Solamente en infraestructura, México atraerá inversiones por alrededor de 300,000 millones de dólares en los seis años que vienen; sin embargo, al exterior el país luce como un ecosistema donde prevalece la corrupción. Para captar capital se necesita confianza, advierte en su primera entrevista en el país Ary Naïm, country manager de la Corporación Financiera Internacional (IFC).   Apenas cumplía tres semanas en México cuando plati­camos con Ary Naïm, quien llegó para enca­bezar en el país la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés). Ary Naïm explica que la IFC es un detonante para cambiar el horizonte de un país: “Para nosotros, el reto en países que vemos frágiles es desa­rrollar proyectos sostenibles no sólo desde el punto de vista ambiental y social, sino también desde el punto de vista comercial y económico, para que esos países salgan del círculo de la dependencia a la ayuda. Y en­tonces hemos sido capaces de hacer cosas interesantísimas.” La prioridad después del terre­moto era la ayuda de emergencia. El IFC se enfocó en la reconstrucción económica. “Dentro del Banco Mundial somos la entidad que realmente se enfoca en el desarrollo y la promo­ción del sector privado”, recuerda Naïm. “Una de las primeras cosas que teníamos que hacer era cambiar un poco la imagen de Haití porque, de verdad, el país tiene retos tre­mendos e históricos de gobernanza pública y de pobreza; también es un país que tenía o tiene hoy todavía ventajas competitivas que realmente pueden apalancar un crecimiento sostenible”.   ¿Por eso le apostaron al turismo? Pues turismo, pero también al sector manufacturero, porque hay una po­blación de 10 millones de habitantes que son muy trabajadores, que son muy competitivos en la región. Recuerda que la posición geográ­fica de Haití, a dos horas de Estados Unidos, es bastante única. Además del turismo, antes del terremoto participaban en un banco y también habían trabajado en el sector de las telecomunicaciones. “Para darte un ejemplo, he­mos contribuido a la más grande inversión privada en Haití históri­camente, 100 millones de dólares (mdd) ayudando al gobierno sin siquiera invertir nosotros, ayudando al gobierno a privatizar la operadora de telecomunicación pública. Esa compañía, te digo, perdía millones de dólares al mes”. Repite que la empresa Telco perdía millones de dólares al mes y ellos hicieron con el gobier­no la estructuración de su privatización. “Hoy la compañía ha in­vertido 100 mdd, 50 millones y pico en la licencia y 50 en in­versiones en la infraestructura. Eso crea competencia en el sector. Había sólo Digicel, que también habíamos apoyado, en Haití”. Ary Naïm destaca que han creado competencia en el sector teleco­municaciones en Haití. Además de que ha incrementado el número de haitianos que tiene acceso a Internet y telefonía móvil, dice que el gobierno está cobrando impuestos a dos empresas que funcionan bien, cuando antes estaba perdiendo cada mes muchos millones. “Después de eso hemos entrado en el sector hotelero, pero no tanto desde el punto de vista turístico, sino como una pieza importante de infraestructura de negocio”, aclara el recién llegado a México. “Estamos apoyando la creación de un puerto que se va a inaugurar también este año, y este puerto pri­vado va a cambiar completamente la competitividad del país en términos de manejo de contenedores y con un impacto fenomenal sobre los impor­tadores y los exportadores en Haití. Y entonces poco a poco estamos trabajando en construir las bases de una comunidad más competitiva y productiva”. Ary Naïm rechaza que haya sido difícil invertir en un país con tantos problemas como Haití, en medio de tanta destrucción. “Nosotros tenemos la experien­cia de haberlo hecho en docenas de países en los 50 años de existencia que tenemos”, ataja ante los cues­tionamientos. “Hay algunos tipos de proyectos que sí pueden desarro­llarse, que sí podrían funcionar en las situaciones más difíciles de gobernanza pública”. Dice que para ello es importante voltear a ver al sector privado, no como una segunda prioridad, sino como la principal. “No hay que esperar a que todo sea perfecto en lo público para crear empleos”.   De Haití a México: ¿eso es un castigo o un ascenso? (Risas) ¿Tú qué piensas?, responde Naïm de botepronto.   (Yo pienso que es un castigo, pero no le digo). No, pues no sé… Mira, estaba encargado antes de llegar a México de la República Dominicana y de Haití, dos países muy diferentes…   Cruzando las fronteras, Haití y Dominicana son dos mundos distintos… Completamente, completamen­te… Siendo encargado de estos dos países, tú puedes ver las necesidades de desarrollo completamente dife­rentes entre un país que llamamos frágil, y de muy bajo ingreso, y un país de medio ingreso, como puede ser la República Dominicana. En ambos países han hecho in­versiones en infraestructura, sector manufacturero, sector financiero. “En México no sólo encontra­mos muy claramente los mismos retos, sino que siendo un país mucho más grande y mucho más avanzado, por supuesto que son también soluciones más compli­cadas, en particular soluciones público-privadas”. Dice que la solución no viene de un lado y es por eso que piensa que en los años que vienen ifc está llamado a jugar un rol aún más im­portante en el crecimiento sosteni­ble de México.   ¿Por qué cree que lo mandaron acá? Creo que, mira, muy a menudo IFC es una institución un poco esquizofrénica porque tenemos dos cabezas: una cabeza que es un banco de inversión. Somos un banco de inversión remarcable por nuestra experiencia en mercados en desarrollo. Históricamente IFC fue una institución que habló por primera vez del término mercados emergentes, fue un ejecutivo de IFC quien lo acuñó. Y entonces tene­mos una experiencia técnica muy fuerte en países en desarrollo o en sectores críticos como infraestruc­tura, en comunicaciones, sector financiero, agropecuario. Del otro lado, y además de esta experien­cia técnica tenemos, yo diría, una capacidad de movilizar capital muy grande. Entonces somos un banco de inversión.   Pues entonces lo que me está diciendo es que lo movieron acá de pronto porque usted tiene mucha experiencia en esa parte. Mencionó su experiencia en el sector de las telecomunicaciones… No, te voy a decir por qué me mandaron aquí (…) Somos parte del Banco Mundial, todo lo que hace­mos es canalizar fondos y canalizar experiencias al sector privado, pero no es para hacer transacciones, es para alcanzar metas de desarrollo. Ellos ven en el sector privado un canal para encontrar soluciones a los grandes desafíos del mundo, ya sea seguridad alimenticia, cambio climático, creación de empleos.   Esa experiencia entonces en una eco­nomía, digamos un poco más frágil que la de México, y un poco más explosiva en términos políticos, esa experiencia la puede aprovechar acá… Sí, pues, con mucha modestia creo que sí.   Platíqueme esa transición. ¿Usted la ve fácil? ¿Qué es lo que está viendo en el horizonte? Mira, como te lo dije, sólo tengo tres semanas en el país, pero en­contré un país con oportunidades inmensas. Si tu piensas sólo en la ubicación geográfica del país, el empoderamiento en la econo­mía, que es la economía que crece más en el mundo y en economías desarrolladas, las oportunidades y los desafíos. Si los desafíos se solucionan de manera proactiva y las soluciones existen para el tema de la productividad, el tema de la competitividad, el tema del sector informal, creo que México es un país de oportunidades inmensas. Obviamente del lado personal yo tuve una bienvenida fantástica en el país, la gente es increíble, linda, lindísima y la riqueza de este país en términos de cultura y de diversidad es fenomenal. Entonces para mí es realmente un privilegio estar en México.   ¿Cuál es ese riesgo que usted ve en este país, que es con el que va a tener que luchar los siguientes meses o años? Mira, la IFC es una institución de desarrollo, entonces nos da el con­fort y privilegio que son… primero tenemos una visión de largo plazo, segundo es una visión apolítica. Creo que en largo plazo las opor­tunidades son bien reconocidas, existen en México y pueden poner al país realmente en el liderazgo global de las economías en desarro­llo y más. Ary Naïm se atreve a hablar: “Estimamos sólo en infraestructura 300,000 mdd de inversión en los seis años que vienen. Para atraer ese tipo de inversión, se necesita confianza”.   ¿Cómo pueden ustedes incidir en eso? Porque yo sé que de pronto poner o asociar su nombre en alguna licitación, algún contrato, puede ayudar mucho a tener esa certidumbre. Creo que es una de las razones por las cuales pienso yo que IFC va a tener un rol muy fundamental en atraer la inversión en México para los seis años que vienen, porque el dinero se encuentra, lo que es mucho más difícil de encontrar es la confianza. Ary Naïm adelanta que pue­den dar confianza en diferentes aspectos: uno es la transparencia y el gobierno corporativo que ellos buscan e imponen a sus clientes; otra es su experiencia en sectores clave para cualquier economía: energía, telecomunicaciones y sistema financiero. “Creo que el rol de IFC va a ser muy importante para dar confianza a los inversionistas, no sólo extran­jeros, también a los inversionistas locales”, reitera. Acepta que la percepción de México allá afuera, es decir, en el mundo, es que hay mucha corrup­ción en el país. “La corrupción no es una cosa que se elimina de la noche a la ma­ñana, es muy importante recordar que la corrupción primeramente daña al pobre más que a todos los demás”, advierte. Y abunda: “El Banco Mundial se ha enfocado mucho en ese tema, nosotros estamos sumamente comprometidos con la transparen­cia de todo lo que hacemos y tengo que decir que todos los proyectos que estamos mirando hoy; y hay muchos, vemos cantidades de proyectos en los cuales no tenemos duda que son proyectos transparen­tes y que son proyectos que sí van a alcanzar algunas de las metas a largo plazo del país”. Sobre su experiencia en el sector telecomunicaciones explica: “Ahora aquí en México nues­tra meta es bastante clara: apoyar la reforma cuyo objetivo es crear competencia en el sector, mejorar la productividad, bajar los costos. Y entonces en este respecto estamos observando oportunidades en dos áreas: primero, apoyar a nuevos entrantes; segundo, apoyar a la creación de infraestructura común (…) que va a básicamente a cambiar completamente los costos y la pro­ductividad del sector comunicacio­nes para todos en el país”.   Platíqueme un par de casos en concreto a los que ayudará a su ingreso a este país. ¿O no tienen nada por el momento? Obviamente no te voy a dar nom­bres (risas), no te voy a dar nombres (reitera). Lo que vamos a buscar y es la filosofía de IFC, no es un pro­yecto específico, sino que estamos buscando socios de largo plazo entre nuestros clientes, incluido el gobierno. Lo que estamos mirando en este momento son portafolios de proyectos en infraestructura de gas orgánico, que pueden realmente diversificar los riesgos a nivel del país y tener este impacto sistémico que nosotros estamos buscando y también que son proyectos en los que se van a necesitar cantidades de capital importante”. Ary Naïm recuerda que son parte del Banco Mundial y lo que hacen es canalizar fondos y experiencias al sector privado, con la finalidad de alcanzar metas de desarrollo.

 

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