Dentro del paquete de comisiones legislativas que desaparecieron la semana pasada se encuentran cuatro relacionadas con el campo mexicano, lo que puede agravar la crisis que existe en sectores como el cafetalero, e incluso hacer menos transparente el manejo de recursos de los programas de apoyo a la producción.   Como parte de un ejercicio de austeridad, la semana pasada la Cámara de Diputados desapareció 19 comisiones especiales que investigaban casos tan diversos como la desaparición de los 43 alumnos de la Escuela Norma Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, hasta otras relacionadas con sectores diversos. Uno de los sectores más afectados será el agropecuario, ya que de las comisiones que dejaron de funcionar, cuatro estaban relacionadas con el campo. La gravedad radica en que no en pocos casos éste era el único espacio que tenían los productores para exponer su problemática. Las “agrocomisiones” que desaparecieron son las relacionadas con la industria azucarera, del café, la agroindustria de la palma de coco y la de seguimiento del Programa Especial Concurrente (PEC). En el caso de la industria azucarera, la comisión desaparece en un escenario en el que, según información difundida en el mercado de futuros de Chicago, México espera un recorte de 5.9 millones de toneladas durante el periodo 2014-2015 y días después de que el Departamento de Comercio de Estados Unidos informara la reapertura de investigaciones antidumping contra las importaciones de azúcar originaria de nuestro país. El del café es un cultivo que el año pasado registró una baja en su producción de 40% –hablando sólo del caso mexicano–, la mayor en las últimas dos décadas, ante el daño que sufrió más de una cuarta parte de la siembra nacional, dejando pérdidas cercadas a los 2,300 millones de pesos. En palabras de los productores, en los últimos 15 años se abandonó la cafeticultura nacional, y ahora, sin una comisión legislativa para su análisis, puede ser que nunca salga de su ancestral crisis. Mientras, la comisión para impulsar la agroindustria de la palma de coco surgió ante la necesidad de etiquetar recursos para impulsar la industria y renovar plantaciones en 14 estados del país, que por ser muy viejas, ya resultaban improductivas. Todos los casos son graves y sin lugar a dudas repercutirán en la producción del campo en el país, pero el más preocupante es la desaparición de la comisión encargada de vigilar el Programa Especial Concurrente (PEC), cuyos recursos siempre se han ejercido o no ejercido bajo un halo de opacidad en el que generalmente no se sabe qué pasa con los millones que anualmente se etiquetan para apoyar al campo. Justo en marzo pasado, la Central Campesina Cardenista (CCC) demandó un manejo transparente de los recursos del PEC destinados por el Congreso. Desde 2013, el presidente de la ahora extinta comisión, Mario Rafael Méndez Martínez, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), denunció que se habían detectado subejercicios en el manejo de los recursos de los programas sujetos a reglas de operación. Un país que importa más del 50% de los alimentos que consume, no puede darse el lujo de tener poca claridad ni desvíos en los recursos de apoyo a la producción, pero el hecho de que la comisión desaparezca a unas semanas de las elecciones también da mucho que pensar. Extraña también que, a unas semanas de las elecciones, desaparezcan estas comisiones relacionadas con un sector tan cercano al partido en el gobierno: el de los campesinos, toda vez que el llamado voto verde se mantiene como uno de los pilares del Partido Revolucionario Institucional (PRI). El trasfondo de la desaparición de las comisiones puede estar más allá de un ahorro legislativo y pueden ir desde detener el desarrollo de la industria del café para permitir que empresas trasnacionales sigan dominando el mercado hasta un posible uso de recursos electorales que, ante la falta de quien lo investigue, quedará en la opacidad. La única verdad es que –se trate de una u otra cosa– el campo mexicano no está para eso. En lugar de que sean menos las comisiones que vigilen lo que pasa deberían ser más, pero bien estructuradas y más transparentes, porque el día que no haya que comer, no existirá comisión que pueda sacar al país del apuro.   Contacto: Twitter: @julianafregoso   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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