países centroamericanos de mejorar su inserción en la economía mundial
 
  • Rezago tecnológico: En el universo de empresas centroamericanas, relativamente pocas se colocan en la frontera de la productividad o de las “mejores prácticas” a nivel internacional. Afortunadamente, sin embargo, en cada país hay un número de empresas que podrían llamarse “proactivas” frente a los desafíos de la globalización.
 
  • Generación de empleos productivos: Los aumentos en productividad pueden significar que la creación de nuevos puestos de trabajo por unidad de inversión o por unidad de producción tienda a bajar. Ello, cuando la oferta de mano de obra propende a crecer a tasas dinámicas.
 
  • Reducción de las desigualdades sociales: La falta de oportunidades de empleo productivo es acaso la principal, pero no la única, causa de una de las características más preocupantes de la mayoría de los países centroamericanos: con diferencia de grado entre uno y otro, y con la notable excepción de Costa Rica, éstas son sociedades marcadas por la desigualdad.
*En nuestro próximo Foro Forbes El reto: Generar prosperidad habrá intercambio de ideas sobre la estrategia que debe tomar la región para dar un salto en el desarrollo de la población y de la economía centroamericana. El foro será el próximo 30 de mayo en Guatemala.

 

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