El mercado comercial de drones –que será superior a 5.1 mil millones de dólares para 2019– será el doble de grande que el mercado de defensa militar/civil.   A pesar de que no se tiene un número de cuántas aeronaves no tripuladas (UAV) o drones –como comúnmente se les conoce– estén sobrevolando el territorio mexicano, en tan sólo un año su crecimiento ha sido relevante e incrementará aún más si las empresas consideran que este tipo de objetos se alinean a sus estrategias de negocio. ABI Research predice que el mercado comercial para los pequeños UAV crecerá de un estimado de 652 millones de dólares en el 2014 a más de 5.1 mil millones de dólares para el 2019, llegando a ser el doble de grande que el mercado de defensa militar/civil. Cada vez más las empresas gubernamentales y privadas en México están adoptando este tipo de dispositivos en sus procesos productivos. Recientemente, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) anunció que reforzará su programa permanente de inspección al sector minero, con la utilización de dos drones donados por el Colegio de Ingenieros Ambientales de México (Cinam). A través de estas aeronaves, la Profepa podrá llegar a sitios que por su topografía representan un acceso casi imposible para la supervisión a través de vehículos automotores o a pie; además, ahora se obtendrá evidencia fotográfica y en video de las actividades mineras en la explotación de suelos y subsuelos naturales. Hoy en día los drones se están utilizando para actividades de seguridad privada o para dar seguimiento a algún acontecimiento social, así como para la entrega de paquetería –caso DHL–, incluso para cuestiones de entretenimiento (seguro recordarás el lamentable accidente que sufrió Enrique Iglesias durante un concierto, pues éste manipulaba un dron para brindar una mejor experiencia visual a sus fans). Si tu empresa está interesada en adoptar esta tecnología es importante que investigue sobre los diferentes tipos de información que estas aeronaves pueden recolectar, ya que no sólo proporcionan fotografía aérea y mapeo. Los drones pueden tener una variedad de sensores diferentes para medir y grabar distintas cosas. En ocasiones los datos más útiles no son aquellos que son recolectados inmediatamente, sino los que vienen de monitoreo a lo largo del tiempo y que permiten tomar mejores decisiones. Por ejemplo, una compañía eléctrica no necesariamente necesita imágenes después de una tormenta. En cambio, lo que requiere son las coordenadas del GPS de todas las líneas eléctricas que han sido derribadas, para que así pueda mandar al equipo adecuado a repararlas. Cualquier organización que esté considerando usar los datos capturados a través de sensores aéreos o drones tiene que determinar el impacto en su infraestructura de TI. No sólo el almacenamiento puede ser un desafío, sino que se requieren diferentes formas de analizar y presentar los datos. Blue Coat Systems recomienda que si los drones están recolectando o almacenando datos confidenciales, se deban aplicar consideraciones como la confidencialidad, integridad y disponibilidad, tal como lo hacen dentro de un centro de datos corporativo.   Regulación y seguridad A fin de preservar la seguridad de las personas y a los usuarios, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) recientemente actualizó la regulación del uso de los drones, la cual se espera no afecte en su crecimiento. Entre las limitaciones se establece que sin importar el peso, los drones sólo pueden ser operados durante el día, en áreas que no estén clasificadas como prohibidas, restringidas o peligrosas. Deberán estar al menos a 9.2 kilómetros de distancia de los aeropuertos controlados, a 3.7 de los aeródromos no controlados y a 900 metros de helipuertos, y no podrán dejar caer objetos que puedan lesionar a personas o bienes. La nueva regulación está divida en dos vías: por el peso de la aeronave y por su uso, ya sea recreativo o comercial. En el primer caso, para todos los dispositivos se hace una clasificación de tres categorías: de hasta 2 kilogramos (kg) de peso, de más de 25 kg y de 25 kg en adelante. Los operadores, sean personas físicas o morales, están obligados a seguir los lineamientos ya establecidos. Cuando su uso sea recreativo y tengan un peso de 2 kg, sólo podrán ser usados en clubes de aeromodelismo y no requieren autorización de la DGAC.En cuanto a los drones de uso comercial que pesan más de 25 kg, sólo podrán volar en los términos y condiciones que permite la DGAC, además de que su operador debe tener una licencia de piloto. Por su parte, Blue Coat System señala que para garantizar un mejor desempeño de los drones deben tenerse controles de seguridad que impidan cuestiones obvias como chocar con otros aviones, estrellarse contra una multitud de personas, golpear las líneas de energía, y tomar en cuenta el factor del clima. Además, operar con software especialmente diseñado para mitigar los ataques, el apoyo en tiempo real y monitoreo del sistema forense, y contar con procedimientos de respuesta a incidentes.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @BlueCoat   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

NBC pone fin a relación con Donald Trump
Por

La NBC informó que dejará de transmitir los eventos Miss Estados Unidos y Miss Universo por sus canales de televisión, a...